SANTO
DOMINGO, República Dominicana.- El ingeniero Hipólito Mejía dijo que Leonel Fernández
dejó una herencia de un déficit total de 412 mil millones de pesos en los últimos cinco años.
“Antes de abordar el tema principal, deseo
expresar mi solidaridad con las miles de familias dominicanas que están
sufriendo a causa de fenómenos naturales ocurridos en nuestro país y en zonas
de los Estados Unidos, donde viven nuestros hermanos y amigos”.
Pueblo
dominicano:
Nuestra sociedad
está indignada, con justa razón, porque se le quiere hacer pagar la crisis
creada por el despilfarro y la corrupción de un gobierno irresponsable, que
violó todas las normas establecidas para gastar los recursos públicos, sin
ningún control y sin tener en cuenta las necesidades de la gente.
La reforma
tributaria que el gobierno de Danilo Medina ha decidido imponer a la población,
no toma en cuenta el drama que padecen las mayorías nacionales.
La crisis que
vivimos no es sólo económica, sino también social, política, moral e
institucional, contrario a lo que plantea el gobierno del Partido de la
Liberación Dominicana.
Señoras y
señores: lo que está en discusión va más allá de una simple reforma tributaria.
La encrucijada que enfrentamos, consiste en decidir si queremos permanecer como
una de las naciones más derrochadoras, más corruptas y con menos desarrollo
humano del mundo, o si por el contrario, queremos ser un país equitativo,
solidario y con igualdad de oportunidades, donde el bienestar de la gente sea
la prioridad del gobierno.
Como
consecuencia de la crisis generalizada que padecemos, la paz pública de la
nación puede estar en grave peligro.
Durante los
años de gobierno de Leonel Fernández, vimos surgir una cúpula de funcionarios
cuyo súbito enriquecimiento, ilícito e irritante, contrasta con las
precariedades y penurias que sufre la mayoría del pueblo dominicano.
Esa ostentación
contrasta con la falta de oportunidades que padecen nuestros jóvenes y mujeres,
quienes no encuentran trabajo a pesar de tener la preparación adecuada.
Ese lujo de
los cómplices de Leonel Fernández contrasta con la pobre calidad de la
educación que reciben nuestros niños, muchos de los cuales se ven obligados a
recibir clases debajo de un árbol por falta de aulas.
Esa opulencia
contrasta con las dificultades que sufren los padres de familia, quienes tienen
que hacer esfuerzos extraordinarios para conseguir el sustento de sus hijos.
Esa
exhibición de riqueza contrasta con el sufrimiento de los enfermos que
abarrotan los hospitales y no encuentran medicamentos ni atenciones apropiadas.
Esa
abundancia de recursos mal habidos contrasta con el abandono de los sectores
productivos y especialmente de nuestros queridos agricultores, que no reciben
créditos, asistencia técnica, ni ayuda gubernamental, para producir los
alimentos que requiere el país y poder ganarse honradamente el sustento.
Fue en su
afán de garantizar la permanencia de su grupo en el poder y con la pretensión
de regresar a la presidencia en el 2016, que Leonel Fernández generó de manera
ilegal e irresponsable, un déficit de 187 mil millones de pesos en el presente
año.
A ese déficit
tendríamos que agregarle los 225 mil millones de pesos acumulados en los cuatro
años pasados. Es decir, estamos hablando de un déficit total de 412 mil
millones de pesos en los últimos cinco años.
Todos sabemos
que esos fondos también fueron usados para la compra de conciencias y
voluntades durante el pasado proceso electoral, así como para montar una
permanente y masiva campaña mediática, dirigida a hacernos creer que nuestro
país vivía un estado de progreso y bienestar.
Esa campaña
impidió durante ocho años que la luz de la verdad brillara en nuestra patria,
pero ahora esa verdad finalmente resplandece y podemos ver la crisis sin
precedentes que hemos heredado de Leonel Fernández.
Frente a esta
crisis de vastas proporciones, que como hemos dicho no se limita a lo económico,
el gobierno ha propuesto como solución una reforma fiscal que le garantice más
recursos.
