A Leonel Fernández
ATMÓSFERA DIGITAL, SANTO DOMINGO.- Caramba, Leonel Fernández,
caramba, profesor. ¿Quién le iba a decir
que la falta de limpieza y equidad del sistema -que nunca como presidente usted
se ocupó de apoyar y desarrollar- iba a terminar mordiéndolo a usted mismo?
Verdad, profesor, que lo que es igual para todos (la ausencia
de democracia, la normalización de la corruptela, el fraude crudo a pleno día,
el chanchulleo a quemarropa), pica, duele, hace roncha, por no decir que apesta
e indigna.
Hoy usted, Leonel, ex presidente de la República aspirante a
un cuarto período, se me parece a cualquier hijo de vecino, al obrero que
perdió un brazo en una guillotina industrial sin nunca poder recibir un seguro
social por daños y perjuicios y que hoy siembra aguacates. Hoy ese obrero y Ud.
se me parecen tannnnnto, profesor.
¿Sabe en qué se me parecen?
En que ambos –usted, con su denuncia de fraude de “me han quitado mi
victoria, han hackeado los cómputos, han usado el aparato del gobierno para
comprar a mis seguidores”, y el obrero sin pensión- carecen de derechos. Y ¿sabe por qué, Sr.
Fernández? porque los últimos gobernantes y funcionarios que han administrado
este país, incluyéndolo a usted mismo y sus tres períodos, tuvieron la genial
idea de impedir la democracia tanto, tanto, tanto, que cada vez se ven más lejanas las
posibilidades de tenerla.
Fíjese por ejemplo, Leonel, que estas primarias ya hedían
mucho antes de empezar. Porque quienes han detentado el poder y sus cómplices
para el proyecto autoritario y para construir un bipartidismo a como dé lugar,
vieron a las organizaciones políticas emergentes como un peligro y nos sacaron
de unas primarias que habían sido concebidas exclusivamente para ustedes, los
partidos grandes, como el propio incumbente del órgano electoral no tuvo
reparos en decirnos.

Menos mal que aún quedan espacios para comunicarme
públicamente en este momento con usted, Leonel.
Ahora que, como hechos insólitos, usted como presidente del PLD denuncia
por fraude a su propio partido, mientras por otro lado algunos altos dirigentes
de ese mismo PLD -como si todavía
estuviéramos en la época de las dinastías- justifican la escogencia de este
“delfín” con el argumento de que no hay peligro de que se convierta en tiburón
y amenace al monarca.
En fin, Leonel, le haya ocurrido lo que le ocurrió o no, la
situación política que estas primarias patentizaron es que el post trujillismo,
el sistema del fraude, de la compra de voluntades, de la corrupción y la
impunidad, de la falta de legitimidad, ha expresado sus últimos estertores
aprobando unas leyes antidemocráticas que le garantizaran a sus viejos partidos
tratar de reciclarse legalizando las mismas prácticas corruptas que decían
combatir.
Fuimos testigos el domingo de algo que ya sabíamos: aquí las
elecciones se ganan con cuartos, con cuartos y con cuartos. El reparto de
cantidades obscenas de dinero en las mesas para conseguir votantes, o el uso de
recursos públicos y el abuso de propaganda en las semanas previas a la
celebración de las primarias superó con creces esas mismas prácticas
fraudulentas y antidemocráticas de ocasiones anteriores.
Lo que han hecho con total descaro no es nuevo. Lo hemos padecido en carne propia una y otra
vez. Aceptar como válidas las
violaciones de derechos -ya sean contra un adversario interno o contra
terceros- termina conviertiéndose en un ogro que arrasa hasta con tus propias
entrañas. Lo novedoso es verlo a usted reclamando contra las fullerías y la
participación del todopoderoso Estado dominicano, Sr. Fernández. Pero que
hayamos vivido la experiencia de la comisión de esos delitos en procesos en los
que usted actuaba bajo el manto del poder estatal no justifica que nos quedemos
callados, y menos que nos sumemos al coro irresponsable de quienes defienden
las trampas llamando despreciativamente “pataleo” al reclamo de que se haga
justicia ante violaciones de derechos que son, entre otras cosas,
irrenunciables.
