Por Guido Gómez Mazara.
ATMÓSFERA DIGITAL, SANTO DOMINGO.- Cuando
la competencia se ejerce desde un lodazal, no existe espacio para el debate
inteligente ni las ideas bien estructuradas. Dentro de la cultura partidaria,
el chisme retrata perfectamente los niveles de insuficiencia de la mayoría de
los exponentes del bestiario político. Y en ese orden, en la medida que se
desmonta todo el tinglado de negocios, ventajas y aberraciones de un modelo
organizacional caduco, la reacción de los desplazados es sobrevivir a cualquier
precio.
Las aspiraciones tendentes a devolverle
al partido el respeto en la ciudadanía, despoja a los actuales beneficiarios
del altísimo nivel de rentabilidad que implica su estatus exquisito. Y
reaccionarán con la energía y virulencia acostumbrada.
Respecto de todos los
que hemos decidido agruparnos alrededor de la corriente Por el Rescate del PRD
se inventarán toda clase de rumores, posibles entendimientos con los
administradores de las siglas y ante la inviabilidad de reducir la fortaleza de
una mayoría que procura una convención democrática, los resortes
comunicacionales comprometidos con Miguel Vargas Maldonado serán los instrumentos a
utilizar para el descrédito.
Cada vez que avanzamos y saltamos
toda clase de obstáculos procesales que, orquestados por la dirección
institucional, pretenden no someterse al escrutinio de las bases, renace otra
intención maliciosa. Afortunadamente, la sociedad sabe perfectamente que el
festival de incidentes y retardos obedecen a ganar tiempo para aferrarse al
control del PRD. En el interregno, hay que insistir en la conducción de un
proceso interno y no dejarse desviar del objetivo esencial: realizar una
jornada plural y participativa para elegir las autoridades.
En lo personal, estoy preparado para
que la insuficiencia vuelva por los senderos de la maledicencia. No me
preocupa. Resido en la misma casa hace veinte años, mis tres hijos provienen
del vientre de mi esposa con la que llevo más de dos décadas casado, nunca he
sido condenado por ningún tribunal ni aquí nifuera del país,he vivido de lo que
mi trabajo profesional me ha permitido ganar y el vendaval de insinuaciones
generadas por mis discrepancias con el Embajador Hertell, no sólo me dió la
satisfacción de una excusa, sino que el arquitecto de esa patraña terminó
condenado por una corte federal en Estados Unidos.
Los ajetreos jurídicos me han hecho
un asiduo visitante en el Tribunal Superior Electoral (TSE), reclamando
derechos conculcados por hábitos partidarios impropios de la democracia y
pluralidad política. Deposité un recurso de impugnación en el Senado, Suprema
Corte de Justicia y Consejo Nacional de la Magistratura con el interés de que
no repitieran aspirantes a las altas cortes. Cuando el caso Odebrecht explotó,
deposité mediante acto de alguacil al procurador general una solicitud para que
se me investigara, partiendo de que toda la fase acusatoria tiene como punto de
partida el año 2001, y en esa coyuntura ejercía la condición de consultor legal
de la Presidencia. Aunque nunca me citaron, debo dejar constancia que ningún
servidor público puede molestarse porque se le cite y/o analicen sus actos como
funcionario. Siempre he estado disponible!
Y en la escena del partido conozco
las consecuencias que genera un proceso de verdadera democratización del PRD
debido al marcado interés de degradar la organización hacia un esquema de
disminución electoral que, cuenta con el auxilio oficial, y retribuye con
migajas en el tren gubernamental a los mentores entusiastas del
resquebrajamiento de 79 años de historia.
Devolverle a los militantes el
orgullo de ser perredeísta será siempre una tarea que me llena de entusiasmo.
No obstante, reconozco como el retorcimiento adquiere categoría de dirigente,
dándole oportunidad a toda la miseria humana con rostro partidario. Por mi
parte, duermo tranquilo!
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