Por Ramón Colombo
Primero, la pregunta: “¿Es que en este país no hay autoridad?” (para
aplicar las sencillísimas leyes del tránsito).
Segundo, el asombro: “¡Es
que aquí no hay autoridad!” (para silenciar el bocinón que no deja
dormir).
Tercero, la afirmación: “No tenemos autoridad alguna que haga
respetar las leyes” (de ahí un país depredado, sucio, caótico,
arrabalizado e inseguro). Entonces, se impone lo que todo recién llegado
pregunta: “¿Es que este país no tiene una ciudadanía que exija
autoridad?”.
No. Porque aquí no hay ciudadanos, sino habitantes.
http://blogs.elcaribe.com.do/columnistas/ramon-colombo/8322-pais-sin-ciudadania.html
0 Comentarios
Tu comentario es importante