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Turquía busca una respuesta al derribo del avión por Siria

TURQUÍA.- Las tensiones entre Turquía y Siria por el derribo de un F4 turco por parte de las defensas sirias continúan. Este lunes el gobierno de Ankara se reúne para decidir los pasos a seguir mientras espera una sesión extraordinaria de la OTAN donde se discutirá una situación que podría ampliar el conflicto sirio.
La decisión de Turquía de convocar a una reunión de la OTAN para el martes refleja la gravedad de la situación pero también envía una señal de que Ankara está buscando una solución diplomática en lugar de tomar una acción militar por sí misma.

De momento, no parece que el derribo del avión turco vaya a suponer un giro nuevo y peligroso en la crisis de Siria.
Damasco insiste que el avión, derribado el viernes, había violado su espacio aéreo mientras que Turquía subraya que la aeronave se encontraba en espacio aéreo internacional cuando fue derribada y cayó al Mediterráneo.
Desde el comienzo de los disturbios siempre ha existido el temor de que el conflicto interno pueda ir más allá de las fronteras de Siria y provocar de esta manera una conflagración regional más amplia.
La violencia ya se ha filtrado a Líbano, pero el mayor temor ha sido que el conflicto sirio se extienda por ejemplo a Turquía, o que de alguna manera Hezbolá fuera alentado por Damasco para atacar a Israel. En tal escenario el conflicto podría convertirse en un conflicto de estados en un lugar de una lucha en gran medida contenida dentro de las fronteras del país.
Lo que está claro es que la preocupación de Turquía es compartida por otros países de la OTAN.
El ministro de Relaciones Exteriores británico, William Hague, expresó su preocupación por el derribo del avión, que según él (citando a las autoridades turcas), sucedió "sin previo aviso".
Turquía ha decidido a llevar el asunto a la OTAN y ha convocado una reunión urgente para discutir la situación.
Cuando Turquía pidió ayuda contra Irak
El artículo 4 del Tratado de la OTAN permite a los países miembros ponerse de acuerdo cada vez que "la integridad territorial, la independencia política o la seguridad de cualquiera de las partes se vea amenazada".
Turquía podría haber buscado ese tipo de consultas en las primeras etapas de esta crisis y haber argumentado por ejemplo el flujo de refugiados a través de sus fronteras o el presunto bombardeo de Siria en su territorio.
Este lunes la agencia de noticias turca Anatolia informó que varios militares sirios desertaron a través de la provincia de Hatay, entre ellos había un general, dos coroneles, dos mayores y unos 30 soldados.
Al menos por ahora Turquía no está tratando de invocar el artículo 5 del Tratado de la OTAN que exige la asistencia militar de los países miembros.
Eso fue lo que sucedió después de la invasión de Kuwait por parte de Irak cuando Saddam Hussein amenazó a Turquía.
Entonces, aviones de la OTAN y defensas antiaéreas se desplazaron a apoyar a los turcos a regañadientes.
Muchos se preguntarán si aquel episodio plantea la posibilidad de que una intervención militar externa en Siria cada vez esté más cerca. La respuesta es probablemente no.
La situación sobre el terreno es compleja y desordenada y pocos países tienen interés en participar. Además, el derribo del avión turco es un recordatorio de las capacidades de las defensas aéreas de Siria, mucho más amplias que las de Libia, donde -a pesar de eso- se llevó a cabo una campaña aérea para destruirlas.
Lo que evidencia el episodio del avión es que los peligros del conflicto sirio continúan.
A medida que el derramamiento de sangre aumenta y se acentúa la desesperación del gobierno de Bashar al Asad, crece el riesgo de que ocurra algún suceso adverso que ensanche el círculo del conflicto.
Las deliberaciones de la OTAN aumentarán la presión sobre el régimen sirio, pero es difícil que tengan algún efecto práctico en términos de convencer el presidente sirio de abandonar el poder.
  Jonathan Marcus/BBC

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