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Análisis del libro “La Conquista de la Felicidad”, del filósofo Bertrand Russell

Por Carolina Canela Tejada.
1)  El autor y la obra: contextualización social, político-económica y personal del autor que lo llevaron a escribir: La conquista de la Felicidad.
La obra de Bertrand Russell no se puede aislar de las circunstancias sociales, políticas, culturales e incluso hasta personales que lo llevaron a realizar dicha obra, contrario a lo que popularmente se piensa los filósofos no viven “en las nubes”, no están de espaldas a su época, no crean sistemas filosóficos a partir de sí mismos y sin ningún anclaje en la realidad. Más bien ocurre todo lo contrario, los grandes filósofos suelen estar muy vinculados a su sociedad e intentan con su obra aportar soluciones a los problemas en los que viven.
Para empezar, La conquista de la felicidad fue publicada para el año 1930, época muy importante históricamente y llena de muchos cambios: primero el factor económico de la época no era el más favorable, pues se recuerda la famosa depresión económica del año 1929, situación financiera que sacudió en los Estados Unidos a la bolsa de Nueva York y que no tardó en impactar, extensa y profundamente todo rincón del mundo donde el capitalismo había penetrado. La crisis capitalista de los treinta ensombreció el panorama, revirtió algunas tendencias y sobre todo mostró la repercusión que tuvo en toda la economía a nivel mundial provocando quiebras de empresas, la caída de los precios, del flujo de negocios, de las monedas, de las inversiones y de las ganancias, del empleo y la seguridad (sobre todo de las clases medias) sumado el hambre y en su consecuencia la miseria iba en aumento, esto solo para mencionar algunas características propias de esta época, habría que añadir, la precariedad de la restauración de la economía y la generalizada poca esperanza para completar el cuadro crítico.
Los observadores y especialistas acostumbran a denominar como “la entreguerras” a las dos décadas que separan la paz  al finalizar la primera guerra mundial de 1914 con la firma del tratado de Versalles de 1919 y la invasión de Hitler a Polonia en 1939 que desencadenó la segunda guerra mundial, efectivamente este lapso interbélico de la historia es en el que Russell publica su libro, uniéndose con esto a otros que escribieron múltiples ensayos, de ilusiones Pacifistas y de expectativas ingenuamente restauradoras, tal vez sea esto fruto de la "recuperación" que la libra experimentó en los años 1920 y, con ella, el espejismo nostálgico de la vuelta al viejo orden económico internacional.
Al principio en la primera guerra mundial Bertrand Russell adopta una posición pacifista, Su activismo en contra de la participación británica en la Primera Guerra Mundial le hizo perder su membrecía en el Trinity College (de la Universidad de Cambridge). Fue sentenciado a prisión por aconsejar por medio de la publicación de artículos y panfletos a jóvenes sobre cómo evitar el servicio militar, fue liberado después de seis meses, para 1930 ya había finalizado la Primera Guerra Mundial, pero, esto no significó el fin de los conflictos entre los países que se habían enfrentado. Por el contrario en las décadas de 1920 y 1930 los países capitalistas enfrentaron nuevos problemas, ya que en este período de entreguerras se desarrollaron complejos procesos políticos, económicos e ideológicos, sobre todo originados por la ya indicada crisis financiera entre 1929 y 1930 y otros derivados de las condiciones impuestas por los tratados de paz a los vencidos quienes se sintieron oprimidos y dificultaron dichas predisposiciones provocando situaciones de tención y sospecha. En el plano político, el nacionalismo fue unos de los motivos de las tensiones entre los Estados europeos. Las reivindicaciones nacionalistas también cobraron fuerza en Alemania e Italia donde una gran parte de sus habitantes se sentían humillados por el tratamiento que estos países habían recibido con el tratado de Versalles y la pérdida de territorios que consideraban alemanes e italianos respectivamente. Las dificultades para reorganizar las economías nacionales europeas después de la guerra y recuperar los niveles de producción anteriores a 1914, los inconvenientes para reconvertir la industria bélica, generar el nivel de empleo adecuado para los millones de soldados desmovilizados que volvían a la vida civil, reconstruir los campos y las ciudades, a esto se incorporaron los problemas originados por la ya mencionada crisis sufrida por la economía de los Estados Unidos desde 1929 por lo que a partir de 1930, cada Estado europeo se concentró en encontrar soluciones para los problemas de sus propias economías nacionales.

