Por Ricardo
Fortuna.
ATMÓSFERA DIGITAL, SANTO DOMINGO.- Indudablemente
la oposición política en República Dominicana se ha constituido en un elemento
novedoso luego de lograr compactar un bloque con todos los partidos que
adversaron al oficialismo, aun sea en un contexto coyuntural, como es la lucha
por la renovación total de los órganos electorales no deja de ser auspicioso este ejercicio de
las fuerzas de oposición.
En la
práctica, No muchos vieron claro por qué nos retiramos de la mesa de dialogo
convocada por el monseñor Agripino Núñez Collado, a pedimento del presidente Danilo Medina, las razones no eran muchas; no había consenso para la imparcialidad,
por eso no podíamos hablar de perfiles.
En teoría,
la imparcialidad se supone una cualidad inherente a cualquier juez, en
cualquier materia. En la práctica, en ninguna
declaración de la Comisión del Senado se ha manejado el concepto imparcial como
condición Sine Qua non entre los aspirantes es seguro suponer que encontraremos
hombres y mujeres íntegros y de una alta convicción moral , al ser parciales no
dejan de ser lo otro, incluidos los actuales miembros de la Junta Central
Electoral, pero en materia electoral da
lo mismo que cuente un confeso ateo que
un fervoroso creyente el asunto es que cuente bien, esa es la condición deseada
que al conjugarse con transparencia deja tranquilo a todos, pero muy
especialmente a la población.
En la
práctica, la oposición ha agotado una faena cívica con la teoría de que
necesitamos jueces imparciales en materia electoral, y a pesar de que iglesias,
empresariado nacional, sociedad civil, miembros del propio PLD y del propio
gobierno, además de figuras notables que son referente moral, han coincidido en
este reclamo, aún con todo esto, el PLD
con su mayoría en el Senado parece pondrá en práctica su teoría: ¡CERO IMPARCIALIDAD ¡
Sobre el
argumento válido de no asistir a un reparto político la oposición está
construyendo, en la práctica, quizás sin proponérselo, el escenario fértil de
un más amplio consenso, en teoría el Senado controlado por una mayoría peledeísta está sentando las bases para que la población entienda que el
ejercicio del voto como acto libérrimo ya no tiene sentido, esto en la práctica
es sumamente peligroso.
Desde hace
meses solo con algunas variaciones en el orden de investidura se han venido
manejando los nombres de quienes podrían ser los llamados a conformar en lo
inmediato por lo menos, la Junta Central Electoral, ninguno de ellos representa
lo que la oposición y la sociedad en general han venido reclamando, entonces se
terminó la teoría?
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