Por Lisandro Torres.
La República
Dominicana está pasando por una fase que llama la atención en cuanto al ejercicio
político; alianzas, señalamientos con el dedo en las selecciones internas de
los precandidatos de algunos partidos, etc.
Estos
acontecimientos han degenerado en transfuguismos, y en el peor de los casos, en
muertes.
Los partidos
están atravesando por un proceso de desideologización.
Para que nos
expliquen éstos fenómenos, nadie más indicado que los politólogos, que se están
dedicando únicamente a elaborar estrategias para los partidos y candidatos de
las distintas organizaciones políticas, especialmente las mayoritarias.
No decimos que está mal, pero la sociedad
demanda de ellos con sus conocimientos profundos sobre la ciencia política, que
describan cuál es el sistema partidario con que cuenta el país, o qué tipo de
partidos tenemos, no sólo que estén asesorando a los aspirantes a cargos
electivos como hasta ahora vienen haciendo.
Pretendo ir
un poco más lejos: por qué no se adentran éstos profesionales en desmenuzar el
comportamiento de los partidos y sus titulares, explicándole a la población
cuáles son las consecuencias de sus ejecutorias en la arquitectura de la
realidad política existente? Será qué sus intereses personales se ven afectados
al entrar en un tema tan delicado?
La nación dominicana
quiere saber la importancia de los partidos políticos, cómo surgen, en qué
siglo empezó a utilizarse el término de partido, qué significan para la
democracia, cuáles son los tipos de partidos y sistemas que existen, cómo se
forman, y aplicando éste trípode a la realidad de aquí, definir la situación
partidaria nuestra.
El término
partido empezó a utilizarse, sustituyendo gradualmente al término derogatorio
de facción, al irse aceptando la idea de que un partido no es forzosamente una
facción, que no es forzosamente un mal y que no perturba forzosamente el bonum
commune (el bien común).
De hecho, la
transición de la facción al partido fue lenta y tortuosa tanto en la esfera de
las ideas como en los hechos. Acababa de iniciarse el siglo XVIII cuando
Voltaire afirmó conscientemente: "El término partido no es en sí mismo,
odioso, el término facción siempre lo es".
Este texto
extraído del libro "Partidos y sistemas de partidos" de Giovanni
Sartori, nos da una buena panorámica sobre el tema.
El término
facción para aquel entonces estaba desacreditado y con el cambio al de partido,
tomó un giro mucho más positivo; el término partido entró al vocabulario
político significativamente a partir del siglo XVII.
El partido
político es un puente que une al pueblo con el Estado, involucra a la ciudadanía
con las ejecutorias políticas más importantes del gobierno convirtiéndose en la
principal herramienta con que cuenta la democracia.
Los tipos de
partidos o sistemas de partidos más conocidos son los siguientes: Unipartidismo
predominante, Bipartidismo, Pluripartidismo, Pluripartidismo Polipartidista,
Pluripartidismo de centro.
Sería
conveniente que los politólogos de este país abordaran científicamente la
situación de la política en la República Dominica, que digan en cuál reglón de
éstos u otros entramos, y se dejen de estar simplemente narrando los hechos,
dando consejos a políticos, sin hacer un análisis profundo sobre cuáles
elementos son los que originan el comportamiento partidario criollo.
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