Por
David R. Lorenzo.
ATMÓSFERA
DIGITAL, SANTO DOMINGO.- La magistrada Gisela Cueto, designada este jueves como procuradora interina de la Procuraduría
Especializada de Delitos Electorales, tiene un papel importante en la historia
del Colegio Dominicano de Periodistas (CDP),
cuando en el 1988 defendió y apeló la sentencia de la Corte de Apelación
del Distrito Nacional, que declaró inconstitucional la ley 148, que creo a esa
agrupación profesional.
El 28
de marzo del 1984 los dueños de diarios, Rogelio A. Pellerano, Manuel E.
Pellerano, José Luís Corripio Estrada, J. Enrique Franco y Germán Emilio Ornes
se presentaron ante la Primera Cámara Penal del Distrito Nacional y se auto
incriminaron por ante la Primera Cámara
Penal del Distrito Nacional, alegando ser violadores de la Ley 148 que creó el
primer CDP.
Esa
acción de presentarse voluntariamente ante un tribunal y auto acusarse de violar
una ley fue realizada por primera vez en la justicia dominicana, y no estaba
contemplada en nuestra legislación.
El
tribunal citó al CDP para que interviniera en el proceso, pero sus abogados,
encabezados por doctor Fernández,
decidieron no acudir, por lo extraño del
juicio, y por dar como un hecho que el
tribunal lo iba a rechazar.
Tal
como se esperaba, el 20 de junio de ese año, el juez declaró irrecibible el
apoderamiento por considerar la autoincriminación jurídicamente improcedente y
mal fundada.
Pero,
los dueños de diarios no se dieron por vencidos, y recurrieron la sentencia
ante la Corte de Apelación Penal del Distrito Nacional, tribunal que durante 4 años conoció varias
audiencias, pero, sin la presidencia del
CDP, por no ser parte del proceso.
La
procuradora general de la Corte de Apelación Penal ante ese tribunal lo era
nada más y nada menos, que la doctora Cueto, con fama de ser buena magistrada,
y quien por mutuo propio, siempre estuvo defendiendo al CDP.
Se
esperaba que el tribunal de alzada
ratificara la sentencia de primera grado, pero el 14 de marzo del 1988,
dictó una sentencia totalmente contradictoria y perjudicial para el CDP,
dejando a sus abogados y dirigentes
totalmente sorprendidos.
En
cuanto al fondo, la Corte confirmó la sentencia de primera grado que declaró
irrecibible el apoderamiento de los dueños de diarios, pero en su tercer
dispositivo declaró inconstitucional la ley 148, por haberse aprobado en tres
legislaturas, en violación a la Constitución de la época.
Como
el CDP no era parte del proceso, no podía hacer absolutamente nada, ni mucho
menos impugnar la sentencia. Pero, cuando se creía que todo estaba perdido, la
magistrada Cueto la recurrió, pasando el caso a la Suprema Corte de Justicia.
Desafortunadamente,
el 1 de septiembre del 1989, la Suprema Corte de Justicia declaró la nulidad de la ley 148 del 30 de
junio del 1983, por considerar que fue
aprobada en violación a las disposiciones de los artículos 3, 4, 8 inciso 6,
55, inciso 3, 100, 102, 110 y 113 de la Constitución de la República”,
sepultando definitivamente a nuestro primer Colegio Dominicano de Periodistas.
El
dispositivo dice de la manera siguiente:
“por tales motivos, PRIMERO: declara nulo el recurso de casación
interpuesto por la Magistrada Procuradora General de la Cámara Penal de la
Corte de Apelación de Santo Domingo, contra la sentencia dictada en
atribuciones correccionales por dicha Cámara, el 14 de marzo de 1988, cuyo
dispositivo se ha copiado en parte anterior del presente fallo;
SEGUNDO:
Casa sin envío la referida sentencia en cuanto confirma la sentencia de
primer grado, en el aspecto en que negó calidad a los recurrentes para
comparecer voluntariamente ante dicha jurisdicción;
TERCERO:
Declara la nulidad de la ley 148 del 30 de junio del 1983, que crea al
Colegio Dominicano de periodistas, por haber sido dictada en violación a
disposiciones de los artículos 3, 4 y 8, incisos 6, 55, inciso 3, 100, 102, 110
y 113 de la Constitución de la República;
CUARTO: Declara las costas de
oficio”.
Pese
a esa derrota, no hay dudas que la magistrada Cueto, por su papel jugado en el
juicio del CDP, forma parte de la
historia de ese gremio profesional, al igual que el doctor Leonel Fernández, participación
que probablemente sea desconocida por la mayoría de los periodistas
dominicanos, incluyendo a muchos de sus dirigentes.
0 Comentarios
Tu comentario es importante