SANTO DOMINGO, República Dominicana.-
El pueblo dominicano tiene que volver a tomar las calles para luchar contra la
pobreza y el abandono de que es víctima de parte de las autoridades.
El pueblo no puede seguir pagando,
con su miseria, los platos rotos por otros.
Hay que volver a los sindicatos,
federaciones, confederaciones y centrales obreras autónomas, no amarillas;
organizar a los campesinos, las amas de casas. Darle un carácter distinto a las
juntas de vecinos. Es necesario rescatar
los frentes de masas: estudiantil, obrero y campesino, y unirlos con un
propósito común. Nadie puede ser
indiferente ante lo que está ocurriendo en el país.
Debemos evitar que el crimen y la
delincuencia sigan ganando las calles para imponer el terror; que el consumo y
tráfico de drogas se haga de manera pública. Todo ante la mirada cómplice de
las autoridades civiles y militares. (El narcotráfico y el lavado fueron
soportes importantes del pasado gobierno)
Quienes se robaron las elecciones
el pasado 20 de mayo para mantenerse en el gobierno y evitar la cárcel, quieren
ahora destruir al PRD, único partido de oposición para poder así continuar
robándose el país impunemente.
La crisis económica no tiene
solución dentro del marco político actual. La deuda externa ya alcanza los 25
mil millones de dólares; el déficits fiscal terminará rondando los 120 mil
millones de pesos. El desempleo crecerá, del mismo modo que aumentará el costo
de la vida, el transporte público, los combustibles, la tarifa de la energía
eléctrica, etc.
No habrá dinero suficiente para
educación, salud, vivienda, agua potable, seguridad ciudadana, etc.
El PLD pretende imponer otra reforma fiscal y tributaria que afectará más
a los pobres y la clase media. Serán los que menos tienen quienes pagaran más.
Los pobres seguirán subsidiando la
corrupción.
La única manera que tiene el
pueblo de evitar las violaciones a sus derechos económicos, políticos y
sociales, es organizándose y organizando su lucha rechazando las mentiras del gobierno
y de quienes se llaman oposición desde una línea política derechista y de
colaboración con el gobierno.
Si los pobres no crean sus propias
organizaciones, si no paren sus propios dirigentes y sus líderes, seguirán siendo víctimas de traiciones y engaños,
seguirán siendo atropellados y vejados, seguirán sumergidos en la pobreza tanto
material como espiritual. Y no habrá futuro para ellos, ni para sus hijos que
terminaran muertos en “intercambios de disparos” o presos en las peores
cárceles del país.
El pueblo tiene que hacer
conciencia de sus males. Determinar quiénes son los responsables de los mismos.
Organizarse y tomar las calles para escoger un camino propio, no el camino de
la conciliación y la traición, como ha sucedido muchas veces.
La gente del gobierno se robó las
elecciones, secuestró la democracia. Y
está destruyendo poco a poco el país instaurando una dictadura constitucional y
mediática de injusticias y privilegios mientras el pueblo sufre y mure de
hambre, sin empleo, sin comida, sin vivienda, sin seguridad, sin educación ni
salud. ¡Y eso es sencillamente intolerable!
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