Basta ya, fariseos y escribas, de imponer cargas que ustedes no llevan

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Por Lorena Gómez.

ATMÓSFERA DIGITAL, SANTO DOMINGO, (12/07/2025).- Si la República Dominicana no se ama, ¿cómo va a amar a Haití? Si no hay educación para sus ciudadanos, si no hay salud, si no hay empleos, ¿cómo va a generar estas cosas para los vecinos?

La solución no es quitarnos la comida, es enseñarles a ellos a conseguir la suya desde su casa. No es quitarle la comida al vecino.

La solución es trabajar ellos en su país, para eliminar las bandas, la desigualdad social, erradicar la desforestación, volviendo a sembrar y darles un tratamiento especializado a su suelo en pos de su recuperación.

Es muy fácil mandar en suelo ajeno, tildar a toda una nación de racista por no ceder ante la inmigración ilegal. 

Ah, pero cuando es en el suelo propio se es el más nacionalista y preocupado. Tal es el caso de Estados Unidos, quien deportó a 500 mil refugiados haitianos. Por otro lado, les negó la visa de paseo a 19 países dentro de estos figuran el propio Haití, Venezuela y Cuba.

 O El Vaticano que amenazó con penas hasta de 15 años de prisión a los extranjeros que reinciden en la inmigración ilegal.

Ante estos casos la Organización de las Naciones Unidas (ONU), es ciega, sorda, muda. Pero cuando se trata de un pequeño país, en vía de desarrollo ahí son los más humanistas.

Pero Dios desde el cielo ve todo, la hipocresía, la doble moral. Y sepan que nuestro defensor es él, de los abusos, de las imposiciones, de exigir cosas que nunca harían por ellos y todos los inmigrantes indocumentados, en su nación.

Por otra parte, quieren exigir que el Estado proporcione documentos a personas, en violación de la Constitución de la República, que establece claramente quiénes son y quiénes no son dominicanos. Peor aún exigen para ellos cargos políticos. Dios mío, el descaro internacional es grande, ¿cómo se les dará cargos políticos a quienes están violando la ley? Ni siquiera si fuesen dominicanos; si hay una violación a la ley no califican para cargos gubernamentales.

Los dominicanos estamos deseosos de que Haití logre salir de su situación, que prospere, que sea una luz en América, así tendrían la vida digna que todo ser humano merece, pero no a costa de indignificar la vida de los ciudadanos dominicanos.

Así no estarían exigiendo a exclusivamente a este país, lo que deben exigir en el suyo, y que pese a que se les niega, no le exigen.

Basta ya de sus chantajes. Sólo el extranjero que viene a este país, se da cuenta de lo amenazada que está nuestra nación. Los demás se dejan llevar por el chisme de organismos internacionales que simplemente anhelan una fusión, para dejarle toda la carga a esta nación y seguir ganando su dinero sin tener que mover un dedo por Haití.

 Simplemente mueven la lengua, para inyectar su veneno a los otros países, realizando el trabajo de desacreditador, pensando así en que generará miedo a los políticos nuestros para hacer cumplir las leyes de migración al colocar a las demás naciones en su contra.

El poder no es para cobardes, tampoco para corruptos ni amantes del dinero, mucho menos para arrogantes y prepotentes. El poder sólo lo merecen aquellos que con humildad, amor y pasión sirven a la patria, la cual gime con lágrimas de sangre, al observar cómo su flora, su fauna, sus servicios básicos, su empleomanía, van en detrimento; y mayormente por una masa de indocumentados que ya perdieron estos servicios tan indispensables en su nación. Están ocasionando, por esta inmigración desproporcionada, que nuestros nacionales también los pierdan en su territorio. 

*La autora es licenciada en Comunicación Social.