Por
Manuel Hernández Villeta.
ATMÓSFERA
DIGITAL, SANTO DOMINGO.- El Coronavirus puede llevar a que se dé un reflujo
político con miras a las elecciones congresuales y municipales. Los líderes
partidistas consideran que todo sigue igual y que ya tienen su posicionamiento
seguro.
No es
así, con semanas sin realizar propaganda electoral, sin visitar los pueblos,
sin contacto directo con las masas, todos juegan al peligro. Tendrán el gran
seguimiento de sus fieles e incondicionales, pero la masa silente está en el
limbo.
La
gran mayoría de los dominicanos son apartidistas. Se manifiestan el día de las
votaciones, por el candidato de sus simpatías, y luego retornan a su diario
vivir. Ahora mismo esa amorfa masa solo
está pensando en sobrevivir.
Cuando
se fije la fecha de las elecciones, los dirigentes partidistas deberán conocer a fondo cuál es el sentimiento
popular. Hay nuevas expectativas, y no estar claro en torno a ellas sería una
situación infantil.
Lo
primero es partir de la realidad económica. Está totalmente paralizada la
industria del turismo, que es la espina dorsal de la economía de hoy. Los
servicios no funcionan desde los primeros días del pasado mes. Los cálculos del
ministerio de Trabajo es que se ha
notificado más de medio millón de cesanteados.
Valga
decir que la prioridad de ese medio millón cuando se vaya a votar es conseguir
un trabajo, o volver a encajar en el anterior. Medio millón que no trabaja en
el gobierno y que hasta hace un mes pensaba tenía su diario existir asegurado.
Hay
que determinar hacia quién se inclinará
a votar esa silenciosa clase media que
de tener ciertas seguridades de repente tiene temor al futuro personal. No es
lo mismo, sin cargas ideológicas encima, pensar en el futuro colectivo, cuando
usted tiene la soga en el cuello.
Sin
una prédica política a diaria, y con la amenaza de que no se prendan los
fogones por un tiempo, el reflujo partidista es posible. Esto significa que una
parte significativa de la población dejará de ir a las mesas de votaciones.
Cuando
se celebren las venideras elecciones todavía habrá secuelas del Coronavirus.
Después que sea controlado, viene la etapa del retorno muy lento a la
normalidad, para evitar las reinversiones. En ese panorama, nadie está seguro.
Es
más, ahora mismo ni siquiera hay
condiciones para realizar una encuesta sobre las candidaturas presidenciales.
Se faltaría a la objetividad, si se busca determinar posicionamiento de
candidatos, cuando la muerte nos persigue a todo galope.
Para
los chiriperos y buhoneros, la mayoría tendrá que comenzar de cero. Viven al
día a día, pero han abandonado plazas que ahora deben cultivar de nuevo, y no
se sabe cómo estará el movimiento económico para el día de las votaciones.
En
política el accionar lo marcan las coyunturas, las circunstancias. Ortega y
Gasset decía que el hombre era él y sus circunstancias. La profunda crisis
económica que ahora mismo abraza a los dominicanos, será gravitante en las
votaciones. La mayoría silente, será más conservadora que nunca. ¡Ay!, se me
acabó la tinta.
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