PLAINE DU NORD, Haití, 26 de Julio
(Reuter).- Con una invasión militar de los Estados Unidos en puertas, miles de
haitianos celebraron aquí el Festival Anual de Lodo y Hanpre en honor del Vudú
que es la deidad del poder, buscando quizás ayuda para enfrentar a las tropas
extranjeras.

Sacerdotes del Vudú, supuestamente
posesionados por espíritus, bailaron frenéticamente y con movimientos lascivos
al sonar de los tambores.
Luego de las danzas espirituales -con fuerte matiz sexual- sacerdotes y
bailarines, siempre moviéndose como anguila al son de los tambores, se metieron
en una enorme pileta de lodo, sangre de animales sacrificados y ron.
Mientras tanto, los peregrinos, que
llegaron en viejos automóviles, autobuses y a pie desde todos los rincones del
país, ofrendaban flores y alimentos a los dioses.
Alrededor del 80 por ciento de los
haitianos son católicos, pero la mayoría cree también en el vudú, una religión
que se originó en África y que los primeros esclavos trajeron a esta
empobrecida nación caribeña.
El vudú ha estado relacionado con la
política en Haití desde hace muchos años.
Población del temor
El ex dictador Francois “Papa Doc”
Duvalier explotó en la década de 1950 los temores que causa el vudú entre la
población al crear la temida policía de los Tonton Macoutes, muchos de cuyos
miembros eran sacerdotes vudú.
Más recientemente, miembros del
derechista y paramilitar grupo frente Armado Revolucionario del Pueblo de Haití
han amenazado con utilizar la magia negra y el vudú contra los posibles
invasores extranjeros.
Viejas litografías muestran el santo
católico Santiago montado en un corcel, vestido con una reluciente armadura y
blandiendo una filosa espada.
Desde hace años Santiago ha sido
relacionado con la deidad africana Ogou Feray, que es el dios del poder y la
guerra.
Los asistentes al festival anual del
vudú, que dura siempre tres días y es uno de los más concurridos en Haití,
fueron apenas una cuarta parte de los del año pasado, según cifras de la
policía.
Los organizadores del ritual
aseguraron que la poca asistencia se debió al embargo total impuesto por las
Naciones Unidas en Haití el año pasado, y endurecida en mayo, aunque dijeron
que el festival fue igualmente intenso.
El embargo de la ONU busca presionar
a los militares golpistas que derrocaron al presidente Jean-Bertrand Aristide
en septiembre de 1991, a que dejen el poder y permitan el regreso del
mandatario que vive en el exilio.
Sacrificio de la vaca
A la sombra de un gigantesco árbol,
un hombre y su familia sacrificaron una vaca.
El hombre le cortó la cabeza de un
certero machetazo y él y su familia comenzaron a recoger la sangre en vasijas,
para luego beberla solemnemente.
“Ese hombre es muy rico”, dijo en voz
baja un joven llamado Pierre. Agregó que el valor de la vaca era de 300 dólares
y que con ese dinero podía alimentar a una familia grande durante varias semanas.
“Tuvo un año espléndido en sus
negocios, por eso sacrifica un animal tan costoso en honor del Santo Santiago,
para rogarle que el próximo año sea igual”, agregó Pierre con un destello de
envidia y admiración en el fondo de los ojos.
Los peregrinos llenan la pileta de
lodo con sangre de los animales que sacrifican, con ron que ofrecen en honor de
los dioses y con comida. Todo esto, entre gente muy pobre y a la que le cuesta
mucho desprenderse de un bocado.
Todo sea en honor de Santiago.
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