
Primera palabra: “Padre perdónales porque no saben lo
que hacen”
En la primera palabra, el padre Bienvenido Colón, de
la iglesia María Auxiliadora, deploró la falta de oportunidades que tienen
multitudes de jóvenes y adultos “privados de una vida digna”.
Pidió al Señor
que dé al pueblo dominicano la capacidad para perdonar, incluso a los que
delincan.
Segunda palabra: Hoy estarás conmigo en el paraíso
La segunda palabra, el padre David Soriano, de la
Parroquia San José de Yamasá, pidió a Dios para que muchos funcionarios se
despojen de la arrogancia y ayuden a los más necesitados.
Dijo como hoy se requiere de sacrificio y
desprendimiento para ayudar a los demás, al destacar que cruz del calvario dice
que para obtener el éxito se requiere de sacrificio.
Tercera palabra Mujer ahí está tu hijo, hijo ahí está
tu madre
El fray Frankeli Rodríguez, párroco de la iglesia San
Francisco de Asís, pidió a la Virgen María que consuele a República Dominicana,
el cual dijo es un país “rico pero con corrupción e impunidad”.
“Jesús dejó a María para que consuele a este país
rico, pero a la vez con tanta corrupción y tanta impunidad, gobierno tras
gobierno. Tanta impunidad, el uno tapa al otro. Hoy nosotros representados
en el apóstol Juan ahí tienes a tu
madre”, expresó.
Dijo también que las exigencias de la vida moderna con
frecuencia alejan los padres y crean situaciones tensas en la familia, y que
los hijos cargan en su corazón lo que han visto en su casa, al indicar que
muchas veces la familia es recinto de odio y violencia.
También se mostró en contra de la campaña que
distribuye preservativos en las escuelas y dijo
que “da vergüenza como en el país hay instituciones que reciben dinero
para promover la sexualidad en la escuela, dándoles preservativos creyendo que
la educación va a crecer y va a ser
mejor, cuando los profesores ganan un sueldo tan bajo, cuando la
educación solo es para un grupito y la mayoría de los pobres no pueden
educarse.
Dijo que María sufre con las personas que están
desempleadas después de estudiar y al ver el sueldo tan bajo que reciben los
empleados de este país, y a los padres que no tienen comida para darles a sus
hijos por falta de un empleo digno y estable.
“También sufre al ver tantos hijos suyos que sufren
por la causa de la desigualdad. María sufre cuando ve a los policías y
militares subalternos ganando un injusto sueldo de 4 mil pesos, pasando hambre,
vergüenza y tantas calamidades, mientras un grupito de estas mismas
instituciones viven placenteramente
disfrutando a lo gourmet en hoteles costosos y comiendo en buenos restaurante”.
“María siempre está velando por este pueblo maltratado
y sufrido por ministros y funcionarios corruptos que han saqueado este país.
Donde un grupo de ministros llegan a esta administración creyendo que estas
instituciones son de ellos o una
herencia familiar. Cuando llegan a estas oficinas nadie lo puede ver,
con más seguridad que un presidente, haciendo lo que ellos quieran con el
presupuesto y nombrando familiares”.
Cuarta palabra “Dios mío, Dios mío porque me has
abandonado”
El padre Mario de la Cruz Campusano criticó los bajos
salarios que hay en el país, donde el mínimo ronda los siete mil y nueve mil
pesos cuando la canasta familiar está por encima de los 35 mil pesos.
También se quejó de falta de seguridad social que
tienen muchas familias, al indicar que la República Dominicana es uno de los
países del mundo con mayor desigualdad.
Dijo que hay funcionarios que ganan hasta cien veces
más que los empleados y no se castiga la
corrupción administrativa “porque no hay
presos”.
También criticó a las empresas extranjeras “que están
llevándose la riqueza”.
Quinta palabra “ Tengo sed”
El padre Gregorio Santana Ortiz, de Villa Mella, dijo que este pueblo se hunde en
el desorden por la sed justicia.