Inclusive Russel no obvia un componente propio de esa época tan importante, como el orden social cuando habla de la felicidad y al respecto nos dice en su libro:
"Las causas de estos diversos tipos de infelicidad se encuentran en parte en el sistema social y en parte en la psicología individual…Ya he escrito en ocasiones anteriores sobre los cambios que habría que hacer en el sistema social para favorecer la felicidad. Pero no es mi intención hablar en este libro sobre la abolición de la guerra, de la explotación económica o de la educación en la crueldad y el miedo. Descubrir un sistema para evitar la guerra es una necesidad vital para nuestra civilización; pero ningún sistema tiene posibilidades de funcionar mientras los hombres sean tan desdichados que el exterminio mutuo les parezca menos terrible que afrontar continuamente la luz del día"(Russell, 2003, pág. 12)

Otra de las razones que empujan a Russell a escribir sobre la felicidad tiene que ver mucho con su vida personal para esa época, este filósofo tuvo una trayectoria tanto en la esfera pública como privada muy interesante y llena de acontecimientos tremendamente singulares, pero esto no es lo más interesante, sino, que de hecho repasar la vida de Bertrand Russell supone hacer un recorrido histórico por los acontecimientos más importantes que marcaron el siglo XX, entre algunos de ellos están:  las dos guerras mundiales, la lucha por el sufragio femenino, la crisis económica, el desarrollo del capitalismo, el comunismo y el fascismo, la lucha por los derechos civiles en EE.UU., la guerra de Vietnam, los años 60̀s, etc. Russell fue testigo y en numerosas ocasiones protagonista de cambios en la sociedad y en la política internacional y si agregamos a esto las personalidades del mundo de la filosofía con quienes se relacionó (Mc. Taggart, G. E. Moore, Whitehead, Ludwig Wittgenstein, etc.) y también con muchas otras figuras relevantes  del ámbito científico, político y cultural con las que mantuvo algún tipo de contacto (Keynes, Lenin, Joseph Conrad, Albert Einstein, entre otros) habría que decir que tuvo una vida sorprendente, admirable y de la que podríamos aprender mucho.
Su vida privada, como la de todos, tuvo sus altas y sus bajas, investigar la vida privada de Russell también nos da mucho que abstraer , en realidad resulta ser más liberal de lo que en sus libros deja entrever, se casó cuatro veces y tuvo también numerosas amantes, tres divorcios, dos hijos que procreó en su segundo matrimonio con Dora Black, este matrimonio, del cual hablaremos mas adelante, duró once años (1921-1932) y fue justamente la época en que Russell escribió una amplia gama de libros (Filosofía matemática, El ABC de los átomos y de la relatividad, El análisis de la mente, En qué creo, Por qué no soy cristiano, Matrimonio y moral, Ensayos escépticos, Sobre la educación, Educación y orden social en el cual criticó los programas de eugenesia por su vulnerabilidad ante la corrupción, y en 1932, condenó la “suposición sin garantía” de que “los negros son congénitamente inferiores a los hombres blancos”, en un libro de su autoría en Racial antagonism (‘Antagonismo racial’) en New Hopes for a Changing World (1951). De esta época, 1930,  también el aludido libro sobre el que se estipula este análisis: La conquista de la felicidad)
Todos estos libros los escribió, en tres lustros de maravillosa fecundidad intelectual influenciados por los numerosos viajes que realizó gracias a sus actividades extra- académicas, especialmente por países como china donde apreció una cultura de valores tales como la tolerancia, la imperturbabilidad, la dignidad, una actitud que valoraba la vida, la belleza y el placer de una manera distinta a la occidental que consideró valiosa, visitó también Alemania, Rusia. Japón, EE.UU., y por supuesto publicó estos libros con el fin de reforzar el mantenimiento y los gastos económicos de un colegio progresista que pretendía estar libre de prejuicios, el colegio reflejaba la idea de Russell de que los niños no debían ser forzados a seguir un currículo académico estricto, este colegio fue establecido en Beacon Hill y lo inauguró junto a su entonces esposa Dora Black, por eso, dicha fase de su vida está relacionada con la labor educativa, (como lo demuestran los numerosos libros que publicó sobre este tema), donde Bertrand y Dora pretendían dar a sus hijos y a otros alumnos una educación que estuviese libre de los prejuicios habituales (particularmente la inculcación del espíritu religioso y nacionalista) característicos del común de las escuelas. Para dar muestra de ello puede leerse un fragmento de la carta que se dirigía a aquellos que solicitaban información sobre la escuela y el tipo de educación que allí se impartía:
