ATMÓSFERA DIGITAL, COLOMBIA.- William Ospina es uno de los
escritores colombianos más reconocidos a nivel nacional y mundial. Novelas como
Ursúa, El país de la canela y La serpiente sin ojos tienen gran acogida en el
público colombiano. En su barba ya se ven algunas canas, su cabello largo, sus
no más de 1. 70 de estatura, su humildad y paciencia al expresarse hacen de él
una persona con quien se puede hablar y escuchar cada palabra que otorga con
sabiduría. Encontrarse cara a cara con uno de los columnistas más leídos del
periódico El Espectador y conocer su opinión acerca del periodismo y el
conflicto armado en Colombia, dejan mucho para reflexionar después de una amena
y breve conversación.
¿Qué cree que han olvidado los
periodistas hoy en día?
Hablar de periodistas es hablar de
mucha gente. Creo que hay toda clase de periodistas, unos que han olvidado
cosas y otros que no las han olvidado. Yo diría que el periodismo tiende cada
vez más a olvidar el reposo, porque la actualidad es muy urgente y porque se
ven acosados con la necesidad de informar. A veces, esa falta de reposo, esa
falta de tiempo, los obliga a ser superficiales, a no ahondar en la
investigación de la causa de los hechos contados y a no poder mostrar un
fenómeno, sino solamente una instantánea.
Para usted ¿Qué es ser un periodista
colombiano?
Es ser alguien interesado por la
actualidad en uno de los países más sacudidos por la misma. Es decir, en el
mundo contemporáneo hay regiones donde la historia parece estar más viva, más
dinámica y parece que se mueve a un ritmo más vertiginoso, y Colombia es uno de
esos lugares; si uno llega a Suiza, a Polonia o Canadá uno siente que la
historia fluye más lentamente, con menos drama, con menos acontecimientos y con
menos cargas permanentes de adrenalina. Entonces estar en un país como Colombia
y ser periodista aquí es vivir en desafío de una realidad demasiado eléctrica,
demasiado vertiginosa y eso también contribuye a que no sea fácil ejercer esa
profesión con toda la profundidad que se requiere, porque la realidad no da
tregua.
¿Qué cree que no se está contando del
conflicto colombiano?
Hay muchas cosas que no se están
contando del conflicto. Creo que el conflicto colombiano, en nuestro país, se
narra demasiado filtrado por quienes transmiten esa información. Muy a menudo
la fuente principal de información para los medios de comunicación son las
fuerzas armadas, las oficinas oficiales del Gobierno, y cuando no es así, en
casos excepcionales, es al contrario; a veces la verdad o el relato viene de la
guerrilla o de alguna gente a disposición o vinculada con ella y en ambos casos
me parece que no existe la posibilidad de una información ponderada y compleja
que admita que hay verdades distintas en juego, que hay posiciones distintas en
juego y que si queremos que la paz exista tenemos que aspirar a que ese
conflicto, con sus posiciones contrarias, se traslade a la política, deje de
estar en el terreno de la guerra y las armas para que se convierta en un debate
público. Para eso es necesario saber cuáles son realmente las posiciones que
hay en cada lado de esa guerra, y también las otras verdades con las que la
sociedad las interpreta y las valora.
Si usted pudiera definir en dos o
tres palabras cómo se contó el conflicto en los años 80 hasta el 95, en el
Gobierno Uribe y cómo se está contando actualmente ¿Qué palabras usaría?
En los tres casos usaría una misma
palabra: parcial. Es decir, que la verdad completa de lo que ocurre en Colombia
no se ha narrado, o se narra muy poco, porque hay versiones siempre
interesadas. La sociedad tiene que poder construir una narración de lo que
ocurre en el conflicto, donde no esté solo la verdad de las instituciones, del
Estado, de la dirigencia colombiana; en donde no esté solo la verdad de las
guerrillas, de sus motivaciones, de sus causas; sino también la verdad de las
víctimas, de los testigos y la opinión del mundo exterior de lo que pasa en
Colombia.
¿Por qué tan ausente de las redes
sociales?
Fuente: Las 2 Orillas
0 Comentarios
Tu comentario es importante