He visto con asombro como algunos han planteado como parte a
la búsqueda de soluciones a la inmigración haitiana hacia nuestro país el de
castrar a las parturientas haitianas que vienen a parir
a los hospitales dominicanos.
Otros han planteado el que se le cobre la llamada cuota de
recuperación como forma de desincentivar que las mujeres haitianas
indocumentadas prefieran burlar los controles fronterizos y se arriesguen a venir al país a alumbras en
nuestros centros asistenciales.
Lo ideal sería que las autoridades dominicanas se esfuercen
un poco en hacer más efectivos los controles fronterizos para evitar que las
mujeres haitianas indocumentadas logren burlar las vigilancias y lleguen hasta
los hospitales dominicanos a parir.
El caso no es tan sencillo porque el desorden generalizado a
todos los niveles que existe en nuestra frontera no permite tener un control
efectivo de los indocumentados que diariamente cruzan de un lado a otro, no solamente haitianos sino de diversas
nacionalidades.
Usted se imagina la gran cantidad de mujeres haitianas
indocumentadas que hay en República Dominicana, la mayoría ejerciendo la
prostitución y embarazándose para alumbrar gratuitamente en nuestros hospitales
algo que debe ser controlado por las autoridades.
Las autoridades de migración deben apresar y devolver a su
país a todas esas mujeres haitianas indocumentadas que degradan la sociedad
dominicana mediante la prostitución y promiscua forma en que la ejercen, con el
consiguiente peligro de la proliferación de enfermedades infecto contagiosa,
como el Sida.
Toda parturienta indocumentada haitiana que asista a nuestros
centros asistenciales a parir debe ser responsablemente castrada y evitar así el problema que esta
falla de las autoridades ha causado a la sociedad dominicana.
El autor es periodista; reside en Monte Plata.
El autor es periodista; reside en Monte Plata.
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