Los
residentes de Oklahoma City, en Estados Unidos, aún no salen de la conmoción
después del tornado que el lunes por la noche arrasó con numerosas áreas de la
ciudad y zona aledañas, fundamentalmente el suburbio de Moore.
La
tragedia dejó -hasta el momento- 91 muertos, 20 de ellos niños de una escuela
primaria que fue destruida por el fenómeno meteorológico.
"Sabíamos
que existía la posibilidad de que llegara un fenómeno meteorológico extremo.
Pero cuando finalmente llegó estábamos trabajando, y donde trabajamos hay
refugios".
"Así
que salimos para prepararnos para entrar en los refugios y al mirar hacia el
oeste vimos una gran rotación; estábamos probablemente a unos 4 a 5 kilómetros
de ella. Y aun desde esa distancia podíamos ver esta gran, ancha nube
moviéndose".
"Cuando
salimos (de los refugios), no había pasado directamente por sobre el edificio,
cambió de rumbo a último momento, hacia el norte. Así que pasó a unos 1,5
kilómetros de donde estábamos. Al salir, aún estando a esa distancia, teníamos
escombros por todas partes: en el patio, en los coches estacionados. Eran
materiales aislantes, polvo, ramas de árboles, que habían sido arrastrados por
el tornado al pasar por otros edificios".
Fuente:
BBC Mundo
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