El servicio de deuda equivaldrá a
44% de los ingresos del gobierno para 2015, pese a nuevos aumentos de impuestos
Por MARY ANASTASIA O'GRADY
Si los demócratas hubieran
obtenido mejores resultados en las elecciones legislativas del 6 noviembre en
Estados Unidos, el presidente Barack Obama tal vez no habría tenido que
negociar con los republicanos para evitar el abismo fiscal que enfrenta el
país. El mandatario podría simplemente haber enviado sus aumentos de impuestos
a "los ricos" al Congreso, donde probablemente se aprobarían, sin
debate, en cuestión de días.
Eso suena bien para los expertos
que lamentan el estancamiento en Washington. Y cuando los mayores impuestos
para el 2% de los estadounidenses más adinerados no frenen el creciente
déficit, el presidente podría pedirle al Congreso que apunte a un número más
amplio de la población de clase media en EE.UU.
Bienvenido a República Dominicana,
donde desde 2000 se han llevado a cabo nueve "reformas", ya sea
imponiendo nuevos impuestos o aumentando los existentes. Los ingresos
adicionales nunca han sido suficientes para cerrar el creciente hueco en las
finanzas del gobierno. Así que este mes el presidente Danilo Medina,
aprovechando la mayoría que tiene en la Cámara de Diputados y el Senado, ha
aplicado un aumento significativo de impuestos sobre los ahorradores,
consumidores y productores.
Medina ha estado en la presidencia
desde agosto, pero su Partido de la Liberación Dominicana ha dominado el cargo
por 12 años de los últimos 16, con Leonel Fernández, ex presidente y jefe del
partido, a la cabeza. Fernández es un político de carrera, que, a juzgar por
sus antecedentes, cree que entre más gente trabaje para el Estado, y dependa de
éste, más éxito tendrá su partido.
El Centro Regional de Estrategias
Económicas Sostenibles (CREES), con sede en Santo Domingo, ha escrito un
resumen del nuevo paquete tributario que los dominicanos, con su ingreso anual
per cápita de US$5.500, tendrán que soportar. Algunos de los puntos oscuros del
informe son un aumento del impuesto al valor agregado de 16% a 18%, alzas de
los impuestos a la gasolina y el diésel, y un nuevo tributo sobre las emisiones
de CO2 que se suman al precio de los autos nuevos. El centro también reporta
que los impuestos sobre las bebidas alcohólicas, el tabaco, la televisión por
cable y la propiedad de un vehículo también subirán.
Los ahorradores e inversionistas
se verán perjudicados por nuevas tasas impositivas sobre los dividendos e
intereses. La indexación salarial por inflación sobre las ganancias
individuales será suspendida por tres años, lo cual llevará a quienes reciben
bajos ingresos a una categoría tributaria más alta. Para apuntar al sector
informal, también hay un impuesto anual mínimo de US$300 para cualquier negocio
que haga compras mensuales de US$1.250 o más. No está clara la forma en la que
este tributo será cobrado. Las zonas francas enfrentarán tasas tributarias más
altas sobre las ventas nacionales.
Se supone que los nuevos
gravámenes produzcan ingresos anuales adicionales para el gobierno de US$1.150
millones, aunque la cifra parece optimista. CREES espera algo cercano a US$800
millones durante el primer año y cifras menores en años subsecuentes a medida
que los dominicanos ajustan su comportamiento en respuesta a los impuestos más
altos.
En tanto, los gastos del gobierno
están subiendo. CREES dice que la deuda gubernamental (excluyendo la deuda del
banco central y la del banco comercial estatal) aumentó a US$16.600 millones a
fines de 2011 desde US$6.600 millones a fines de 2004. Se trata de un salto de
152% en siete años.
CREES proyecta que incluso si el
ingreso anual adicional llega a US$800 millones, para 2015 el costo de servir
la deuda equivaldrá a 44% del ingreso total del gobierno, muy por encima del
30% máximo requerido para ser sostenible. Se espera que para fines de este año,
los pagos de intereses del tesoro dominicano asciendan a 269% en dólares frente
a los niveles de 2004. De acuerdo con los estimados de CREES, después de los
aumentos de impuestos, los pagos de intereses llegarán a 30% del total de
ingresos para 2016, significativamente más que el 15% típico usado para medir
la sostenibilidad.
¿Cree que los déficits se deben a
la "inversión" en educación, carreteras o puentes? No precisamente.
Lo que está exprimiendo al tesoro es el servicio de deuda, los subsidios a las
compañías de distribución eléctrica estatales, programas de obras públicas no justificados,
y una enorme nómina del sector público para aquellos que consideran a Fernández
como su "patrón".
Mire estos hechos: CREES dice que
en 2011, el gasto del gobierno en personal subió 262% en dólares frente a 2004.
Por otro lado, durante el mismo período, el pago de transferencias para
financiar entidades públicas subió 608% en dólares. El gasto en obras públicas
ascendió 288%. CREES estima que aunque los ingresos del gobierno han subido
167% en dólares entre 2004 y 2012, el gasto ha aumentado 234% durante el mismo
período.
Tal vez no sea coincidencia que
República Dominicana ahora lidere el mundo en materia de corrupción. De los 144
países en el Índice de Competitividad Global del Foro Económico Mundial de 2012
y 2013, República Dominicana se ubica en el puesto 142 en la categoría de
"desvíos de fondos públicos" y está en el último lugar en el
"favoritismo en las decisiones del gobierno" y en el
"despilfarro del gasto gubernamental".
Tal vez ninguna situación capte la
gula de la burocracia con el dinero de los contribuyentes como el servicio
exterior. Según el periodista dominicano Juan Bolívar Díaz, del sitio web Hoy,
la nómina tiene 660 diplomáticos y 503 personas en el servicio consular,
"muchos de los cuales son auténticas cuotas del clientelismo político y el
nepotismo". El personal diplomático dominicano hace palidecer el de muchos
países más grandes.
Fernández, quien tuvo que dejar su
cargo después de dos períodos consecutivos, podrá volver a ser candidato
presidencial en 2016 y probablemente lo será. De ser así, se espera que su
modelo populista y de patrocinio político lo lleve a la victoria. Pero en algún
punto tendrá que pagar por todo. Con casi 60% de la economía en el sector
informal, puede que encuentre esa tarea cada vez más difícil, incluso si
controla el Congreso.
Fuente: online.wsj.com
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