Por
Manuel Hernández Villeta.
ATMÓSFERA
DIGITAL, SANTO DOMINGO.- El gobierno tiene un deber ineludible de avanzar las
relaciones económicas con todos los países del mundo. No es un trago fácil. El
país es libre y soberano, pero para
nadie es un secreto la fuerza real y el dominio que tienen los Estados Unidos
en su área de influencias.
La
acción más trascendental será en torno a cómo se van a dirimir los asuntos
económicos con China. Lo más importante es que ya hay relaciones diplomáticas,
por lo que solo debe haber una razón de Estado para ampliar el comercio.
China
puede ser una tabla de salvación para la economía dominicana. Es un gran
comprador, desde metales hasta comestibles, y de su parte, es uno de los
principales mercados mundiales. Es prioritario asegurar este mercado.
Una
parte importante de China es su posición turística. Antes de la pandemia, China
se presentaba como uno de los polos emergentes del turismo mundial. Las nuevas relaciones salariales y de trabajo en
China hacían posible que millones salieran de vacaciones.
Es de
esperar que tan pronto se dé un control mundial de la pandemia, los chinos
vuelvan a ser una de las atracciones del turismo mundial. Los chinos están muy
avanzados en la industria, la
manufactura, las grandes construcciones,
y comienzan a incursionar en los
auto-motores.
Ya es
conocido que los orientales tienen una posición líder en lo que se refiere a la informática en general. Es cuestión de
saber hacer los amarres para que el país
se beneficie de ese libre intercambio con China. Ya sobre la posición de los
Estados Unidos, claro está que se
transitará por terreno
enjabonado.
Pero
la República Dominicana es libre e independiente por lo que puede ampliar su
intercambio comercial con todos los países del mundo. En ocasiones, para ser
realistas, impera la fuerza imperial de los norteamericanos, que en las
naciones sub-desarrolladas siempre tienen la última palabra.
Miles
de chinos viven en la República Dominicana, siendo una de las colonias más
próspera y organizada. Con discreción
sus negocios son sólidos, desde el área de los supermercados, la comida rápida,
la venta de artículos diversos y los hoteles populares.
Los
chinos hoy tratan de ser la primera potencia económica del mundo. Hace años
dejaron de exportar la revolución, y ahora buscan hacer socios comerciales. Es una
buena opción para el libre intercambio de los empresarios orientales y los
dominicanos. Es una necesidad, ampliar
el intercambio con ese mercado. ¡Ay!, se me acabó la tinta.
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