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Lucha por la Dirección de la escuela mantiene a los alumnos fuera de las aulas en Navarrete

NAVARRETE, República Dominicana.- Profesores de la Escuela  Juan Tomás Fernández, en la comunidad de Mejía del municipio de Navarrete,  han suspendido las clases y los estudiantes fueron enviados a  sus casas en disputa por el control de la dirección de ese centro educativo.

Las profesoras Menecia López y Miriam Mercado, supuestamente ganadoras del segundo y tercer lugar de un concurso del Ministerio de Educación, están enfrentadas por el cargo y ninguna de las dos quiere ceder en sus ambiciones.

Los docentes llevan tres días sin impartir clases, sólo tienen tiempo para sus enfrentamientos. La tarde del lunes, 22 de octubre, sólo  algunos bolsos de las profesoras y empaques con productos de belleza estaban sobre las butacas.

Los maestros que rechazan a López alegan que ella quedó en tercer lugar en el concurso, por lo que debe dar paso a Miriam Mercado, ganadora del segundo lugar. La ganadora del primer lugar, Arianny Cabrera, la objetó por el grupo que ahora propone a López. 

A Cabrera  la trasladaron a otro centro escolar.

El problema que comenzó como una simple diferencia entre maestros, padres y dirigentes políticos, ha derivado en un conflicto mayor, que está poniendo en peligro el año escolar para los estudiantes de esta comunidad.

Padres y vecinos del plantel escolar denunciaron que al recinto han entrado personas con armas de fuego, supuestamente con la intención de intimidar al personal de la escuela que se opone a que Miriam Mercado dirija el centro.

María Miguelina Mercado alegó que en una ocasión se les pagó a personas ajenas a la escuela para que sacaran a unos 40 estudiantes a los que ella impartía docencia en una de las aulas.

El pasado lunes, cuando la profesora Miriam Mercado llegó a la escuela se encontró, un candado en la puerta de su oficina.

El grupo que reclama que sea Miriam Mercado quien dirija la escuela, acusa a los defensores de Menecia López de violar la ley de Educación.

Los padres y dirigentes comunitarios exigen que mientras se busca una salida al problema no se paralicen las clases, porque los estudiantes no tienen culpa del pleito que han desatado los profesores y menos de las diferencias políticas de  los grupos que se diputan el cargo.

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