Escrito por la doctora Etty Chaer.
ATMÓSFERA
DIGITAL, SANTO DOMINGO.- Ya no es posible considerar al hombre como simple
unidad, sino que es menester valorarlo como parte integrante de una sociedad, por
lo que, en materia de salud es necesario tomar medidas eficaces y concretas, de
carácter colectivo, tendientes a crear un estado de bienestar social, que es lo
que constituye la salud pública; así no será sólo la suma de la salud de los
individuos que forman la sociedad, sino las estructuras, instalaciones y formas
de acción que la misma aplica para la conservación de la salud colectiva.
La esfera de
acción de la salud pública es el fomento de la salud colectiva e individual; la
conservación de un ambiente sano. En esta coyuntura, la problemática del
Ministerio de Salud Pública no es el abarrote de los hospitales, sino la falta
de equipamiento como las pruebas PCR, respiradores, medicamentos, protección
para el personal sanitario y la aplicación de un protocolo a ejecutar en
momentos de crisis como esta, sumada a una campaña política gubernamental
centrando sus fuerzas a la venta de un candidato, terminando en la dificultad
para conseguir estos equipamientos en las primeras semanas de la pandemia.
La crisis del Covid-19 en la
República Dominicana debe ser tratada a base de medidas sanitarias,
asistenciales y social porque en la medida en que el sector privado ha venido ganando
espacios, se ha puesto en evidencia la debilidad institucional del Ministerio
de Salud Pública y el Estado, en aspectos relacionados con la conducción y
cobertura del sistema, creando mayor paralelismo y fragmentación del sector mientras
para muchos países latinoamericanos, la reforma del sector salud se inició hace
más de 30 años, el proceso de Reforma y Modernización del sector salud dominicano
tiene una evolución inferior, en reformas de salud y de la seguridad social,
donde solo se invierte un apenas 1,7% del PIB en salud.
Cuando un dominicano
asiste a un centro de salud se da cuenta que debe pagar a su ARS de su
bolsillo, lo que el sistema de salud pública y seguridad social deberían pagar;
por lo que no es posible estimar las consecuencias que dejará el Covid-19, en
la sociedad Dominicana refiriéndonos
precisamente al individuo como colectividad, a la forma de vivir y a todo lo
relacionado con el trabajo, la vivienda, la alimentación, los medicamentos,
indumentarias y las situaciones que seguramente pondrán en riesgo el bienestar
social.
Si el Estado hubiese conseguido la
ejecución de medidas preventivas, seleccionando una jerarquía de funcionarios,
a cada uno de los cuales asigna una tarea definida; ejecutadas más bien, por
finalidades que por reglas.
De ahí que
sea a menudo arbitraria y esté sujeta a los abusos inherentes a la acción
personal en contraste con la acción impersonal, pudo haber sido extremadamente
eficaz; más eficaz que la forma ejecutoria de la oposición, por el contrario,
actuaron con el castigo más bien que previniendo con normas de acción a la
infracción de las mismas, imposición de penas no dejando a los individuos en
libertad de actuar, imponiendo sanciones a quienes no actúan de conformidad con
las reglas prescritas. Es impersonal y protege la ignorancia, el capricho y la
corrupción.
El alto nivel de pobreza, empleos
informales y la desprotección de una Seguridad Social eficaz dificultan aún más
la contención del virus.
*La autora es presidenta
del Movimiento Internacional Socialista MIS y directora de Ultramar del Frente
de Seguridad Social del Partido Revolucionario Moderno.
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