Escrito por Teodoro Díaz.
ATMÓSFERA DIGITAL, SANTO DOMINGO.- La historia política de la
República Dominicana es muy sui géneris, ya que lo que ocurre en este país es
bastante inverosímil, inclasificable, fuera de lo común y de lo acostumbrado.
En cualquier otro país del mundo que se respete, con los
escándalos de corrupción que se han
suscitado en los últimos años en esta nación, gran parte de los que
administran las cosas pública hubieran dimitido de sus puestos y además
estarían condenados por la justicia.
Pero lamentablemente la justicia de nuestro país, está
comprobado, responde a intereses
partidarios, los miembros de las altas cortes son fruto del reparto de los
partidos políticos y, esto se hace para
que cuando los funcionarios incurran en actos dolosos, reciban sentencias
favorables como: NO HA LUGAR, aun comprobándose que el funcionario incurrió en
faltas y se dan todas las condiciones para ser juzgados y condenados.
Además estos jueces
guiado por sus patrones políticos dictan como sentencia: ARCHIVO
DEFINITIVO, alegando que la
investigación ha sido concluida poniendo fin a las acusaciones hechas al
funcionario.
Es bueno recordar que desde 1966 hasta la fecha, la Republica
Dominicana ha sido gobernada por ocho (8)
presidentes diferentes y, tres de ellos gobernaron al menos dos periodos
o más y, la nación sigue sumergida en una gran ignominia. Esto
es el producto de la mixtura de una trilogía llamada: Corrupción, Impunidad
y Borrón y Cuenta Nueva.
Estos tres enemigos de la dominicanidad, son el producto de
la marcada debilidad en la familia, y reflejan los antivalores existentes en
nuestra sociedad. Una nación corrupta y que no castigue a los transgresores de
las leyes, que no haga que los que saquean las arcas del estado devuelvan lo
robado, está condenada a mantenerse en la más extrema pobreza.
En nuestro país no se castiga a los corruptos, por eso cada día la brecha entre ricos y
pobres es menos angosta. Cuando un funcionario corrupto sale del poder la
componenda entre el sistema judicial y el estado se nuclean y no aplican
ningún tipo de sanción a dicho
funcionario. Por ello los partidos mayoritarios tienen en las altas cortes a
sus respectivos jueces.
Algunos presidentes nuestros al arribar a la primera magistratura
han sido capaces de decir: “A fulano no me lo toquen” “ese es de los míos” y
uno de ellos anuncio con bombos y platillos “Borrón y cuenta Nueva”.
La sociedad dominicana es experta en la predica de valores,
pero que no se viven, es muy buena en la retórica pero no en los hechos, y
estos últimos son más contundentes que las palabras, es que “Del Dicho al Hecho
hay Mucho Trecho”
La corrupción, la impunidad y El Borrón y Cuenta Nueva es la
respuesta a un modelo de dirigir la cosa pública con el sentido de pertenencia,
no bajo la premisa de que estoy en este puesto y pronto seré relevado y por
ello debo ser transparente y ético.
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