El pueblo dominicano también pudo ver -sin filtro, tal y como
son- a los dos partidos viejos del sistema actuando como único saben hacerlo: a
la fuerza bruta. Nos hemos sentido
avergonzados, indignados, desALMAdos ante la nueva evidencia de los vasos
comunicantes entre ambos partidos, y resurgen con fuerza las amenazas de que el
danilismo y el PRM -que no ha demostrado ser capaz de ganarles a ustedes-
lleguen nuevamente a acuerdos para
garantizar la impunidad y la rehabilitación de Medina vía la reforma a la
Constitución.
Ayer, releyendo el voto razonado de Aura Celeste Fernández
(integrante en el 2010 de la entonces Cámara Contenciosa de la Junta Central
Electoral) contra la intervención del “Palacio” –cuyo ocupante era usted- para
que no se recontaran los votos ante las denuncias de fraude en las elecciones
de ese año en Pedernales, me resultó inevitable recordar que de aquellos polvos
vienen en parte estos lodos.
La debilidad manifiesta de la JCE a la hora de
cumplir con su deber de perseguir el uso de los recursos públicos y controlar
el gasto de los dineros provenientes ya sea del empresariado o del narcotráfico
tiene en ese caso un claro antecedente.
También esos hechos sirven para entender la denuncia de que a la hora de
poner en práctica el voto electrónico la Junta no haya actuado apegada a la ley
y a sus propios reglamentos, a sabiendas de que tienden un manto de dudas sobre
su capacidad para administrar de manera imparcial y dentro de la legalidad las
venideras elecciones del 2020.
Pero repito, Leonel, como demócratas verdaderos que somos, no de
ocasión ni de cuando nos convenga, estamos en la acera de quienes reclamamos
que se llegue hasta las últimas consecuencias en la investigación de lo
ocurrido en este proceso de primarias.
Con mafias políticas cada vez más desenfrenadas, nuestra
Patria vive momentos de extremo peligro, no solo para usted, Leonel
Fernández. Extremo peligro para todos y
todas. Nuestro esfuerzo ante la desgracia de quienes actúan con prácticas
delictivas y antidemocráticas para alterar la intención del voto debe estar
dirigido a recordarle al pueblo dominicano la necesidad de trabajar para
impedir que los traficantes de la
política sigan haciendo de las suyas para mantenerse en el poder, o que quienes
con viejas o nuevas vestiduras y
ofreciéndose como los menos malos, pretenden volver a engañar al pueblo
dominicano.
Nuestro esfuerzo debe también estar dirigido a garantizarle
al pueblo dominicano que hay soluciones a sus problemas, que no estamos
condenados a soportar eternamente salarios de miserias, que tampoco vamos a
movilizarnos por siempre en un transporte caro, malo e inseguro, que nuestras
calles pueden estar iluminadas y que podemos caminar por ellas sin miedo, que
para tener un pequeño negocio no hay que gastar todo lo que producimos en plantas
eléctricas o en combustible, que es
posible tener un gobierno que se empeñe en gobernar por el bien común y no para
favorecer a los amigos y aliados.
Las primarias del 6 de octubre pasado le demostraron a
mucha gente que se necesita una
alternativa, una salida a esta situación. Si alguna lección queda de la
purulencia que exhibieron sus actores, superando incluso su propia
descomposición, es que la política en nuestro país definitivamente se tiene que
hacer de otra manera.
Porque, Sr. Fernández, como le decía al principio, lo que es
igual en este sistema electoral sin garantías democráticas, sin derechos,
corrupto y mal oliente, deja de ser ventaja para todas y todos, incluyéndolo a
usted.
Atentamente,
Minou Tavárez Mirabal,
Vicepresidenta de Alianza País
10 de octubre de 2019
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