"Respecto a la religión, no hay enseñanza religiosa de ningún tipo, los niños aprenden hechos históricos sobre las diversas religiones del mundo, pero ninguna religión recibe un trato especial. Nos preocupamos de que la educación no esté inspirada en el patriotismo, especialmente en la enseñanza de la historia y geografía, que son las materias que yo imparto. En cuanto a la hermandad entre los hombres, tengo las mismas objeciones que hacia una instrucción moral explícita, en el sentido de que tiende a producir hipocresía y rebelión. La moralidad debe nacer, no puede ser implantada por precepto."
El colegio, que abrió sus puertas en 1927, suponía una serie de responsabilidades y requería un mantenimiento  continuo, cuyos gastos el filósofo trató de costear escribiendo cuántos libros, como anteriormente se enumeraron, y artículos para los periódicos era capaz de escribir. Sin embargo, el colegio tuvo que cerrar por diversos motivos como: la conflictividad de algunos alumnos, problemas económicos, administrativos, así como la crítica social a las ideas innovadoras en temas controvertidos y en especial motivo al deterioro de su matrimonio que fue de por sí el el más controvertido y escandaloso de sus matrimonios ,pues,  aunque  Russell apoyaba el divorcio fácil, solo lo consideraba adecuado si el matrimonio no había tenido hijos: la visión de Russell era que los padres deberían permanecer casados pero tolerantes hacia las infidelidades del otro. Esto reflejaba su vida en ese momento, ya que, Dora tenía públicamente un amante permitido por Russell quien consideraba que en un matrimonio debía haber más lealtad que fidelidad. Tanto Dora como Bertrand, en ese decenio magnífico de los años 20, creían todavía, con cierta confianza exagerada, en que los conflictos y las relaciones humanas podían ser regulados por el pensamiento racional, la tolerancia mutua y el método científico.

Llevaron a cabo un matrimonio donde pusieron en práctica sus ideas, como, que debía haber libertad sexual, donde los celos no tendrían razón de ser, en el que se podría hablar abiertamente de las aventuras sexuales que cada uno de ellos tuviera. La apuesta no era fácil, pero lo intentaron, y Dora lo llevó hasta sus últimas consecuencias
y se buscó un amante de cual quedaría embarazada, esta informándoselo a Russell le propuso abortarlo, pero, él le contestó que no, que lo criaría como si fuera su hijo e incluso así fue, ya que el amante se dio a la fuga, Russell al principio le cedió con mucho sacrificios su apellido de lores y condes prestigiosos a una niña que no era de él, todo eso porque Russell deseaba que sus hijos John y Kate tuviesen una vida familiar normal, cito: “no pretendo sugerir que en una gran crisis, por ejemplo, cuando la ruina es inminente o cuando un hombre tiene motivos para sospechar que su mujer le engaña- sea posible, excepto para unas pocas mentes excepcionalmente disciplinadas, dejar de pensar en el problema en momentos en que no se puede hacer nada”(Russell, 2003, pág. 39), pero, luego él se enredó con la niñera con la que prontamente se casaría por tercera vez, Dora quedó otra vez embarazada del susodicho amante y el resto fue una historia que terminó con el sueño de libertad sexual, tolerancia y lealtad matrimonial y donde la rabia, el desamor, el desagrado, los implacables celos recíprocos, que dicta el corazón y la razón no entiende, desgarraron la unión. La separación y el divorcio no fueron amigables, sino la habitual y terrible pelea de abogados, las mutuas recriminaciones y el resentimiento.
