Por Manuel Hernández Villeta.
ATMÓSFERA
DIGITAL, SANTO DOMINGO.- La única participación digna que puede tener la
República Dominicana en la crisis política y económica de Venezuela, es servir
de mediador. No hay razones para que se tome parte para un llamado gobierno
provisional, que no es más que un golpe de Estado institucional.
No le
queda a la República dominicana bien, que sea un agente de intromisión interna
en la crisis de un país vecino. Los problemas de los venezolanos tienen que ser
solucionados únicamente por ellos. Lo que se debe buscar en la mediación para
evitar mayores males.
Por
años, y bajo diferentes gobiernos, ha
habido buenas relacionados entre dominicanos y venezolanos. Sea con
Carlos Andrés Pérez o el mismo Hugo Chávez, las relaciones fueron excelentes, y el
intercambio económico también muy bueno.
Da la
impresión de que la posición de los dominicanos se debe al deseo de satisfacer
las exigencias del gobierno norteamericano, que desea fuera del poder a los
chavistas. Los norteamericanos no tienen derecho a tratar de dictar normas de
conducta a los países de la región.
Por
el contrario, lo que tienen hoy que hacer los gobernantes de los Estados Unidos
es dejar fluir la democracia, y que cada pueblo sea el dueño de su
destino. Si no está de acuerdo con sus
dirigentes, que lo saque del poder por los medios constitucionales.
Levantar
la divisa de una intervención militar es
odioso, y la República Dominicana nunca la debe apoyar. Para llevar a cabo en
el caso venezolano una postura digna, lo que se impone es que se juegue al rol
de la mediación. No se debe permitir aquí un embajador designado por el llamado
gobierno provisional.
Si el
gobierno debe dar la mayor hospitalidad a los exiliados económicos de
Venezuela. Hay miles en la República Dominicana, y si necesitan ayuda y
solidaridad se les debe brindar. Que ellos decidan cuando quieren retornar a su
país. Que no conspiren desde territorio dominicano.
Tenemos
la esperanza de que se mantenga la cordura y la sensatez en las relaciones
internacionales dominicanas. Que se deje renacer la democracia en Venezuela, y
que se comprenda que no es posible por la fuerza alterar la marcha de la
historia. Es el momento de que en todo el continente florezca la esperanza.
¡Ay!, se me acabó la tinta.
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