WASHINGTON.- Estados Unidos denunció ayer que en 2010 en República Dominicana hubo muertes y torturas a manos de las fuerzas policiales, que persistieron las condiciones pésimas en las prisiones del país y se identificó una corrupción generalizada.
En su informe anual sobre la situación de los derechos humanos en el mundo, el Departamento de Estado señaló que en el país se siguieron registrando casos de tráfico de personas, violencia contra las mujeres, discriminación contra minorías y escasa aplicación de las leyes laborales.
“La corrupción (en la República Dominicana) es generalizada, y ha habido hostigamiento de ciertos grupos defensores de los derechos humanos, violencia y discriminación contra las mujeres, prostitución infantil y otros abusos de menores, tráfico de personas, y una aplicación ineficaz de las leyes laborales y las que regulan el trabajo infantil”, agrega.
El año pasado “hubo instancias en las cuales las fuerzas de seguridad actuaron independientes del control civil y los problemas graves en ese país incluyeron ejecuciones ilegales, palizas y otros abusos de sospechosos, detenidos y presos”, reseña Estados Unidos en su informe.
El informe señala que en el país hay aproximadamente un millón de inmigrantes que, en su mayoría, son haitianos o descendientes de haitianos y eso crea “un gran número de personas que, a todos los efectos, no tienen patria”.
El documento también asegura que hubo ejecuciones extrajudiciales por parte de agentes policiales, además de abusos y torturas a los detenidos .
“Según estadísticas de la propia Policía los agentes mataron a 268 civiles en 2010, muchos de ellos en supuestos intercambios de disparos, aunque la Comisión de Derechos Humanos habla de 478” agrega.
Al destacar las condiciones infrahumanas que prevalecen en la mayoría de las cárceles el documento asegura que algunas están fuera del control de las autoridades y son manejadas por bancas criminales de reos armados.
El trabajo también destacó los casos en que agentes policiales balearon a ciudadanos que se resistieron a pararse en los puntos de revisión oscuros, lo que generó la campaña “Policía no me mates, yo me paro”.
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