Juan Mata atiende en exclusiva a LA GACETA
y PUNTO PELOTA antes de medirse al Barça para hablar de su vida a Londres y del
partido de hoy. “No hay ganas de revancha por lo de Ovrebo, sólo queremos pasar
a la final".
-¿Qué tal te va?
-Bien, no me quejo. Está la cosa como para
hacerlo. Soy un afortunado.
-¿Le gusta Londres?
-Me encanta. Es una gran ciudad con muchas
pequeñitas dentro de ella. La disfruto lo que puedo.
-¿Se ha adaptado a las costumbres inglesas?
-Sigo viviendo con las españolas, la
verdad. Eso no lo he variado.
-¿No tomas té?
-No. Pero tampoco tomaba horchata en
Valencia, ¿eh? (risas).
-¿Ha cambiado tu vida?
-Bastante. Es otro idioma, otro país, todo
diferente. En fútbol va todo muy rápido y dedicarte a ello te hace madurar
pronto. Pasas de la adolescencia a la madurez en un pispás.
-¿Qué echas de menos?
-A mi gente, principalmente. La familia y
los amigos. Pero estoy todo el día dándole a esto (enseña su Blackberry). Son
muchos contactos y hay que contestarles a todos. Pero bien, estoy feliz.
-¿Cuál es tu primer recuerdo del Chelsea?
-Algún vídeo de Zola, de aquella época de
Vialli, cuando era entrenador-jugador. Reportajes y de jugar a la Play. Luego
ya con Hasselbaink, Flo...
-¿Cómo es el club?
-Enorme. Lo notas en cuestiones de
marketing, publicidad, desarrollo. Está muy explotado en Asia, por ejemplo. La
Premier fuera de Inglaterra tiene mucha fuerza. Luego los aficionados, uff.
-¿Uff?
-Son muy fieles. Aquí un córner parece un
gol. Lo celebran igual. Luego fuera de casa viajan muchos. En los campos
ajenos, una tribuna te la reservan para los tuyos.
-¿Qué recuerdas de la primera vez que entró
al vestuario del Chelsea?
-Fue en agosto. Me pegué a Torres, que era
al que conocía. Pero en cinco minutos, Lampard y Terry me presentaron a todo el
equipo. Después llegó el primer entrenamiento y menuda bienvenida... (risas).
-Cuenta, cuenta...
-Formaron un corrillo todos y me empezaron
a dar collejas. Aquí te reciben así, es una tradición. Eso y la novatada.
-¿Novatada?
-Sí, tuve que subirme encima de una mesa y
cantar una canción delante de todo el equipo. Elegí La Macarena. Imagínate...
-¿Quién de sus compañeros fue el que más le
sorprendió?
-Todos, pero especialmente Terry. Me dio su
teléfono el primer día. Es un gran capitán. Ayuda mucho a los jóvenes y a los
nuevos. Lampard, por ejemplo, es una persona muy cercana. Me sorprendió también
Cech, que habla español. Es muy culto. Drogba, ahí donde lo ves tan alto y tan
fuerte, está siempre bailando en el vestuario... Todos.
-¿Qué tal está Torres?
-Cada vez mejor. Confiado. Va a más. Se lo
merece.
-¿Cómo es la Prensa?
-Mucho más tranquila. No hay la intensidad
que puede existir en España. Es otro concepto creo. Se dan pocas entrevistas:
yo en los primeros seis meses di una a The Times y poco más. Aquí no hay zona
mixta después de los partidos (sólo en Champions) ni ruedas de prensa por
semana. Y nadie entra en la Ciudad Deportiva.
-¿Es muy grande?
-Un espectáculo, 30 campos rodeados por una
arboleda. Tremendo.
-¿Notas diferencia en el fútbol, en las concentraciones,
en los estadios?
-El fútbol es más de ida y vuelta: menos
espacio y menos tiempo para pensar. Concentraciones también hay menos que en
España. Cuando jugamos en casa casi nunca nos concentramos, sólo en partidos
importantes. Sí quedamos dos o tres horas antes, generalmente, para comer. Los
estadios son encantadores: me quedo con Old Trafford, Stamford Bridge y White
Hart Lane (Tottenham).
-¿Cómo es la figura del árbitro?
-Muy diferente, empezando por la forma de
arbitrar: dejan más faltas, más libertad. Aquí los errores se entienden como
algo humano. Es como todo más normal. Se pueden equivocar y se acepta. Y no
pasa nada.
-Lo de Ovrebo no sentó nada bien...
-Es cierto. Pero yo no lo hablé con nadie
hasta que se supo el cruce. Los que lo vivieron –yo lo vi en mi casa de
Valencia– recuerdan los errores. Pero el vestuario no se martiriza con eso, en
serio.
-¿No se habla de revancha?
-No. El morbo por aquello existe, es
innegable, pero nosotros queremos pasar. Nada más. El Barça es favorito y no
sólo Messi puede desequilibrar. Es un equipo impresionante que lo ha pasado mal
en Stam-ford Bridge. Esperemos que lo vuelvan a pasar.
Fuente: Intereconomía
Fuente: Intereconomía
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