Pueblo Dominicano, Compañeras y
compañeros: Me dirijo al país y a la familia perredeista para expresar nuestra
posición sobre la preocupante situación que vive el Partido Revolucionario
Dominicano (PRD) y, por consecuencia nuestra democracia.
En este momento de dificultades por
el que atraviesa el Partido Revolucionario Dominicano, reitero mi lealtad al
PRD, apegado a los principios morales que le dieron origen y que se sustentan
en su lucha por la democracia y la libertad.
Desde nuestra elección como candidato
presidencial en la pasada convención del PRD, hemos hecho todos los esfuerzos a
fin de que nuestro partido se unifique, fortalezca, continúe haciendo aportes
al país, y sea una verdadera opción de poder para las próximas elecciones.
En procura del entendimiento hemos
hecho todo lo posible. Nada hemos dejado de hacer. Comisiones y personalidades
de diferentes sectores del partido y de la vida nacional, por casi dos años,
han hecho todos los esfuerzos para propiciar un acuerdo.
Las iglesias, especialmente en las
personas de nuestro Cardenal y de Monseñor Núñez Collado, personalidades del
país, como el doctor José Joaquín Puello, representantes del empresariado, de
los medios de comunicación, personalidades internacionales y amigos del Partido
Revolucionario Dominicano todos han intervenido en la búsqueda de una solución
democrática.
La propuesta más reciente a Miguel
Vargas en la búsqueda de la unidad, fue la siguiente
1.
La celebración de una convención democrática y transparente organizada
de acuerdo con nuestros Estatutos.
2.
Que la Comisión Nacional Organizadora de la convención, estuviera conformada y dirigida
por compañeras y compañeros que gozaran de la confianza y credibilidad de la
militancia y los aspirantes a puestos de dirección del partido.
3.
Que el proceso convencional se realizara con un padrón incluyente y
consensuado, para lo cual sugerimos tomar como referencia el utilizado en el
2007, ocasión en la cual Miguel Vargas fue elegido candidato presidencial, o el
padrón empleado en el año 2009, con el que se le designó presidente del PRD.
La respuesta a nuestras propuestas
nunca llegó de manera formal. Sin embargo, Miguel Vargas envió múltiples
emisarios quienes, hablando en su nombre, aseguraron que él estaba dispuesto a
un entendimiento, siempre y cuando se le garantizara la continuidad en la
presidencia del partido y se le otorgara la candidatura presidencial para las
elecciones del 2016.
Mi respuesta a esos emisarios siempre
fue que, cumpliendo con las condiciones antes enumeradas, estaríamos en
disposición de participar en un proceso convencional en que se garantice el
derecho democrático de elegir y ser elegido de todos los perredeistas, lo que reitero
nueva vez.
Sin embargo, como resultado de la
actitud arrogante y anti-democrática de Miguel Vargas, la militancia y
dirigencia del PRD se encuentra sumida en un estado de preocupación y
confusión. Esa preocupación es especialmente fuerte entre las compañeras y
compañeros que aspiran a ser candidatos a senadores, diputados, síndicos y
regidores, en las próximas elecciones.
La pregunta que se hacen la familia
perredeista y amplios sectores de la sociedad es ¿Qué hacer? Para responder a esa pregunta, lo
primero que hay que decir es que el momento difícil que vive nuestro partido,
es el resultado directo del perverso pacto de las corbatas azules, que en
violación a los Estatutos del Partido firmó Miguel Vargas con Leonel Fernández.
Ese pacto fue concebido con la
intención de sacar al PRD de competencia, inhabilitarlo en su rol de oposición,
excluirlo como opción electoral y así perpetuar al PLD en el poder.
En cumplimiento de ese acuerdo,
Miguel Vargas conduce hoy deliberadamente al PRD a una convención amañada,
unilateral y divisionista, con el interés de apropiarse ilegalmente de las
siglas del partido.
El simulacro de convención que ha
convocado Miguel Vargas tiene como elemento fundamental, su certeza de que el
Tribunal Superior Electoral aceptará como buenos y válidos los resultados de
esa convención, aunque se hayan violado los estatutos del partido, las normas
electorales y los más elementales principios democráticos.
