Filiberto Cruz Sánchez
SANTO DOMINGO, República
Dominicana. - Cunde el pánico en la alta
dirección del PLD, en su Comando de Campaña, en su candidato Presidencial y
entre los altos funcionarios del gobierno. Sus últimos zarpazos son los de una
fiera moribunda.
Saben que van perder las elecciones mucho a poco y si hacen un
fraude electoral, entonces les irá peor porque estarían provocando la paciencia
de un pueblo que ha decidido expulsarlos del poder por corruptos,
derrochadores, engreídos, ingratos, prepotentes, hipócritas, farsantes,
degenerados, manipuladores, traidores y soplones.
En los últimos días han
cometidos errores garrafales, reveladores de su estado de angustia y
desesperación.
Se recuerda cómo quisieron manipular las declaraciones de
Hipólito Mejía con relación a los orígenes del Presidente Barack Obama.
Cientos
de corifeos pagados retorcieron y sacaron de contexto las declaraciones de
Mejía, mientras el Senado de la República, integrado por gente serviles y
devoradores de los fondos públicos, se alzó con una resolución insólita, propia
de lacayos y soplones.
Por fortuna, nadie en los Estados Unidos le dio acogida
a la resolución del “desagravio”, mientras los medios digitales, que
revolucionan al mundo, han ‘colgado’ en sus páginas un discurso de Leonel
Fernández, pronunciado en el United Palace de Nueva York, donde el mandatario
dominicano destaca los orígenes africanos del Presidente estadounidenses.
Días después se destaparon con
las intercepciones telefónicas ilegales y armaron todo un embrollo en la
opinión pública, en un vano intento por sacar del debate público el tema de la
rampante corrupción y el despilfarro que, de acuerdo al candidato presidencial
Max Puig, ronda ya el 70 por ciento del Presupuesto Nacional.
Nadie le ha dado
crédito a la versión de que un coronel retirado, en combinación con un
empresario haitiano, esté conspirando contra la estabilidad del gobierno de
Michel Marthely.
Nadie ha creído tampoco de que un dirigente del PRD vaya a
matar Miguel Vargas Maldonado, como denunciaron cinco diputados
progobiernistas.
Las intercepciones telefónicas
son acciones ilegales, propias de las dictaduras, pero en el caso del
oficialismo lo que revelan los “pinches telefónicos” son la desesperación y la
furia venenosa que embarga a la mafia palaciega y toda su compañía.
Sueltan un tema y agarran otro y nada les sale bien. El
“abogado del diablo” arremete con su campaña sucia contra Hipólito Mejía y
nadie le hace caso porque la gente sabe que sucia es su alma y oscura es su
conciencia. Además, posee un prontuario de servilismo, inmoralidad y
tramposería que nadie podrá igualar.
Mientras tanto, algunos
funcionarios del gobierno parece que no concuerdan cómo arremeter contra
Hipólito Mejía, el candidato que el tiene el pueblo para pasar balance el 20 de
mayo.
Uno que vive en el Palacio Nacional planificando no sabe qué, y otro que
vive “caliesando” desde Interior y Policía, han denunciado que Mejía es un
peligro, que traerá incertidumbre y alejará a los inversores extranjeros. Son
declaraciones que buscan sembrar el pánico, el cuco entre los votantes. Al
fracasar con su estrategia inicial de “vender” al primer gobierno de Hipólito
Mejía como el peor del mundo, ahora apelan a la política del miedo y nada les
da resultado, porque la candidatura del “Guapo de Gurabo” terminará siendo un
tsunami el 20 de mayo.
El colmo de la desesperación de
los dirigentes del PLD fueron las declaraciones, muy lamentables, del Senador
de la provincia Peravia, Wilton Guerrero, las cuales dan cuenta de un supuesto
plan del narcotráfico y dirigentes del PRD para matar a Nuria Piera, una
periodista profesional, valiente y ejemplar que en su momento ha denunciado la
corrupción de todos los gobiernos.
Sin las investigaciones de Nuria, los
dominicanos jamás nos hubiésemos informados sobre las acciones mafiosas de los
altos funcionarios del gobierno y dirigentes del PLD.
Nadie desde la oposición
va atentar contra Nuria, pero Wilton Guerrero cree que sí, y dijo que muy
pronto avalaría su denuncia temeraria con pruebas.
Retorcer y manipular las
declaraciones del contrario para estafar a la población es campaña sucia;
intervenir teléfonos sin la previa orden de un juez es un acto ilegal, es una
acción de “caliesaje”, típico de las
peores dictaduras; aprobar una resolución en el Senado de la República para
defender a un extranjero y atacar a un dominicano es una acción lacayuna y
traidora; asistir a la “Embajada” a dar informaciones que afectan el comercio
exterior dominicano, es una acción típica de soplones; usar al “abogado del
diablo” como director oculto de la campaña sucia, es una acción irresponsable,
cobarde e hipócrita de la cúpula peledeísta que, a 26 días para las elecciones,
está dando sus últimos zarpazos.
El autor es profesor universitario.
24 de abril de 2012.-
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