El pueblo
desconfía de esa Reforma Tributaria, porque el gobierno no está siendo sincero
ni transparente ya que la misma sólo se limita a buscar nuevos ingresos.
Esa falta de
transparencia se expresa en dos vertientes: La primera, el gobierno no ha
aprovechado esta experiencia calamitosa para establecer responsabilidades
frente a los causantes de esta crisis, ni ha propuesto un régimen de
consecuencias que prevenga que la misma se repita.
La otra
vertiente es que el gobierno, en una nueva actitud de intolerancia, decidió
rechazar las propuestas hechas por las diferentes instancias organizadas de la
sociedad, especialmente las presentadas por el Consejo Económico y Social de
reorientar y mejorar la calidad del gasto.
No debemos
olvidar que ese Consejo es un órgano de consulta establecido en la Constitución
de la República.
El ejercicio
democrático que pareció representar la consulta al seno del Consejo Económico y
Social, lamentablemente se ha desvanecido porque el gobierno decidió ignorar
las recomendaciones surgidas de ese legítimo espacio de diálogo y concertación.
Frente al
intento de imponer esa reforma, asumo la responsabilidad de explicar al país
los alcances y consecuencias del aumento de impuestos que nos quiere imponer el
gobierno, aprovechando la mayoría mecánica que tiene el Partido de la
Liberación Dominicana en el Congreso Nacional.
Debemos
recordar que los gobiernos del PLD hicieron 6 reformas tributarias, pidiéndole
sacrificios al pueblo bajo el argumento de que las mismas irían en beneficio
del país.
Sin embargo,
en todos los casos, los aumentos de ingresos sólo sirvieron para hacer más rico
al gobierno y a sus funcionarios y más pobre al pueblo.
Ahora está
sucediendo lo mismo. Lo que quieren es aumentar los impuestos directos e
indirectos para obtener 189 mil millones de pesos adicionales, en los próximos
cuatro años. Sólo en el 2013 la recaudación adicional sería de 47 mil 297
millones de pesos.
Se trata de
una reforma fiscal regresiva, en la cual, la carga principal recae sobre los
pobres y la clase media, que dedican la mayor parte de sus ingresos para
consumir los productos que estarán afectados por el ITBIS y el Impuesto
Selectivo al Consumo.
El aumento de
dos pesos al galón de gasolina y al de gasoil, el impuesto a la circulación de
vehículos, el impuesto del uno por ciento del valor del vehículo a la primera
placa, tendrán repercusiones negativas sobre el transporte de carga y
pasajeros, así como en los precios en sentido general.
La ampliación
de la base del ITBIS, para que el café, el azúcar, los aceites y las grasas
comestibles, el yogur y el chocolate paguen un impuesto entre el 8 y el 16 por
ciento, introduce una seria distorsión, que terminará aumentando también los
precios de todos los productos de primera necesidad.
A pesar de
que en la propuesta del gobierno no están incluidos, el arroz, las habichuelas,
la carne de pollo, los huevos, la leche, las frutas y los vegetales, lo cierto
es que los precios de esos productos aumentarán debido a que los impuestos que
se aplicarán a los primeros, afectarán de manera indirecta a todos los
artículos que forman parte de la canasta familiar.
El poder de
compra de los profesionales y de la clase media en general, será reducido
sensiblemente mediante el aumento de los impuestos directos.
El impuesto
de un diez por ciento al ahorro, el pago anual de doce mil pesos por parte de
los pequeños negocios, así como el congelamiento por inflación de los ingresos
de personas físicas entre otros, son golpes mortales a la economía de la clase
media.
El precio de
la canasta básica aumentará de 27 mil a 35 mil pesos mensuales, como
consecuencia de los nuevos impuestos.
Esto
disminuirá el consumo de la población e impactará negativamente en la
producción nacional y en el empleo, incrementando los niveles de pobreza.
Además del
impacto negativo de esta reforma en lo económico y lo social, debemos destacar
lo que ella significa para el funcionamiento de nuestras instituciones.
Con la
imposición de esta reforma se estaría violando el Artículo 36 de la Ley de
Estrategia Nacional de Desarrollo 2030, que consigna que debe llegarse a un
pacto fiscal con las fuerzas políticas, económicas y sociales, para un proceso
de reestructuración fiscal integral.
