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PRM salva las primarias del dinero, que dejan al PLD al borde de la divisiĆ³n


Por Juan BolĆ­var DĆ­az.
ATMƓSFERA DIGITAL, SANTO DOMINGO.- La adolescente democracia dominicana, las debilidades institucionales y el imperio del presidencialismo, del clientelismo y el rentismo, del dinero y la compra de votos quedaron al desnudo marchitando la primera materializaciĆ³n de las elecciones primarias y simultĆ”neas organizadas por la Junta Central Electoral (JCE).

Los abusos del poder y las ambiciones desenfrenadas dejan mal parado al Partido de la LiberaciĆ³n Dominicana (PLD) que controla gran parte del Estado y la sociedad, mientras el Partido Revolucionario Moderno (PRM) logrĆ³ salir airoso y unido en torno a la candidatura presidencial del economista y empresario Luis Abinader.

Un impĆŗdico mercado.- El experimento de las elecciones primarias simultĆ”neas y organizadas por la JCE ya habĆ­a perdido su carĆ”cter democrĆ”tico cuando casi todos los ministros del gobierno fueron designados jefes de la campaƱa del delfĆ­n del presidente Danilo Medina y su publicidad sin lĆ­mites apabullĆ³ a la sociedad, superando muchas veces lo que gastaron en conjunto los otros 9 precandidatos presidenciales de los dos partidos mayoritarios. TambiĆ©n cuando la maquinaria gubernamental presionĆ³ a los empleados pĆŗblicos y a contrataciones, suplidores y consultores por apoyo econĆ³mico y de votos, incluso fijĆ”ndoles cuotas.

Pero tal como se habĆ­a advertido, desde la vĆ­spera del 6 de octubre y en la jornada misma de votaciĆ³n se llevĆ³ al paroxismo el viejo delito de la compra de votos, que hasta ahora era disimulado, pero esta vez se hizo abiertamente. A observadores electorales les llegaron a preguntar si eran ellos quienes entregaban el dinero. ParticipaciĆ³n Ciudadana dejĆ³ constancia de haber comprobado ese mercado en el 32.73%, de los recintos de votaciĆ³n.

La jornada quedĆ³ tambiĆ©n manchada por otra violaciĆ³n legal, la propaganda electoral aĆŗn dentro de las mesas, comprobada en el 42% de los recintos, y por la publicaciĆ³n de encuestas a boca de urna amaƱadas en extremos insĆ³litos. De hecho las encuestas constituyeron la primera baja del proceso, porque la mayorĆ­a de las que antecedieron la votaciĆ³n tambiĆ©n presentaron resultados extremos en favor de los dos competidores del partido oficial, no asĆ­ en el de la oposiciĆ³n, donde casi todas se aproximaron a lo que resultarĆ­a. El 30% de los empadronados que votĆ³, una parte incentivada con dinero, quedĆ³ por debajo de las expectativas generales.

VolviĆ³ a vencer el Estado.- DespuĆ©s de la revisiĆ³n de los votos fĆ­sicos depositados en las urnas y los resultados ofrecidos ayer viernes por la JCE es obvio que el presidente Medina alcanzĆ³ su objetivo de impedir que su archirrival Leonel FernĆ”ndez fuera el candidato presidencial del PLD. 

Gonzalo Castillo consiguiĆ³ superarlo por 1.43%, al recibir 911 mil 324 votos, para un 48.72% del total, contra 884 mil 630 votos, 47.29% del expresidente. En cantidad de votos la diferencia fue de 26 mil 694.

Los leonelistas argumentan que ni el conteo de los votos fĆ­sicos ya era confiable, porque cuatro dĆ­as despuĆ©s pudieron haber sido cambiados, o que en cientos de colegios se llevĆ³ gente a votar despuĆ©s del horario establecido, lo que pudiera explicar el fenĆ³meno estadĆ­stico de que Gonzalo creciĆ³ mĆ”s de 2% en el Ćŗltimo 15% del cĆ³mputo, rompiendo la ventaja de Leonel, que al 85% nunca llegĆ³ al 1%, lo que marcaba una tendencia equilibrada, de Ć­nfimas variaciones.

En cualquier caso, la evidencia fĆ­sica no podrĆ­a ser variada, y menos en lucha contra el gobierno, por lo que Gonzalo Castillo serĆ” el candidato presidencial del PLD. La pendiente auditorĆ­a a los equipos y programas, que la JCE anunciĆ³ el miĆ©rcoles, aunque lo habĆ­a decidido desde enero, tomarĆ­a meses entre concurso para seleccionar empresa y su realizaciĆ³n.

A la luz del estrecho resultado, habrĆ­a que convenir que la irrupciĆ³n del Estado fue lo que definiĆ³ el candidato, cuestiĆ³n en la que los leonelistas no podrĆ”n insistir, porque eso dijo Danilo Medina cuando perdiĆ³ la nominaciĆ³n para el 2008 luchando contra Leonel que buscaba reelegirse. IrĆ³nicamente, las mismas expresiones del Estado en campaƱa las puso en vigencia el presidente FernĆ”ndez para que Danilo ganara la presidencia en 2012, por 51 a 47% contra HipĆ³lito MejĆ­a, cuando incurriĆ³ en un dĆ©ficit fiscal sobre 150 mil millones de pesos.

El PRM fue el triunfador.- Aunque la dramĆ”tica confrontaciĆ³n en el partido dominante ha acaparado la atenciĆ³n pĆŗblica, el gran triunfador de las primarias fue el Partido Revolucionario Moderno (PRM) que votĆ³ en base a su padrĆ³n de miembros, y no registrĆ³ el menor incidente ni descalificaciones o confrontaciones entre seis precandidatos, aunque siempre la competencia estuvo polarizada entre el elegido Luis Abinader y el expresidente HipĆ³lito MejĆ­a.