Russell se convierte una vez más en tema de actualidad con la ruptura de su matrimonio con Dora en los años 30 y la causa del divorcio despertará en el público una gran expectación, y asimismo, porque a la muerte de su hermano recibe el título de conde. Deseoso de salir de Inglaterra, donde no consideraba que ocuparía un cargo lo suficientemente relevante se marcho hacia los Estados Unidos.
Hablar de la felicidad en este pasaje de la historia y de su vida no debió ser tarea cómoda, pero, resulta que precisamente en esos momentos en donde los embates y golpes que te dan las olas de la vida, es de donde sacas fuerzas para continuar y a veces necesitas algún bote o salvavidas al cual adherirte cuando sientes que te ahogas, “He vivido en busca de una visión, tanto personal como social. Personal: cuidar lo que es noble, lo que es bello, lo que es amable; permitir momentos de intuición para entregar sabiduría en los tiempos más mundanos. Social: ver en la imaginación la sociedad que debe ser creada, donde los individuos crecen libremente, y donde el odio y la codicia y la envidia mueren porque no hay nada que los sustente. Estas cosas, y el mundo, con todos sus horrores, me han dado fortaleza”. (Russell, 1970)
En este caso se puede decir que la obra “La conquista de la felicidad” le sirvió a Russell de referente auxiliatorio para mantener un equilibrio que lo sostuviera sobre las aguas turbulentas en las que se encontraba el mundo y su gente.
“Por eso he titulado este libro La conquista de la felicidad. Porque en un mundo tan lleno de desgracias evitables e inevitables, de enfermedades y trastornos psicológicos, de lucha, pobreza y mala voluntad, el hombre o la mujer que quiera ser feliz tiene que encontrar maneras de hacer frente a las múltiples causas de infelicidad que asedian a todo individuo.” (Rusell, 2003, pág. 113)
El hecho de no aceptar que las cosas que pasan son irrevocables y que los acontecimientos son inalterables fue la carrera predilecta en toda la vida de Russell, el no aceptar los sucesos y acontecimientos de su entorno como inevitables e irreversibles, a pesar de que estos no dependían enteramente de las actividades que en favor o en contra este pudiera hacer siempre se esforzó por dar lo último de sí hasta el postrimero instante de su vida donde  admitió en Reflexiones en mi octogésimo cumpleaños  fracasar en ayudar al mundo a vencer la guerra y en ganar su perpetua batalla intelectual por verdades eternas.

2)    La conquista de la felicidad: análisis
La conquista de la felicidad es un libro que presenta la felicidad como una meta o logro que debe conseguirse, aunque es bueno saber antes de leer la obra que la misma no está dirigida a todas las clases de personas, aunque bien todos la pueden leer, pero, al reflexionar sobre lo que trata se darán cuenta que la obra está dirigida a un público lector o mejor dicho a un individuo que socialmente cumple con las siguientes características: 
·        Proviene o es de un país desarrollado
·        Vive en sistema político democrático
·        Posee una educación formada
·        Tiene una economía lo suficientemente buena o en otras palabras, no tiene que sacrificarse en el trabajo para apenas cumplir con los gastos elementales y las necesidades básicas.
