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Beso de dos marines gays causa sensaciĆ³n de la internet

El sargento Brandon Morgan, derecha, es abrazado por su pareja Dalan Wells en un hangar en la base de InfanterĆ­a de Marina de Kaneohhe Bay, Hawai, al regresar de AfganistĆ”n, 22 de febrero de 2012. La foto, unos 5 meses despuĆ©s de la derogaciĆ³n de la ley que prohibĆ­a a los militares gay revelar su orientaciĆ³n sexual, es una de las primeras en las que se besan dos soldados en actividad. (AP Foto/David Lewis)

HONOLULƚ.-El sargento Brandon Morgan no pensaba que se convertirĆ­a en una celebridad global sĆ³lo por besar a su pareja al regresar de seis meses en AfganistĆ”n. Pero un amigo descargĆ³ una foto de su abrazo en la pĆ”gina Gay Marines de Facebook. 

En ella, Morgan, en uniforme de combate, envuelve con sus piernas las de Dalan Wells y lo besa en la boca. El fondo de la imagen es una gran bandera estadounidense en un hangar de una base de Marines en Hawai.
Las fotos de soldados que besan con avidez a sus parejas al regresar de la guerra no tienen nada de raro. Pero Ć©sta, tomada cinco meses despuĆ©s de la derogaciĆ³n de la ley que prohibĆ­a a los soldados homosexuales demostrar abiertamente su orientaciĆ³n sexual, es una de las primeras en la que se besan dos uniformados.
MƔs de 40.000 usuarios han cliqueado en "me gusta" en Facebook y miles la han compartido con amistades en las redes sociales. Los periodistas han inundado a Morgan con pedidos de entrevistas, y desde todo el mundo le han llegado mensajes de agradecimiento y aliento.
El infante de marina de 25 aƱos dijo que sĆ³lo quiso demostrarle su amor a Wells cuando llegĆ³ a Hawai el 22 de febrero. "Me siento honrado de ser parte de algo por lo cual la gente se batiĆ³ en el Congreso, la Casa Blanca y las fuerzas armadas. Pero en definitiva, no querĆ­amos que fuese algo mundial. SĆ³lo nos sentĆ­amos felices de estar juntos", dijo Morgan en entrevista telefĆ³nica con la AP.
Dos marineras de la Armada se besaron en diciembre cuando una regresĆ³ a casa luego de 80 dĆ­as en el mar.
Morgan dijo que no ve la hora de que se vuelva tan habitual que no llame la atenciĆ³n de la prensa.
"Todos sabemos que esto se disiparĆ” y se convertirĆ” en la norma. Ya es la norma: todos, quienquiera que sean, tienen el derecho de saludarse asĆ­ al regresar a casa", dijo.

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