Por Antonio G. Reyes Baldwin.
ATMÓSFERA DIGITAL, SANTO DOMINGO ESTE.- Por muchos años la militancia
del Partido Revolucionario Moderno (PRM) y la del antiguo partido PRD,
trabajaron incansablemente para conseguir la anhelada victoria electoral; estos
sueños se hicieron realidad, cuando el domingo 5 de julio del 2020, el
candidato presidencial Luis Abinader se alzó con la victoria con el 53% de los
votos.
A partir de ese momento la
militancia del PRM, los denominados compañeros de las bases, celebró por todo
lo alto su gran victoria; como es de esperarse comenzaron a ilusionarse por las
tantas promesas realizadas previas a la victoria, esperanzas que poco a poco se
han ido desvaneciendo al transcurrir el tiempo, y ver la triste realidad que a
casi 9 meses de la toma de posesión el 80% de esos compañeros siguen fuera del
tren gubernamental.
El presidente Luis Abinader ha sido muy claro y preciso, mandando la
línea a todos sus ministros, directores generales o a cualquier otro alto
funcionario de su gobierno, para que la militancia peremeista sea colocada en
las diferentes instituciones del Estado dominicano.
Hasta el momento estos funcionarios han sido muy negligentes y pasivos a
la hora de colocar una militancia que reclama a gritos empleos; muchos de ellos
estuvieron dándolo todo por su partido, entregados en cuerpo y alma por la
causa, recorriendo calles y callejones, gastando sus recursos físicos y económicos, a sabiendas que la mayoría de
ellos pertenecen a clases sociales muy humildes y de extrema pobreza, con el
agravante que muchos de ellos están actualmente desempleados.
La problemática de las bases del PRM se agrava cada día más, porque
algunos ministros y directores generales, no reciben a los compañeros, tampoco
le cogen las llamadas, y lo que es peor, nombran o mantienen a cuadros peledeístas
en los cargos en detrimento de quienes fueron los artífices que hicieron
posible, que hoy en día el PRM sea el partido oficialista.
La Ley 41-08 sobre función pública, que crea el Ministerio de
Administración Pública, como también la
Ley 247-12, relativa a la Organización de la Administración Pública, son leyes
que ciertamente han contribuido a que los miembros del PRM no hayan accedido al
gobierno con la rapidez deseada, sumado a esto la poca voluntad y el mal manejo
con que se ha tratado el tema, resultando de la misma una confrontación
partido-gobierno.
Los reclamos continúan en toda la geografía nacional; se escucha a la
militancia a una sola voz la consigna “Empleos para las bases del PRM”.
Esperamos y estamos confiados que el señor presidente de la República, Luis Abinader, buscará una solución rápida y satisfactoria, que dé respuesta a una militancia que confió y confía en él.
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