Por Melvin
Mañón.
ATMÓSFERA
DIGITAL, SANTO DOMINGO.- El temor a ser perseguido judicialmente, una vez
fuera del poder, empujó a Danilo Medina al festival de ilegalidades con las que
persiguió, en vano, la reelección.
Luego, con el solo propósito de impedir que fuera Leonel Fernández el
escogido como candidato a la presidencia por el Partido de la Liberación Dominicana (PLD), impuso a Gonzalo Castillo.
Los
afanes reeleccionistas de Medina lo llevaron a militarizar la sede del congreso
donde esperaba que, legisladores comprados, aprobaran una reforma
constitucional que lo beneficiara. Esos trajines lesionaron seriamente al gran
estratega y unificaron a toda la oposición y terminaron, abruptamente, con la
llamada de Mike Pompeo fijando la oposición de Estados Unidos a semejante propósito.
Desde entonces Medina ha estado improvisando.
El
fraude electoral perpetrado el 6 de
octubre de 2019 era la única manera de sacar adelante la nominación de Gonzalo.
La suspensión de las votaciones el 16 de febrero de 2020 fue obligatoria ante
la evidencia pública del fraude masivo
que perseguía darle ventaja a él y al PLD en las elecciones municipales y, de
paso, crear la imagen del triunfo en las
presidenciales de Mayo ahora diferidas
al 5 de julio por la pandemia.
No
obstante todo el dinero invertido, las presiones aplicadas, las ilegalidades cometidas,
los privilegios otorgados, la intensidad atorrante del esfuerzo publicitario,
los viajes a China, la entrega de baratijas y el despliegue de mujeres
pagadas, la candidatura de Gonzalo
Castillo nunca ha tenido posibilidades y ante los peledeístas ha quedado
cristalinamente claro que jamás podrán ganar con ese candidato y que hubieran
tenido mejores, por no decir, más o menos ciertas posibilidades de triunfo con
Leonel.
Gonzalo
es un fracaso tan grande que el país ni siquiera ha logrado ponerlo en su
imaginario de poder. Nadie se lo imagina presidente y es probable que ni
siquiera él se vea a sí mismo.
Danilo
Medina, debilitado, desacreditado, menos creíble y con reducida capacidad de
maniobra llevó su propio partido a la
división y ahora a la derrota electoral. Todos los peledeístas saben que la
única razón que inspiró todas esas acciones fue su odio personal a Leonel, su
rencor y sus celos y se aprestan a castigar al autor de su mayor desgracia que
no es otra que salir del poder.
Ya y
desde hace algún tiempo, los peledeístas culpan a Danilo de las desgracias
electorales del PLD pero pronto además de culparlo van a castigarlo y con
severidad porque todos ellos tienen claro que Medina los arrastró a la ruina.
Colocado entre dos fuegos no tiene escapatoria a la vista.
Todo
el país tiene claro que Danilo Medina debe ser perseguido judicialmente aunque
no sabemos si el nuevo gobierno lo hará. La inmensa mayoría de los peledeístas,
tanto los buenos como la inmensa mayoría de malos también tiene claro que
fueron los rencores, la envidia y el
puro y simple interés personal lo que empujo a Danilo a bloquear a Leonel y con
ello llevarlos a la ruina fuera del poder.
Todos
sabemos, pero solamente Danilo sufre por ello, que él es un cadáver político
mientras no se modifique la Constitución para rehabilitarlo y finalmente,
quieren saber con qué cuenta Danilo?
El
tollo que le deja al país en deudas, corrupción, desorden e ingobernabilidad
pone al próximo gobierno en crisis desde el primer día y si a eso se añaden
otros errores y desastres por ocurrir, él cree, cuenta y espera que la gente
diga: “pero a pesar de todo con Danilo estábamos mejor”. Esa es su apuesta y
quiero que sepan que se le puede dar.
También
en este caso dependerá de nosotros y de las circunstancias.
El autor
es sociólogo y escritor. Reside en Santo Domingo.
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