Dijo que hay desigualdad en todas las esferas donde
los partidos están centrados en sus intereses particulares.
Dijo que la Junta Central Electoral no les entrega sus
documentos a unos 20 mil dominicanos de ascendencia haitiana que hoy ven
tronchados su futuro “ y si eso no es injusticia, que se le puede llamar?”.
En este sentido también admitió la “dejadez” de la
iglesia ante los problemas nacionales, donde los sacerdotes no están a la
altura de lo que reclama el pueblo.
“Nosotros como iglesia no escapamos a esta dejadez
mayúsculas. Hay todo un pueblo sediento de Dios que busca en nuestra iglesia
una palabra de aliento, un espacio de esperanza y una fuerza vital que nos
comprometa en la vida. Tenemos que admitir que los sacerdotes no estamos a la
altura de lo que este pueblo reclama de nosotros, presencia, trabajo cercanía,
apoyo, más iniciativas y liderazgo”.
Dijo que pareciera que los sacerdotes se han
encumbrados o han seguido la lógica de los pequeños burgueses, cuando lo fundamental es estar al lado de la gente y su
lucha.
En la sexta
palabra, “Todo se ha consumado”
El presbítero Eduardo Carrión, de la parroquia Nuestra
Señora de la Altagracia, de los Alcarrizos, pidió a Dios para que en el país se
respeten las leyes, especialmente el artículo 30 de la Constitución Dominicana,
el cual prohíbe el aborto.
Dijo que, lamentablemente, muchas madres,
profesionales de la medicina y centros de salud “siguen practicando el crimen
abominable del aborto a pesar de estar penado por la Ley. Que el Señor mueva
esos corazones para que se detenga esta mala práctica”.
Señaló la prueba de que Dios ama a los humanos es que
Cristo, aún siendo pecadores, murió por ellos. Dijo que gracias a
la muerte y resurrección del Dios
hoy los humanos pueden amarse unos a otros.
Carrión también pidió a la Virgen María que interceda
para que al final de la jornada diaria, al terminar una encomienda y finalmente
al dejar este mundo e ir a la casa del Padre, “podamos exclamar todo se ha
cumplido. He cumplido con la ayuda de Dios; con mis promesas bautismales; he
sido fiel al compromiso matrimonial; a mis deberes como sacerdote, como
consagrado; a mi misión como padre de familia o en cualquier trabajo u oficio
dentro de la sociedad, y que a nuestras palabras, tal como hace Dios, siempre
les demos cumplimiento”.
Séptima palabra “Padre en tus manos encomiendo mi
espíritu”
El padre Daniel
Vidal González, asistente del provincial de los Jesuitas en el país,
pidió al Gobierno tener voluntad, compromiso, decisión y vocación para construir un país diferente,
respetuoso de las normas y leyes, y que cierre las brechas tradicionales en
materia de empleo, salud, educación y seguridad social.
También pidió que se regularice la presencia haitiana
en República Dominicana, respetando los derechos humanos.
“Según el informe de la Oficina de Desarrollo del PNUD
seguimos viviendo en una sociedad donde el poder económico, social e
institucional está muy inequitativamente distribuido. los organismos de
representación en el tema político se han distorsionado, cada vez hay menos
lealtad a la ciudadanía. Lo peor es que nuestra sociedad se ha vuelto más
excluyente, y cada vez mas riquezas mal distribuida”, señaló.
Vidal González
dijo que la desigualdad afecta a las
instituciones del país y debilita el Estado de derecho, convirtiéndose
el desarrollo humano en una cuestión de poder, y no de derecho como debe ser.
“Debemos como iglesia proponer un camino de esperanza
para que nuestras vidas, al igual que la de Cristo, estén en las manos del
Padre. Si queremos que nuestro país esté en las manos de Dios hace falta erradicar
la pobreza de nuestro pueblo dominicano, los pobres que son la mayoría, son la
expresión más clara de nuestro pecado”.
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