SANTIAGO RODRIGUEZ, R.D. Resulta difícil escribir para un amigo, un maestro, deportista y locutor en un mundo que vive una transformación tan veloz y profunda.
El periodismo tiene como tarea principal hacer comprender, si somos tolerantes, capaces de amar a nuestros semejantes por más que su piel sea de color distinto, sus ideas contrarias a las nuestras o sus costumbres extrañas.
El dinámico e inquieto Ramón Isidro Ureña, es un ser profundamente humano, son de aquellos que respiran capacidad hasta por los codos.
Sus pasatiempos favoritos son leer novelas de vaqueros y jugar pachesi.
Es un amante y abanderado lector de las novelas de "vaqueros".
Los bolsillos de su pantalón suelen estar llenos de ejemplares de este tipo.
Escoje el negocio de Ney para leer sus novelas.
Desde joven, y en su comunidad de Pastor, provincia Santiago Rodríguez se dedicó a docente olvidando su propia adolescencia y juventud.
Es un amante y abanderado lector de las novelas de "vaqueros".
Los bolsillos de su pantalón suelen estar llenos de ejemplares de este tipo.
Escoje el negocio de Ney para leer sus novelas.
Desde joven, y en su comunidad de Pastor, provincia Santiago Rodríguez se dedicó a docente olvidando su propia adolescencia y juventud.
En su poblado conjugaba la docencia con el deporte y con la agricultura.
Dada su capacidad, dejó su poblado y se radicó en la ciudad de San Ignacio de Sabaneta con el interés que caracteriza como maestro de continuar enseñando a los jóvenes del pueblo y los que venían de la zona rural a terminar el bachillerato.
Dada su capacidad, dejó su poblado y se radicó en la ciudad de San Ignacio de Sabaneta con el interés que caracteriza como maestro de continuar enseñando a los jóvenes del pueblo y los que venían de la zona rural a terminar el bachillerato.
Su área era Ciencias Sociales que impartían en los Liceos Secundario Librado Eugenio Belliard-matutino- y Astacio Berroa-nocturno.
Dentro y fuera de las aulas Ureña como maestro fue el conductor, el acompañante, el coordinador y guía de muchos jóvenes.
Muchas líneas dibujó en un espacio en el que la labor docente era una compensación fantástica, imaginaria a carencias de atributos vividos en la infancia. Todo esto, permite al docente erigirse con una fuerza absoluta sobre aquellos a los que se dirige.
Puede el docente decirse que todo lo puede, que no hay imposibles para él.
El absolutismo de tal predominio sobre lo que enseñan los maestros, los tiempos que decide, las actividades que organiza y dispone, la marcha global de los procesos que sirven para consolidar una simbólica omnipotencia en el espacio del aula.
El absolutismo de tal predominio sobre lo que enseñan los maestros, los tiempos que decide, las actividades que organiza y dispone, la marcha global de los procesos que sirven para consolidar una simbólica omnipotencia en el espacio del aula.
La postura que exhibía Ramón Isidro Ureña en las aulas fortalecía al estudiante, donde el ideal del yo se ofrecía como modelo, el yo ideal rozaba la completud y su imagen brillaba esplendente.
Como maestro gozaba de una libertad casi total frente al grupo que atiende y la reciprocidad de sus alumnos era digno de reconocimiento y respeto.
En el aula, Ramón Isidro Ureña siempre tenía el deseo de enseñar, a intervalos desplegaba una sensación intensa al lograr tan anhelada ilusión de ser omnipotente, de poder decir lo que debía sin tapujos, de hacerse, de qué modo, cuándo iniciar, cuándo concluir, y con qué resultados.
Era relativamente fácil para el estudiante interferir a "EL GALLO" como es conocido en el argot popular el profesor Ureña, cuando explicaba para aclarar cualquier confusión y dudas de los estudiantes.
Los estilos de ejercicio democrático que impregnaba en el aula, daban confianza a sus alumnos que lo trataban con respeto, pero a la vez como a un padre.
Transitaba en cada una de las aulas por la vocación y valoraba a sus alumnos.
Seguirán existiendo maestros que eligieron tal profesión, pero raras veces con el deseo de enseñar que sostenía el profesor Ureña.
Agricultor, maestro, beisbolista y locutor.
Es inspirador para cualquier ser humano desarrollar con honestidad éstas cualidades como lo hizo Ramón Isidro Ureña "El Gallo".
Seguirán existiendo maestros que eligieron tal profesión, pero raras veces con el deseo de enseñar que sostenía el profesor Ureña.
Agricultor, maestro, beisbolista y locutor.
Es inspirador para cualquier ser humano desarrollar con honestidad éstas cualidades como lo hizo Ramón Isidro Ureña "El Gallo".
Hoy el Gallo, abandonó las aulas porque cumplió su deber y las normas del Ministerio de Educación.
"Excelente maestro es aquél que, enseñando poco, hacer nacer en el alumno un deseo grande de aprender".
Ureña laboró por muchos años como locutor en Radio Zamba.
En esa misma emisora produce y conduce su programa sabatino "Usted ante el Pueblo".
En esa misma emisora produce y conduce su programa sabatino "Usted ante el Pueblo".
Como deportista era receptor del equipo "Liga Campesina de Estancia Vieja".
Ya radicado en la ciudad de San Ignacio de Sabaneta, jugó amateur con el equipo local.
Ya radicado en la ciudad de San Ignacio de Sabaneta, jugó amateur con el equipo local.
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