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Secuestradores encerraron joven en habitaciĆ³n sucia y oscura, con mosquitos y cucarachas


RamĆ³n UrbĆ”ez.
SANTO DOMINGO, RepĆŗblica Dominicana.- La primera noche que pasĆ³ en su casa, despuĆ©s de su cautiverio de 23 dĆ­as, el joven Eddy Junior Luna, no pudo dormir ni una hora. Saltaba de la cama, sobresaltado, nervioso. Las imĆ”genes de sus secuestradores le asaltaban la memoria, como fantasmas, entraban por los resquicios y las ventanas de su habitaciĆ³n.

La madre narra que lo mantuvieron inmovilizado en un cuarto oscuro, sin ventilaciĆ³n, bajo tortura psicolĆ³gica, y atado de pies y manos, con alimentaciĆ³n escasa, durante tres semanas, y ahora que tiene otra vez su libertad para expresar lo que siente, apenas puede hacerlo.

“EstĆ” libre, ha sido rescatado, yo lo abrazaba y acariciaba su pelo, pero mi hijo no ha podido cerrar los ojos, no puede conciliar el sueƱo, ni descansar en paz, estĆ” traumado”, dice la madre, Yolanda Canela, cuya vida ha cambiado como del cielo a la tierra despuĆ©s del doloroso drama por el que ha pasado con el secuestro de su hijo.

En una habitaciĆ³n sucia y oscura, llena de mosquitos y cucarachas, sin computadoras, sin sus juegos de vĆ­deos, sin sus libros, ni cosas personales, absolutamente solo; privado de sus padres y sus amigos, los 23 dĆ­as de cautiverio de Junior Luna, le parecieron mĆ”s largos que los 16 aƱos que ha vivido.

“Yo no me daba cuenta de cĆ³mo pasaba el tiempo, sabĆ­a que era de dĆ­a cuando entraban rayos de sol por las rendijas de la puerta y que era noche cuando todo se ponĆ­a negro. SĆ³lo me daban pan y agua. Yo comĆ­a, pero dejaba algo para la noche, que eran largas, y sabĆ­a que me darĆ­a hambre”, cuenta el secuestrado, sentado en medio de sus padres, que lo apretujan para darle fuerzas.

Fue el Ćŗltimo dĆ­a de mayo, Junior estaba frente al gimnasio de sus padres, en Los Frailes II, donde la familia construyĆ³ una pequeƱa plaza y opera varios negocios. Eran las 8:00 de la noche, el aire estaba hĆŗmedo y el cielo cargado, cuando de repente salieron tres hombres de un carro y raptaron al joven, en medio del asombro de sus amigos, que corrieron temerosos hacia sus casas.

Una banda de delincuentes, integrada por haitianos, habĆ­a planificado el rapto y pidieron 250 mil dĆ³lares a la familia del adolescente. El padre, Eddy Aquino Luna GarcĆ­a, no ha podido recuperarse, dice que ha sido un trauma muy duro para la familia.

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PENSƓ QUITARSE LA VIDA BAJO SU CAUTIVERIO
LAS AMENAZAS COMO CHANTAJE A LOS PADRES

Los secuestradores siempre decƭan por telƩfono a la familia, y el niƱo los escuchaba, que le cortarƭan las manos, las orejas o un pedazo de la nariz para enviƔrselo por correo. Que debƭa pagar pronto el dinero, si querƭan volver a verlo vivo.

Entonces, el jovencito llegĆ³ a pensar quitarse la vida, ahorcarse antes que ser desmembrado vivo por esos desalmados. “Fueron momentos duros, de angustia y muchas amenazas, sĆ³lo pedĆ­a a Dios que ayudara a soportarlo”, narrĆ³ el joven. Dijo que tambiĆ©n le pusieron una venda en los ojos, pero que Ć©l los veĆ­a.

La madre Yolanda dice que todo se originĆ³ por Ingrid Mateo, una vieja cliente del gimnasio y persona de confianza de la familia. “Ella tramĆ³ el secuestro y buscĆ³ los contactos con los secuestradores”, dijo. “Duele que esa persona allegada a mi familia, fuera la coordinadora del secuestro que ha causado graves daƱos psicolĆ³gicos y morales a mi hijo”, agregĆ³ la aĆŗn atormentada madre.

Fuente ListĆ­n Diario: Conmovedor relato sobre secuestro de adolescente

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