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Fundación Alimentando un Niño 7 años convirtiendo sueños en realidad

ATMÓSFERA DIGITAL, SANTO DOMINGO.- Para el empresario y dirigente comunitario, Víctor Pavón, el que la Fundación Sociedad de Amigos Alimentando un Niño arribara a su séptimo aniversario de existencia  constituye un sueño hecho realidad.

Esto así porque nunca pensó que con la partida de su padre Rogelio Rodríguez, fundador de la entidad benéfica, pudiera mantenerla a flote y así evitar que se desvaneciera el proyecto que iniciaron en el 2008, de suplir el almuerzo diariamente a cientos de niños pobres de la comunidad.

Hoy, convencido de lo cierta que es la frase bíblica que reza “Hay más felicidad en dar que en recibir” y con la satisfacción que produce ver a cientos de inocentes rostros felices, este hombre, que junto a su familia ha sacrificado hasta sus propios intereses dice que se siente realizado al dar cumplimiento al encargo que legara sobre sus hombros su progenitor.

Suministrar cada día alimento a más de 800 pequeños, educación seglar y espiritual, dulces y golosinas los fines de semana, operativos médicos, paseos a diferentes lugares, campamentos al concluir el año escolar, cena de Navidad y juguetes el Día de Reyes, son las principales actividades que realiza la Fundación Sociedad de Amigos Alimentando un Niño.

“Con esto lo que buscamos es que los infantes tengan oportunidades de vivir una vida normal como los demás niños y así cerrar esa brecha de desigualdad social que existe entre los que más pueden y los que no tienen nada”, precisa.

Explica que lo que comenzó como un encuentro de amigos, empresarios, políticos, comunitarios y religiosos se ha convertido en una estrecha relación de hermandad, cuyo principal objetivo es llenar el vacío social que pesa como un lastre sobre la sensibilidad de aquellos con quienes la vida ha sino menos consecuente.

Entiende que como entidad preocupada por la niñez desvalida del país, razona que este segmento poblacional corre el riesgo de caer en los vicios y la delincuencia a temprana edad con lamentables consecuencias que podrían llegar hasta a la pérdida de vidas inocentes.

Ante tal situación, el filántropo señala “que la falta de protección y de cuidado de los niños por parte de algunos padres debido a las dificultades en el seno del hogar, así como la ausencia de un Estado responsable de sus ciudadanos se ha ido germinando los delincuentes del mañana, pues al no tener éstos la tutoría y la orientación sobre el bien y el mal escogen el peor de los caminos”.

Narra que motivado por esa realidad es que nace la idea de crear la fundación en busca de solución, de alimentar niños, no solo en lo material, sino de combinarlo con lo espiritual a través de la palabra de Dios e inculcarles valores, para lo cual se asocian a las congregaciones sin importar denominación religiosa, porque el fin es unir esfuerzos para la causa.

Aduce que de ahí  es que junto al pastor Darío Castillo y al empresario Freddy Pérez, surge la Sociedad de Amigos Alimentando un Niño en el sector Nuevo Amanecer de Santo Domingo Este; logrando con el paso de los años establecer centros de acogida en Sabana Perdida, Santo Domingo Norte y en Los Alcarrizos, Santo Domingo Oeste.

Asegura que sus esfuerzos han sido bendecidos por el Creador, al tomar en cuenta que niños que fueron rescatados de las calles ahora son adolescentes temerosos de Dios, personas de bien y sobretodo ciudadanos responsables y cumplidores  de las leyes.
El presidente de la Sociedad agradece públicamente a cada uno de los miembros de su familia por la forma desinteresada que han asumido el reto y le han apoyado de manera decidida.
“Agradezco a Dios por la familia que me ha dado, a Jenny Sugei Lora, mi esposa, a mi madre Elisea Pavón, viuda Rodríguez, a mis hijos, a mi hermana Elizabeth Rodríguez y a su esposa Miguel, sin su apoyo no estuviéramos celebrado por todo lo alto estos siete años de enriquecedora labor en favor de los más necesitados”, expresa con palabras entrecortadas fruto de la emoción que le invade. 

“Como hijo mayor, nosotros estábamos dando apoyo económicamente a nuestro padre en su proyecto, pero nunca nos involucramos, sin embargo a la hora de su fallecimiento decidimos dar continuidad a la obra que él había iniciado, por entender que si teníamos las condiciones para vivir dignamente, por lo menos podíamos contribuir a que otros aunque sea comieran cada día, especialmente los niños”, esboza.
Víctor Pavón, consciente de la responsabilidad social y su anhelo por una República Dominicana más sólida, ha usado la fundación como vehículo para crear conciencia sobre diversos aspectos de interés para la colectividad.

Asimismo, expresa que gracias al apadrinamiento de la Fundación muchos de estos niños podrán seguir estudiando y se convertirán en verdaderos hombres para el mañana.

La define como una Institución de Asistencia Privada que crea condiciones para la restitución de los derechos de niños, adolescentes y jóvenes que viven, vivieron o están en riesgo de vivir en las calles, cuyas edades fluctúan entre los 8 y los 14 años, independientemente de su procedencia, condición física, carencias emocionales, estado de salud.

Sin embargo al arribar a estos siete años dice que aún le falta mucho por hacer, ya que tiene proyectos por ejecutar y metas que cumplir.
Aprovecha la ocasión para solicitar a las autoridades y personas de corazón noble a colaborar con la entidad sin fines de lucro por considerar que no es la búsqueda de lo personal lo que le motiva, que su interés es la solidaridad.

En tal sentido indica “No quiero dejar pasar la ocasión para agradecer públicamente a aquellas personas que han escuchado nuestro llamado de colaboración y de manera muy especial a cada uno de los padrinos de la fundación. En ese mismo orden reiterar nuestra gratitud a los Comedores Económicos del Estado y a su presidente, Ramón (Monchy) Rodríguez, lo mismo que al Plan Social de la Presidencia, en la persona de César Prieto, por el apoyo solidario que nos han brindado en estos años”.

Detalla que la atención que brinda la fundación es integral y personalizada e involucra la participación activa de los niños y jóvenes, así como de sus familias. Promueve la familia y los valores; que las instituciones públicas, la sociedad civil y la sociedad en general, asuman su responsabilidad mediante acciones concretas desde su ámbito de influencia, creando así entornos seguros, restituyendo el tejido social para garantizar el acceso a la salud, la educación, la cultura, entre otros aspectos del diario vivir.


En fin, Víctor Pavón manifiesta que los últimos 7 años de su vida, a pesar de los esfuerzos y el sacrificio que ha significado para él y su familia han sido recompensados con la satisfacción que produce el deber cumplido en cada uno  de los miembros de la Fundación Sociedad de Amigos Alimentando un Niño, porque, tal como versa el slogan de la entidad “alimentando un niño te alimentas el corazón”.

Por Orlando Arias.

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