
Por Fermín Lorenzo Martínez.
SANTO DOMINGO, República Dominicana.- La puesta en ejecución de la ley 87-01 sobre Seguridad Social ha sido la mejor manera de que los dominicanos podamos verle el refajo, y algo más, al empresariado local en cuanto a propiciar seguridad real a los trabajadores.
Mediante ese destape hemos visto como el sector empresarial ha creado los
mecanismos para reciclarse los exiguos recursos que perciben los trabajadores,
dejándoles sin la más mínima protección, tanto en salud como en pensiones.
Todos conocemos la situación porque se atraviesa cuando se va en busca de
salud, y de los medicamentos ni hablar.
También hemos visto lo del sistema de pensiones. Cuanto engaño y saqueo en contra de la población
desprotegida!!!
Al ver el despojo que el gran
capital realiza en contra de los trabajadores y pobladores desprotegidos fue
que acertadamente Juan Pablo Segundo le llamó capitalismo salvaje, y con toda
razón!!!
En la República Dominicana existe, mediante la ley 6-86, el Fondo de
Pensiones de Trabajadores de la Construcción, de las muy pocas cosas positiva
que se hizo durante el gobierno encabezado por Salvador Jorge Blanco.
Ese Fondo se ha constituido en el paño de lagrimas de miles de
desvencijados envejecientes otrora trabajadores de la construcción, que hoy
solo cuentan con ese instrumento de solidaridad para poder comprar los
medicamentos, y hasta su comida, con o que tratan de alargar un poco mas su
existencia en esta tierra de desigualdades sociales.
Con sus recetas en manos, unos, a buscar el chequecito que cada mes
reciben por su condición de pensionados, otros, se ven caminando las calles del
sector de Miraflores, donde está la oficina principal del citado Fondo, ante la
mirada excluyente de muchos ingenieros y constructores que con su negativa de
cumplir esa ley, le roban, ya no el dinero, sino la vida a esos humildes
hombres.
Quienes visitan las oficinas de ese Fondo de Pensiones con sus
respectivas recetas, son aquellos a los que insensibles y escamoteadores
ingenieros y constructores les niegan una certificación de haber trabajado para
ellos por determinado tiempo, para así también dejar de entregar el 1% (uno por
ciento) que establece la Ley 6-86 con lo que le garantizaría una pensión digna
a cada trabajador de la construcción.
Asistir a una de la jornada donde se entrega cada año el chequecito de la
pensión a una buena cantidad de trabajadores de la construcción es una de las mejores manera de ver reflejada
una sonrisa de satisfacción y esperanza en los rostros de esos envegecientes
hombres y mujeres que ayer, llenos de energía, dieron lo mejor de sí a favor de
aquel ingeniero o constructor en ejecución de su obra.
Los pocos recursos que esos humildes hombres reciben del Fondo de
Pensiones no les cubren los costos de la totalidad de sus medicamentos, ni de
la comida suficiente para el mes completo, pero es mas que las que reciben los
miles de trabajadores que cada día entregan sus fuerza de trabajo a unos
empleadores que cada solo buscan escamotearles sus derecho a una vida digna y
con mejores niveles de calidad.
La alegría que muestran los envejecidos trabajadores de la construcción
cuando cobran su pensión quiere ser borrada, con disímiles subterfugios, por un
grupo de violadores de la ley que pretenden seguir sus andanzas, ahora con bajo
la sombrilla del Gobierno y del Presidente Danilo Medina.
Con el sometimiento de proyecto de viviendas con el apadrinamiento del
Gobierno los violadores de siempre de la ley 6-86 pretenden obtener ganancias y
no aportar el uno por ciento que deben entregar al Fondo de Pensión de los
Trabajadores de la Construcción, para cuando esos trabajadores los exijan
acusarlos de opositores al gobierno o al partido en el poder.
Eso lo han hecho otras veces, solo que ahora esperamos que el Presidente
de la Republica, Danilo Medina, no se deje meter en el saco de los violadores y
ambiciosos, sino que ordene que todos y cada uno de los ingenieros y
constructores que erijan obras con fondos del Gobierno central depositen el por
ciento establecido por ley a favor de esos humildes obreros.
Sabedor debe también estar el presidente Medina que ingenieros y
constructores beneficiarios de su gobierno forman parte del grupo de violadores
de la ley 6-86 y que, solo con su determinante decisión éstos podrían
contribuir a realizar una gestión más equitativa y menos excluyente a favor de
los más desprotegidos, como son los obreros de la construcción.
Claro está, hay un grupo de ingenieros y constructores que de manera
conscientes y responsables cotizan al citado Fondo, porque saben que sólo de
esa manera pueden garantizarle a sus trabajadores una pensión que a ellos se
les haría una carga incalculable, mas el reclamo de esos obreros cuando vean
desfallecer sus energía y las enfermedades aquejarles.
La humanización de los obreros de la construcción tiene en el Fondo de
Pensiones de su ramo la mejor herramienta que le pueda garantizar una vejez
menos traumática y mas digna, donde la desigualdad y la exclusión no sea la
bandera a exhibirse en ese sector, por lo que apelamos a que el Presidente
Danilo Medina haga que sus allegados y beneficiarios del gobierno cumplan con
la ley 6-86.
Ya el Tribunal Constitucional habló a favor de esa entidad, ahora solo
apelamos a que las autoridades gubernamentales instruyan a sus ingenieros y
constructores a mantener y elevar la cantidad de sonrisa digna de esos
trabajadores que ayer dieron lo mejor de ellos para tener hoy las
infraestructuras con que cuenta el país.
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