La última demostración de lo que
estamos afirmando es la desafortunada sentencia del Tribunal Superior
Electoral, del pasado martes, que convierte un aguinaldo navideño en una
reunión de la Comisión Política del PRD.
Esta sentencia, al igual que las
veinte anteriores, demuestra una vez más que el Tribunal Superior Electoral es
un órgano al servicio de los intereses de Leonel Fernández, el PLD y Miguel
Vargas.
Ante esta situación, la cual
considero inaceptable, hemos tomado la decisión de NO PARTICIPAR en la farsa
convocada por Miguel Vargas y sus cómplices para este mes de febrero.
Hacemos un llamado a la militancia y
dirigencia perredeista a NO PARTICIPAR en esa convención amañada, e invito a
mis compañeros a emprender todas las acciones que sean necesarias para rescatar
al PRD de sus secuestradores.
Igualmente, hemos decidido
participar, como perredeistas, en el amplio frente opositor CONVERGENCIA POR UN
MEJOR PAIS, integrado por partidos políticos, organizaciones populares, la
sociedad civil y ciudadanos independientes, comprometidos con los mejores intereses
del pueblo dominicano.
Las alianzas con otras fuerzas
políticas y sociales forman parte de la mejor tradición histórica del PRD. Así
lo hicimos en las elecciones del año 1962, en ocasión de la gesta de abril del
1965, con el Bloque de la Dignidad Nacional, el Acuerdo de Santiago y el
Acuerdo de Santo Domingo.
Por lo tanto, el esfuerzo unitario
que significa la Convergencia forma parte, de la mejor tradición histórica del
PRD.
Este espacio de concertación
permitirá a los perredeistas y al pueblo, encauzar la lucha y las demandas por
las reivindicaciones políticas, económicas y sociales, que le apremian.
Una demanda que no espera un día más,
es la aprobación de una ley de partidos políticos y del régimen electoral
equilibrada, que asegure la transparencia y credibilidad en el resultado de los
comicios.
La composición de la Junta Central
Electoral es otro asunto al cual necesitamos ponerle especial atención.
Con esa Junta y ese Tribunal Superior
Electoral, el país será conducido a un
nuevo matadero electoral, por tanto, debemos emprender acciones
puntuales para que esa situación sea definitivamente corregida y no haya
oportunidad a que se repita.
Los compañeros y compañeras que
aspiran a cargos electivos, pueden estar seguros que en la Convergencia, tienen
un instrumento idóneo para hacer realidad sus aspiraciones en un ambiente
competitivo, transparente y democrático.
Compañeros y compañeras, ¡OIGANLO
BIEN, las maniobras de Miguel Vargas y el PLD no prosperarán. El PRD le
pertenece a las bases y al pueblo dominicano, y no a un pequeño grupo de
traidores.
La verdadera condición de perredeista
se sustenta en el ejercicio de la democracia, la solidaridad y en la lucha por
la justicia social y la libertad.
Es precisamente, por nuestra lealtad
a esos principios que siempre seremos perredeistas.
Quiero decirlo bien claro: del PRD
nadie nos saca.
Tengamos la confianza de que
superaremos esta situación transitoria de manera exitosa, sin renunciar a
nuestros principios.
Compañeras y compañeros,
Pueblo dominicano,
En este mes de febrero, honremos a
nuestros padres de la patria, redoblando los esfuerzos para salvar la
democracia y desmontar los intentos de dictadura que nos quiere imponer el PLD.
Honremos al doctor José Francisco
Peña Gómez enfrentando con decisión e inteligencia este nuevo desafío.
En este momento de grandes decisiones
no hay lugar para la indiferencia ni para las ambigüedades.
Lo que está en juego es la existencia
de un partido, escuela de la democracia y guardián de la libertad.
Lo que está en juego es la propia
existencia de la democracia en la República Dominicana.
Adelante, ni un paso atrás.
Muchas gracias.
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