ContribuyĆ³ a ese resultado que desde la elecciĆ³n para el 2016, ninguna encuesta redujo la ventaja que aquella vez obtuvo Abinader, de 70 a 29%. Ahora la diferencia aumentĆ³, con 74 a 21%. El tercer aspirante, el diputado Wellington Arnaud, apenas consiguiĆ³ 6 mil 412 sufragios para 1.67% y otros tres con fracciones del 1%. 

La votaciĆ³n total del PRM sumĆ³ 29.48% de sus empadronados con derecho al sufragio. En el PLD, con su gran incentivo monetario y clientela amarrada, llegĆ³ a un millĆ³n 870 mil 552, equivalente al 25% del padrĆ³n abierto, y al 26.62% del mismo, descontando los que lo hicieron por el PRM. De los votantes del PLD 39 mil 539, el 2.1% fueron por ninguno, en el PRM 5 mil 405, equivalentes al 1.4%.

La inmediata reunificaciĆ³n del PRM en torno a la candidatura de Luis Abinader le otorga mayores posibilidades de capitalizar la quiebra del PLD, de concentrarse en golpear sus fracasos y capitalizar el hastĆ­o que genera su prolongaciĆ³n en el poder, estableciendo una sola lĆ­nea de trabajo, sin las distracciones de la competencia interna, especialmente para cerrar alianzas con otros partidos y sectores sociales.

El PLD en vĆ­a de divisiĆ³n.- El precario predominio de Gonzalo Castillo demostrĆ³ la fortaleza de Leonel FernĆ”ndez en la base de miembros y simpatizantes del PLD, razĆ³n por la cual, como se habĆ­a advertido, el presidente Medina peleĆ³ durante mĆ”s de un aƱo por imponer el padrĆ³n abierto. Debe asumirse que fue entre los no peledeĆ­stas donde se cosechĆ³ mayor cantidad de votos comprados, de ambos lados, especialmente entre los lumpen, los indiferentes y los mĆ”s necesitados.

Esa circunstancia y que Leonel predominara absolutamente en el DN, donde ganĆ³ 60 a 36%, y en Santo Domingo 55 a 40% lo dejan con fuerza para aguarle la fiesta a Gonzalo y Danilo, a no ser que los grandes intereses de la corporaciĆ³n polĆ­tico-econĆ³mica que lideran los obliguen a encontrar un camino de entendimiento. 

Por el momento la reconciliaciĆ³n estĆ” descartada de ambas partes, y chocan con el odio y resentimientos elevados al infinito en una competencia que superĆ³ la racionalidad. A Leonel le pusieron una soga al cuello y la apretaron al mĆ”ximo, pero al quedar vivo y sin perspectivas de recuperarse dentro del partido, lo impulsan a pelear lo mĆ”s posible dentro y a buscar otros caminos.

Entre sus mĆ”s fieles se da por hecho que Leonel serĆ” candidato presidencial, con la posibilidad de ser postulado al menos por cinco o seis partidos tradicionalmente aliados del PLD, y el vice-vocero del Partido Reformista en la CĆ”mara de Diputados lo propuso pĆŗblicamente por esa organizaciĆ³n. 

Tiene el lĆ­mite del numeral 4 del artĆ­culo 49 de la Ley de Partidos donde se condiciona la postulaciĆ³n a “que no haya participado como candidato por otro partido, agrupaciĆ³n o movimiento polĆ­tico para el mismo evento electoral”. 

Pero creen que lograrĆ­an ante el Tribunal Constitucional que prevalezca el derecho constitucional a ser postulado y a ser elegido. Ya fue anulado el numeral 3 del mismo artĆ­culo que establecĆ­a la condiciĆ³n de tener “un tiempo de militancia o permanencia mĆ­nimo en el partido”, como tambiĆ©n otro artĆ­culo que prohibĆ­a a los partidos de nuevo reconocimiento aliarse en su primera participaciĆ³n electoral.

Lecciones para el 2020
MĆŗltiples son las lecciones que dejan las traumĆ”ticas primarias, en las que predominaron como candidatos tres cuartas partes de los senadores, diputados y alcaldes que buscaron nueva postulaciĆ³n, porque compitieron sin freno y con ventajas, incluyendo sus “barrilitos y cofrecitos”. 

El alcalde peledeƭsta del mayor municipio del paƭs, Santo Domingo Este, fue vencido por el dueƱo de una cadena de bancas de apuestas, el sector mƔs representado en el Congreso.

Para la oposiciĆ³n polĆ­tica queda el desafĆ­o de reunir fuerzas para frenar la irrupciĆ³n del Estado en la campaƱa electoral, que es un fraude adelantado a la votaciĆ³n, responsabilidad que constitucionalmente concierne a la JCE. 

Para esta tambiĆ©n la lecciĆ³n de que es imprescindible la previa auditorĆ­a de los equipos y programas informĆ”ticos para reducir los cuestionamientos a sistemas que los expertos reconocen que no son invulnerables, razĆ³n por la que solo se utilizan en elecciones en una decena de paĆ­ses, casi todos del tercer mundo. 

Y para toda la sociedad dominicana el gran reto de revocar el enorme imperio del dinero que deteriora la competencia democrĆ”tica, dejando atrĆ”s el cinismo de que “siempre se ha hecho asĆ­”, con el que se quiere justificar iniquidades como la compra de votos o el abuso de los recursos del Estado en las campaƱas electorales.

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