Por Freddy P. Galarza.
ATMÓSFERA DIGITAL, NUEVA YORK.- La
imagen que en su interior presenta la sede del Colegio Dominicano de
Periodistas (CDP) debe llenarnos de vergüenza a todos los miembros que formamos
parte de la institución.
Sentí indignación, a la ves, algo
deprimido cuando guiado por el actual presidente Adriano de la Cruz, Juan
Carlos Bisonó, presidente del IPPP y Dario Abreú, que estaba de visita,
realizamos un recorrido por las instalaciones de la planta alta del edificio
dejada en total ruina por la pasada administración.
Luego de siete años sin visitar la
central del CDP, no imaginábamos que su planta física por dentro estaría tan
destruida como observamos; baños, oficinas, salones del tercer piso
desmantelados, cocinas destruida, sus estufas pocas sirven y están bañadas de
polvo, ventanas y puertas tiradas en el piso.
Nos llenos de tristeza observar como
se dañan cientos de efectos médicos que fueron donados al CDP, como; sillas de
ruedas y otros artículos de hospitales abandonados, lanzados en uno de los
destartalados salones que podrían haber sido repartidos en la población, o
centros médicos del estado por los pasados directivos .
Lo peor visto allí, fueron los
expedientes de la membresía del CDP, tirados en un cuartucho que podrían haber
corrido mejor suerte, tratándose de identificaciones personales de cada uno de
nosotros. No tuvieron la decencia de dejar organizado un buen archivo a la
altura de una institución tan representativa como lo es nuestra entidad
periodística.
Fuera, en el patio, dos destruidos
vehículos en total deterioro, posiblemente no soportan una reparación según nos
explicó el profesor Adriano de la Cruz, y que hacen mucha falta para la movilidad
de empleados y directivos.
Sería saludable que los periodistas
de las provincias se dieran una vueltecita por el local del CDP, para que vean
la realidad y condiciones en que el grupo Marcelino Vega y sus directivos
entregaron el edificio de la entidad luego de su derrota en las pasadas
elecciones.
La bancarrota económica en que
dejaron al CDP, hace imposible su recuperación en poco tiempo. Sería una larga
batalla de sus actuales dirigentes para mejorar la imagen de nuestro colegio en
todos los sentidos.
Es el desafío que tenemos los del
Movimiento Convergencia y todos los cedepeístas que depositaron su confianza en
los que hoy dirigen la organización periodística y que así lo prometieron en la
pasada campaña electoral.
Aboguemos porque esa desagradable
imagen que presenta en la parte física el interior del CDP, desaparezca ante la
vista de los periodistas y los que nos visiten.
El autor es periodista residente en Nueva
York.
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