El intruso de los premios “Soberanos”, la eurotomanía, el Síndrome de Don Quijote y el trastorno de amar

Por David R. Lorenzo.

ATMÓSFERA DIGITAL, SANTO DOMINGO.- El pasado martes un intruso, que resultó llamarse Loreski Medina Matos, sorprendió a muchos en la República Dominicana, cuando subió al escenario de la entrega de los afamados premios ·Soberanos” y lanzó una declaración de amor a una joven hasta el momento desconocida, al exclamarle “¡Piroska te amo!”

El hecho sucedió cuando el director del programa “El Show del Mediodía”, Iván Ruiz y el presentador Julio Clemente recibían una estatuilla, al ser premiado ese espacio  como el mejor programa diario de variedad, durante la transmisión de la actividad, desde el Hotel Jaragua.

Mientras Ruiz hablaba, el misterioso y arriesgado hombre subió al escenario, lo interrumpió para sorpresa de los presentes y televidentes, habló en nombre del  programa, sin ser parte de el, lo elogió y al final lanzó su tierna palabra de amor, para la desconocida Piroska, la nueva “Dulcinea”.

Para hacer más dramática la situación, el intruso estaba en el lugar sin ser invitado, pudo colarse sin que la  seguridad lo parara o se percatara de él, se sentó donde estaban los artistas y subió al escenario, como toda una obra de arte.

Al otro día, los productores del Show del Mediodía lanzaron una invitación pública al misterioso hombre, para que explique quién era, cómo llegó a entrar a los premios Soberanos, porqué habló a nombre del Show del Mediodía y quién es la Piroska

En la entrevista, el hombre se identificó como Loreski Medina Matos, quien dijo ser artista, pintor, escultor, cantante y compositor.  Comenzó a dar su extraña  explicación, y llegó hasta decir, que el lunes pasado,el día de la premiación, estaba dentro de un avión rumbo a Nueva York, donde reside,  pero que tuvo ciertas señales en torno a la dama, que lo obligaron a salir, a pesar de que las puertas ya estaban cerradas.

Al final se le pidió que se despidiera de la misteriosa Piroska, y con ternura le dijo: “Piroska, sabes bien de esta travesía, porque tenemos un largo tiempo hablando en silencio, mirándonos sin vernos y nos oímos sin escucharnos….Estoy dispuesto a darte un anillo en matrimonio…Eres el amor de mi vida y siempre lo serás”.

Al parecer el señor, padece el síndrome de Don Quijote, consistente una paranoia mental del caballero andante, una psicosis reactiva o un delirio de intención noble, que necesita llevar siempre en su mente a una  bella e imaginaria dama, como Dulcinea del Toboso.

“Don Quijote de la Mancha es una famosa novela caballeresca escrita por Miguel del Cervantes y Saavedra, que narra las alocadas aventuras  sostenidas por el protagonista de la novela Alfonso Quijano (Don Quijote), un hidalgo caballero, quien además está locamente perdido por el amor  de una dama imaginaria y perfecta a la que llama Dulcinea, que encarna la belleza y la virtud y cuyo amor es tan grande que la idealiza e idolatra. 

Pero también el intruso podría sufrir otro síndrome más peligroso, el de erotomanía, que es un trastorno mental en el que una persona, generalmente de un estatus social inferior, mantiene la creencia ilusoria de que otra persona, de posición social superior, está enamorada de ella.

Este trastorno de la personalidad se fundamenta en la convicción delirante de creer ser amado por esa persona, cuando en realidad no es verdad. Esa enfermedad también es conocida como “delirio de ser amado” o “delirio de pasión amorosa”, y esuna variante del síndrome de atracción fatal.

En muchas ocasiones se manifiesta con figuras inalcanzables. Lo grande del caso, es que tiene un alto componente obsesivo-compulsivo, lo que provoca que el individuo pueda cometer cualquier  locura.

En la página 80 de mi libro “El adicto”, narro el caso de una historia real motivada por  la obsesión de un hombre a una mujer, que culminó con el intento de asesinato del ex presidente de los Estados Unidos,  Ronald Reagan.

