¿Que cuál es la esperanza que debemos sostener tercamente ante la indecencia que hoy lesiona el decoro ciudadano más elemental? Simplemente, la esperanza de una democracia limpia y transparente; la esperanza de una institucionalidad que concite el reverente respeto a nuestras leyes y normas de buena convivencia; la esperanza de que algún día, lo más pronto posible, superada la vergüenza y el asco que este domingo nos legó, podamos proclamar exhibir ante el mundo lo que hoy no podemos: el orgullo profundo y emocionado de ser ciudadanos de un país civilizado.
Autor: Ramón Colombo.
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