ATMÓSFERA DIGITAL, SANTO DOMINGO.- La disciplina es la
capacidad que tienen las personas para poner en práctica una serie de
principios, normas y reglas relativas al orden y la constancia sobre algo y
para actuar en forma ordenada, tanto para la ejecución de tareas, propósitos y
actividades cotidianas como en sus vidas en general.
Cuando hablamos de disciplina también conlleva hablar de
autoexigencia, osea la capacidad para exigirnos a nosotros mismos un fiel
cumplimiento en algo, y para hacer las
cosas de la mejor forma posible, en ese sentido, es pedirse así mismo un
esfuerzo extra para lograr algún objetivo propuesto.
En este artículo queremos referirnos a la disciplina en
materia financiera y la forma de cómo podemos lograrlo.
La disciplina, en las finanzas, supone la capacidad para controlar
los impulsos en los gastos, gastar en las necesidades básicas, tener un orden
establecido en los gastos y ahorrar para los días difíciles, todo en la vida,
desde las plantas, la tierra, los animales hasta el sistema solar, tiene una
disciplina; y el ser humano no es un caso excepcional.
No podemos pretender ser disciplinados de repente en ninguna
área de nuestra vida, y de forma impecablemente continuada desde el momento que
deseamos serlo, debemos empezar quizás con los detalles más pequeños para que
poco a poco ir ampliando el ejercicio.
A continuación trataremos algunos pasos necesarios para
trabajar la disciplina financiera en nuestras vidas.
Clasificación de los gastos: Clasificar nuestros gastos no es
tan sencillo como pudiera verse, pues esto conlleva, hacer una lista de todos
los gastos de manera general y total e irlos clasificando por orden de
prioridades e importancia, un ejemplo de estos pueden ser el pago de la renta,
de la luz, de las tarjetas de crédito y prestamos, donde se anote al lado del
concepto del pago el monto a pagar y así sucesivamente hasta anotarlos todos.
Registro de ingresos y egresos: Si no los proponemos, podemos
ser nosotros mismos nuestros propios contadores. Para llevar un registro de
nuestros gastos, debemos anotar en una libreta todo el dinero que nos entra y
sale cada mes. Para visualizarlo mejor, lo hacemos detalladamente durante tres meses, así
podremos determinar cuáles son los promedios, y de este modo podemos darnos
cuenta de cuáles son las actividades en las que más dinero gastamos, y evaluar
por dónde reducir los costos.
Fijarnos metas: Si deseamos ahorrar para algo, debemos saca
la cuenta de cuánto debemos apartar cada mes y cuánto tiempo nos tomará
completar esa suma. Sin embargo, debemos tomar más previsiones que solo en
guardar el dinero. Pensemos en factores como la devaluación de la moneda o los
gastos emergentes que nos pueden ocurrir. En cualquiera de los casos debemos
tener un plan b y c, como invertir en
bienes que se revaloricen o tener un fondo destinado para emergencias y
eventualidades no programadas, la idea
es que no se nos quebrante la meta y propósito del ahorro.
Control de gastos: Una manera fácil para controlar los gastos
es no visitar tiendas, joyerías o lugares de ventas de artículos que nos
pudieran interesar, así nos limitamos a ver algo que nos guste y nos podemos
ver tentado a comprarlo ó recurrir a deudas para adquirir algo no en realidad
no necesitamos sino mas bien que queremos. Hasta que no aprendamos a
diferencias las cosas que queremos de las que necesitamos pudiéramos siempre
estar cayendo en gastos innecesarios.
El ahorro: Debemos proponernos ahorrar por lo menos el 10 por
ciento de nuestros ingresos mensuales, y así en la medida que nos sea posible
sin afectar nuestra calidad de vida ir incrementando el monto destinado al
ahorro cada mes, de esta manera iremos fortaleciendo la cantidad ahorrada y nos
sentiríamos cada vez más satisfechos con nosotros mismo al ver que lo estamos
logrando.
En el ámbito de las finanzas personales la eficiencia
financiera se refiere a obtener los mejores resultados en cuanto a ahorro e
inversión de recursos económicos invirtiendo la menor cantidad posible de
tiempo, en tal sentido te hacemos las siguientes recomendaciones.
Mantener el orden y ser disciplinado
Para lograr la eficiencia en las finanzas personales, como en
otros aspectos de nuestras vidas, existen dos elementos primordiales que son:
el orden y la disciplina. Sin embargo, llevar una vida financieramente ordenada
no quiere decir necesariamente tener un control obsesivo sobre todas las
operaciones y vivir con temor permanente ante los posibles riesgos. Simplemente
se trata de día a día estar al tanto de nuestros ingresos y gastos y
mantenerlos controlados para poder
planear nuestro futuro con mayor facilidad y comodidad.
Mantener el dinero en movimiento
Para aumentar nuestro patrimonio es necesario poner el dinero
en movimiento, es decir, invertir. De nada nos sirve tener dinero ahorrado si
lo guardamos debajo del colchón. Hay que tener en cuenta que con el paso del
tiempo (debido a la inflación y alza de los precios) el dinero tiende a perder
su valor relativo, por lo tanto al paso del tiempo, meses o años, lo que hemos
guardado ya no nos sirve para comprar lo que en otro momento hubiéramos podido
comprar con esa misma cantidad. Por tal razón, para aumentar la eficiencia
financiera es necesario que invirtamos en instrumentos de ahorros (Certificados
de depósitos, acciones ó bolsa de valores) disponible en las instituciones
financieras, que se acomode mejor a nuestras necesidades y expectativas.
Mantenernos informados
Por último, una estrategia indispensable para ser más
eficientes en lo financiero es mantenernos siempre informados de lo que ocurre
a tu alrededor, es decir mantenerte al tanto de los cambios no solo en lo
financiero si no también en lo político, económico y en lo social, (alza y baja de las monedas
extranjeras, de los precios y los servicios), tanto en el país como en el
mundo. Recordando siempre que una persona bien informada toma las mejores
decisiones.
El autor es Mercadólogo, Economista y profesor universitario.
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