El 30 de marzo de 1981, el entonces presidente Reagan, con 69 días en el poder, fue herido por una bala disparada por un joven de 25 años llamado John Warnock Hinckley jr., quien reconoció haberlo hecho para impresionar a la adolescente actriz Jodie Foster, de quien era admirador y tenía una terrible obsesión hacia ella.

Reagan fue tiroteado a la salida del hotel Hilton en Washington. La primera bala alcanzó en la cabeza al secretario de prensa de la Casa Blanca, James Brady; la segunda, le penetró en la espalda a un oficial de policía; la tercera fue a parar a la ventana del edificio de un edificio,  la cuarta alcanzó en el abdomen a un agente del ServicioSecreto; la quinta golpeó el cristal de la limusina del presidente, y la sexta y última rebotó en el vehículo, impactando al mandatario en la axila izquierda y alojándose en el pulmón.

La policía logró detener al agresor, lanzándose sobre él. la bala que le pegó a Reagan entró justo por debajo de la axila. Fue llevado rápidamente al hospital de la Universidad George Washington, e intervenido por más de 3 horas.

El suceso se produjo porque Hinckley se había obsesionado con Foster, que interpretaba el papel de una prostituta de 12 años en la película “Taxi Driver”, de Martin Scorsese, hasta el punto de querer matar al presidente norteamericano, para llamar su atención.

No en vano, Travis, el personaje interpretado por Robert De Niro, protagoniza un amago de atentado contra un senador. Narra la historia de Travis Bickle (Robert De Niro), un veterano de la Guerra de Vietnam que trabaja como taxista en la ciudad de Nueva York y que al estar sumido en un proceso depresivo que le impedía dormir por las noches, se ve obligado a frecuentar algunos de los rincones más sórdidos de Nueva York, como en el caso de un cine porno.

Travis compra un arma de fuego y comienza un entrenamiento físico intenso para terminar alzándose en una suerte de justiciero nocturno. Entre las acciones de este antihéroe, destaca el asesinato de un hombre que planeaba atracar una tienda.

En medio de este afán justiciero, Travis cruza su destino con el de Iris (Jodie Foster), una prostituta de 12 años que ejerce en las calles, coaccionada por un proxeneta llamado Matthew “Sport” Higgins.

Finalmente, el personaje se enfrenta a Sport Higgings, al que mata a tiros y rescata a Iris del burdel. Su buena obra permite a la joven regresar a casa con sus padres y se convierte en un héroes a los ojos de la prensa.

En sus declaraciones Hinckley Jr. Afirmó haber visto “Taxi Driver”15 veces en el cine, lo cual le llevó a obsesionarse de forma enfermiza con Jodie Foster y con las acciones protagonizadas por el depresivo personaje de Travis.

Hinckley pasó los siguientes años de su vida acosando a Foster por todo el país, e incluso, se matriculó en un curso de escritura en la Universidad de Yale, en 1980, el lugar donde estudiaba la joven actriz. Numerosas cartas y llamadas intempestivas se sucedieron hasta que Foster notificó el asunto al Departamento de Policía de Yale.

A la vista de los pocos avances en lo que él consideraba una forma de enamorar a Foster, el joven de Oklahoma decidió, quizás rememorando el plan de Travis, en “Taxi Driver”, asesinar en un primer momento al presidente Jimmy Carter, aunque no tuvo tiempo de desarrollar el plan, y más tarde a Ronald Reagan, como forma de atraer el interés de Foster.

36 años después, en agosto de 2016, un tribunal federal lo puso en libertad, sin medidas de restricción, al considerar que ya no constituía una amenaza.

Ahora está por verse, si Loreski es una especie de Don Quijote, ese caballero andante de corazón noble que necesita una dama ficticia para dedicarle “sus victorias”, o es una especie de  Hinckley Jr.,  que es capaz de hacer cualquier cosa para atraer la atención de quien cree que es su amada.

También, está por verse si la llamada Piroska es ficticia como Dulcinea, a quien Loreski, el nuevo Don Quijote,  considera el símbolo de la belleza y la virtud,  o por el contrario es real, como Jodie Foster, a quien trata de impresionar  por medio de cualquier aventura, para llamar su atención,  poder tener su amor, y tal como dijo, “llevarla al altar  y amarla por siempre”.

Post data:  El autor es periodista y abogado de la República Dominicana.