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Por Eduardo Sanz LovatĂłn.
ATMÓSFERA DIGITAL, SANTO DOMINGO (12/12/2023).- Administrar el Estado en esta era de la posverdad y el populismo, es cada vez más retador. Gobernar bien, implica tomar decisiones y asumir responsabilidades. Pocas decisiones ejemplifican mejor, el valor de estadista con el que trabaja Luis Abinader, que la nueva negociación del contrato de Aerodom.
Limitar los ingresos que recibirá el Estado durante el plazo extendido de la concesiĂłn al pago inicial de 775 millones de dĂłlares indica que no se han estudiado ni el acuerdo ni sus anexos, o se quiere hacer polĂtica para sacar provecho electoral de una negociaciĂłn que en realidad dejará más de cuatro mil quinientos millones de dĂłlares en beneficios directos al paĂs.
La verdad es que el valor a recibir por el pueblo dominicano, gracias al acuerdo renovado, no está dado Ăşnicamente por el pago del canon inicial (775 millones de dĂłlares), sino que está dado por la magnitud de las inversiones (830 millones de dĂłlares) y, tambiĂ©n, por la participaciĂłn de los ingresos, que se estiman en 446 millones de dĂłlares en un escenario de tráfico de pasajeros muy conservador. Solo la suma de esos tres conceptos superan los 2 mil millones de dĂłlares. A esa cifra hay que añadir, a favor del Estado, el pago por concepto de impuesto sobre la renta, que en tĂ©rminos nominales ascenderĂa a los 2,600 millones de dĂłlares en el perĂodo comprendido entre 2023 y 2060.
Esto confirma que la negociación histórica con Aerodom permite maximizar el nivel de recursos para el Estado dominicano, por la administración de sus seis aeropuertos y que, además, servirá de referencia para futuras negociaciones de otras concesiones aeroportuarias y portuarias. Estas últimas que deberán ser estudiadas para establecer la verdadera rentabilidad de las mismas frente al Estado dominicano.
En medio de un crecimiento exponencial de nuestras habilidades
turĂsticas, y habiendo puesto la logĂstica como centro de nuevas áreas de
desarrollo econĂłmico para nuestro paĂs, como lo muestran la nueva Ley de
Aduanas, la Ley de Comercio MarĂtimo y el Decreto 263-23, que crea el gabinete
logĂstico, todo esto requiere una renovaciĂłn de nuestra capacidad
aeroportuaria.
Decir que habĂa que esperar al 2030 para negociar el acuerdo es querer retrasar al turismo dominicano, una de las principales fuentes de ingreso de nuestro paĂs.
Asà como los aeropuertos internacionales de Punta Cana y del Cibao están
expandiendo su capacidad para atender el creciente nĂşmero de pasajeros que
llegan a nuestro paĂs, y tomando en cuenta que, de acuerdo a la proyecciĂłn del
flujo de pasajeros, para 2028 la capacidad instalada no será suficiente para
atender los vuelos, era urgente e impostergable que los aeropuertos estatales,
también, incrementaran su capacidad y construyeran una nueva terminal. En
especial el Aeropuerto Internacional de Las AmĂ©ricas “Dr. JosĂ© Francisco Peña
GĂłmez” (AILA), el cual ocupa el primer lugar en registros de declaraciones
aduanales, concentrando en el año 2022 el 37.4 % (298,602), superando asà a
todas las administraciones del paĂs, lo que indica el alto grado de importancia
en materia de comercio aéreo y gestión aduanal que representa este aeropuerto
para nuestra naciĂłn.
Incluso, en cuanto a los tributos aplicados al comercio exterior, solo por el AILA se recolectan más de RD$11,700 millones por año, sumando en los primeros 11 meses de este 2023, unos RD$10,826 millones aportados al Estado a través de la Dirección General de Aduanas.
