Empresario Porfirio Peralta. |
ATMÓSFERA DIGITAL, SANTO DOMINGO.- El empresario
Porfirio Peralta se inició como obrero en un taller de ebanistería en la ciudad
de Santiago; después empezó a forjar su propio esfuerzo en el patio de su casa
donde fabricaba muebles de rattan y los vendía al frente de su vivienda con el
deseo de materializar su sueño: ser un gran empresario.
Inició en su propia casa la
fábrica de muebles con una inversión de RD$600, con el propósito de convertir
en realidad su sueño de empresario. Más tarde esto le dio la facilidad de crear
su propia empresa, conocida en el mercado como Rattan Dominicano.
Durante el periodo 2000 – 2004, el
empresario Peralta se desempeñó como director ejecutivo del Programa de Apoyo a
la Micro, Pequeña y Mediana Empresa (Promipyme), tras ser designado por el expresidente Hipólito Mejía con el cargo de subsecretario de Industria y
Comercio.
Se define como un hombre de
inquietudes, dedicado y entregado a su trabajo en “cuerpo y alma”, situación
que le ha permitido convertirse en uno de los de la industria del mueble de
mayor prosperidad.
Cuenta que con el capital que
inició los primeros pasos, ha permitido incursionar en todo el mercado
dominicano ofertando su producto a la industria turística y a algunos países
del área, entre ellos Puerto Rico.
“Los primeros muebles que
fabricaba los vendía en el frente de mi casa a RD$350 el juego de sala”, dice
el señor Peralta al recordar esta acción como una de las más importantes de sus
inicios.
Nació el 10 de marzo de 1959 en
Santiago Rodríguez, donde se dedicaba a trabajos agrícolas, específicamente a
recoger tabaco, pero en 1974 decide venir a la capital sin experiencia en
ningún tipo de trabajo porque apenas contaba con 15 años.
A su llegada a la capital decide
incorporarse a un trabajo que tenía su hermano mayor Apolinar Peralta, en un
taller conocido como Centro Rattan, donde empezó a dar los primeros pasos. Es
hijo de Ulises Peralta y Mercedes Fredesvinda Collado.
A pesar de que llegó a Santiago
teniendo nueve años de edad, fue en la capital donde empezó a trabajar
decididamente.
Aquí empezó a raspillar los palos
con una cuchilla. Tanto Apolinar como él trabajaban en una industria de muebles
de chinos en Santiago, pero en 1972 su hermano pasó a ser jefe de un taller de
una empresa similar aunque establecida
en Santo Domingo.
“Eso me enmarcó mi rumbo a la
industria del mueble”, señaló el empresario. Peralta es casado con la señora
Santa de Peralta. Sus hijos son: Laura, Carlos, Breyller, Posairis y Bresairis.
Aunque tenía el deseo de estudiar,
el trabajo no se lo permitía, lo que lo motivó a continuar sus estudios a
través de la Escuela Radiofónica Santa María. Aquí logró terminar la educación
el bachillerato y se inscribió en la Universidad autónoma de Santo Domingo
(UASD), donde sólo pudo terminar el Colegio Universitario por el cumulo de
trabajo que tenía.
Recuerda que en 1979 ya era un
trabajador de alta productividad en el Centro Rattan, donde estaba su hermano,
el cual, más tarde quebró y su personal fue liquidado, pero su aspiración era
tener su propia empresa.
Fuente: Sección Rostro Humano de
la economía, periódico Hoy. Autor Adriano Fajardo.
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