Esta reforma
no es sostenible porque no contribuye a estimular los sectores productivos, ni
fomenta el ahorro interno y tampoco eleva la calidad del gasto social.
Lo que en
realidad persigue esa reforma es más dinero para continuar despilfarrándolo, de
la misma manera que lo hizo el gobierno anterior. La mayoría de sectores la rechazan
por injusta e inoportuna.
En
consecuencia, se hace necesario que los ciudadanos y ciudadanas hagamos valer
nuestro derecho a resistir la injusticia que encierra este nuevo aumento de
impuesto.
La
resistencia ciudadana es necesaria porque los nuevos impuestos aumentarán el
costo de la vida, reducirán el poder de compra de las personas, bajarán la
producción y las actividades económicas y aumentarán la pobreza y la
desigualdad social.
Dominicanas y
dominicanos: ustedes saben que siempre he sido un ente de moderación y diálogo.
A lo largo de
mi vida he demostrado mi compromiso con la democracia y el fortalecimiento de
las instituciones del país. Reitero ante ustedes, mi decisión de continuar por
ese camino.
Ahora bien,
frente a la intransigencia de quienes pretenden imponer las odiosas medidas que
conlleva esta reforma, doy mi apoyo a las acciones de resistencia ciudadana.
Esta
resistencia ciudadana, que se manifiesta ya en acciones de diversas
organizaciones sociales, encuentra justificación ética y moral, de manera
particular, en el documento público dado a conocer por el Consejo Económico y
Social el pasado 26 de octubre.
En ese
documento el CES da cuenta al país de la actitud arrogante e indolente del
gobierno, al suspender el diálogo. En efecto, el gobierno decidió enviar al
Congreso de manera apresurada y unilateral su propuesta de reforma fiscal.
Señoras y
señores: consciente de que debemos de impulsar acciones que contribuyan al
fortalecimiento de nuestro sistema democrático y social, hago las siguientes
propuestas y demandas:
En primer
lugar: solicitamos que el gobierno retire del Congreso Nacional su propuesta de
reforma, para retomar el camino del diálogo, que permita alcanzar un pacto
fiscal consensuado, que se traduzca en mayor bienestar para la gente.
En segundo
lugar: proponemos que sea en el año 2013 cuando se discuta junto al
empresariado, la sociedad civil y los partidos políticos, una reforma fiscal
integral.
En tercer
lugar: proponemos que el presupuesto para el año 2013 tenga como referencia la
estructura de gastos del presupuesto del año 2011 tal y como lo consigna el
informe detallado de la Comisión Económica de nuestro Partido Revolucionario
Dominicano.
En cuarto
lugar: proponemos que esta reforma fiscal integral, sea vinculada de manera
explícita al cumplimiento de las normas institucionales, que obligan al uso de
los recursos públicos con transparencia y equidad, tanto en lo territorial como
en lo sectorial.
Finalmente:
demandamos que se aplique la Constitución y la Ley de Presupuesto, especialmente
en lo que se refiere a las faltas e infracciones cometidas por los funcionarios
responsables del manejo de los fondos públicos.
Señoras y
señores: estamos en un momento crucial para nuestra Patria. Enfrentemos con
responsabilidad las dificultades actuales para, recorrer juntos el camino hacia
el desarrollo sostenible y trabajar por la solución de los graves problemas que
afectan la Nación.
Este no es un
momento para imposiciones sino para el diálogo. No es momento para el
autoritarismo sino para la concertación.
El ejercicio
de nuestros derechos democráticos, con apego a los principios y valores sobre
los cuales descansan las instituciones de nuestra querida Patria, se concretiza
en la resistencia ciudadana a un aumento de impuestos como el que se nos quiere
cargar a toda costa.
En la
búsqueda de la paz social y la construcción de una sociedad justa y solidaria,
no hay lugar para la indiferencia.
Sólo con
nuestra participación decidida como ciudadanos y ciudadanas responsables,
seremos capaces de construir una mejor República Dominicana”.
Que Dios
Todopoderoso nos bendiga a todos.
Muchas
gracias.
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