No renegociar el contrato ahora, que a todo esto, está previsto en el
mismo acuerdo y permitida por las leyes de Compras y Contrataciones y de
Alianzas PĂşblico-Privadas, retrasarĂa inversiones más que urgentes. Lo fácil
hubiese sido postergar un tema espinoso, como lo es la administraciĂłn de una
concesiĂłn. Lo electorero habrĂa sido, en estos meses electorales, dar un paso
de torero a un tema que afecta no solo intereses polĂticos, sino tambiĂ©n
marcados intereses empresariales y mediáticos. Ahora, aún con esos riesgos, se
pensĂł en luchar por el desarrollo de este paĂs. Sigamos leyendo algunas
verdades del nuevo contrato:
¿Cuál habrĂa sido la alternativa para el Gobierno si no se sentaba a negociar con Aerodom? La Ăşnica opciĂłn que tenĂa el Gobierno habrĂa sido solicitar la resoluciĂłn anticipada de la concesiĂłn, lo que implicaba pagar cientos de millones de dĂłlares como compensaciĂłn y exponerse quizás a un arbitraje internacional. Esto significa que, en vez de recibir un canon por adelantado de 775 millones de dĂłlares, antes de iniciar el proceso de licitaciĂłn, el flujo de caja de las finanzas pĂşblicas se hubiese deteriorado significativamente. Dado el amplio conocimiento del mercado y tener la operaciĂłn de los aeropuertos propiedad el Estado, es altamente probable que en una licitaciĂłn internacional VINCI Airports hubiese presentado la mejor propuesta, porque es el operador privado nĂşmero uno en el mundo con más de setenta aeropuertos en 13 paĂses.
Es decir, bajo la estrategia planteada como mejor alternativa, el nivel de ingreso neto que recibirĂa el Estado serĂa el mismo que obtuvo de la renegociaciĂłn con Aerodom, menos el monto correspondiente a la resoluciĂłn anticipada del contrato vigente y el costo asociado al proceso de licitaciĂłn.
Además, para garantizar la transparencia el gobierno contrató la firma
experta internacional ALG, que realizĂł una valoraciĂłn de la concesiĂłn y
acompañó en la negociación al gobierno. Igualmente, contó con un grupo de
notables expertos en el turismo y negociaciones de este tipo que validaron los
términos acordados.
Cabe mencionar que, no es inusual en el mundo de las concesiones aeroportuarias que estas se extiendan para hacer más inversiones que las convenidas. A modo de ejemplo, podemos citar la concesiĂłn Puerta del Sur, S.A en Uruguay, que recibiĂł una extensiĂłn de 20 años para administrar 6 aeropuertos estatales. TambiĂ©n, el Gobierno de Argentina decidiĂł prorrogar por 10 años adicionales la concesiĂłn otorgada a favor de Aeropuertos Argentina 2000 para treinta terminales aĂ©reas en el paĂs.
Asimismo, en la India, el Ministerio de AviaciĂłn hindĂş ampliĂł por 30 años adicionales el perĂodo de concesiĂłn del primero de los aeropuertos de la gran ciudad, en Hyderabad. En Arabia Saudita, Tibah Airports recibiĂł una extensiĂłn en la vigencia de su concesiĂłn para el aeropuerto de Medina. Y esto solo mencionar algunos de los numerosos ejemplos recientes que existen y validan que la renegociaciĂłn realizada no es nada extraordinario ni inusual, como han querido pintar.
Por otro lado, han querido decir que el acuerdo incluye aumentos de tarifa que encarecerán los pasajes aéreos. Sin embargo, la realidad es que en el nuevo acuerdo, las tarifas sólo recibirán ajustes por inflación hasta el fin de la concesión. Esto significa que se mantendrán constantes en términos reales, hecho que no es nada irrazonable, al contrario, es positivo para el pasajero.
El histĂłrico acuerdo alcanzado por el presidente Abinader y Aerodom es una conquista de la cual podemos sentirnos orgullosos, que incluye las mejores prácticas internacionales y que permitirá al Estado recibir más de cuatro mil quinientos millones de dĂłlares. Es hora de hablar con la verdad y dejar de errar para hacer polĂtica.
Nota: El autor es director general de Aduanas.
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