Como lo dice Fernando Savater en el prólogo "aquí Russell escribe para privilegiados que no luchan por su mera supervivencia, que disfrutan de una existencia soportable, pero, que quisieran que fuera realmente satisfactoria". (Russell, 2003, pag. 5)
Los conceptos claves en toda la obra de Bertrand Russell se pueden agrupar en estos seis:
1-Competencia: Bertrand Russell encuentra la raíz del mal en la importancia que se concede al reconocimiento y a la competencia como mayor fuente de felicidad.Así pues, cuando la gente habla de lucha por la vida, en realidad quieren decir lucha por el éxito. Lo que la gente teme cuando se enzarza en la lucha no es no poder conseguirse un desayuno a la mañana siguiente, sino no lograr eclipsar a sus vecinos.” (Rusell, 2003, pág.26) Toda esta situación explica Russell procede de la mal creída filosofía de la vida, generalmente aceptada, según la cual la vida es lucha, competencia y la sobrevivencia del más fuerte le concede respeto sólo al vencedor.
2-Aburrimiento y excitación: Este aburrimiento del que habla Russell se puede asi mismo llamar ocio, que es aquel tiempo libre que se dedica a actividades que no son ni trabajo ni tareas domésticas esenciales, y pueden ser recreativas.
"Sin embargo, el aburrimiento no debe considerarse absolutamente malo. Existen dos clases, una de las cuales es fructífera mientras que la otra es ridícula. La fructífera se basa en la ausencia de drogas, mientras que la ridícula en la ausencia de actividades vitales." (Rusell, 2003, pág. 34)
En esta parte es bueno destacar que Russell habla especificamente de dos cosas parecidas, pero, diferentes: 1)hobbie/pasatiempo y 2)ociocidad, el pasatiempo es el tiempo mas propicio para desarrollar la creatividad, las actitudes y talentos personales, la comunicación auténtica y las relaciones personales y la ociocidad viene a ser en este punto exactamente a o que se refiere Russell al aburrimiento o tiempo libre que no es utilizado (como ver una pared o ver televisión por 8 horas) y que de ser utilizado se dirige a la realización de actividades malsanas.
En cuanto a la excitación Russell considera lo siguiente: "Una vida demasiado llena de excitación es una vida agotadora, en la que se necesitan continuamente estímulos cada vez más fuertes para obtener la excitación que se ha llegado a considerar como parte esencial del placer. Una persona habituada a un exceso de excitación es como una persona con una adicción morbosa a la pimienta, que acaba por encontrar insípida una cantidad de pimienta que ahogaría a cualquier otro. Evitar el exceso de excitación siempre lleva aparejado cierto grado de aburrimiento, pero el exceso de excitación no solo perjudica la salud sino que embota el paladar para todo tipo de placeres, sustituyendo las satisfacciones orgánicas profundas por meras titilaciones, la sabiduría por la maña y la belleza por sorpresas picantes." (Rusell, 2003, pág. 34)

A este repecto Russell considera que llevar una vida feliz debe tener como ingrediente inprescindible la capacidad de soportar el aburrimiento,  que cualquier persona que tenga un propósito serio sera capaz de aguantar grandes cantidades de aburrimiento si lo considera necesario para sus fines, que los propósitos constructivos son difíciles de formarse en personas que tengan una vida llena de distracciones , ya que su meta sera dirigirse al próximo placer y no al distante logro, por estas y otras razones nos anuncia que una sociedad con una generación incapaz de soportar el aburrimiento será una generación de hombres mediocres totalmente disociados de los lentos procesos de la naturaleza.

3- Fatiga: Una de las causas responsable de que haya infelicidad es la fatiga, según Russell, hay dos tipos de fatiga, la fatiga física que en gran parte de los casos aporta beneficios como sueño profundo, buen apetito y una muy buena actitud ante las actividades que conllevan un rendimiento diario de nuestras energías tanto mentales como físicas, por supuesto, esto aplica para el caso en que la fatiga no sea excesiva que en tal situación entonces si sería una fatiga dañina y que acarrearía a un desgaste de nuestro cuerpo y al poco rendimiento y la otra clase de fatiga a la que se refiere Bertrand Russell es a la fatiga nerviosa, la cual es la principal causante de la mayoría de las enfermedades, sin duda alguna a lo que Russell hace mención es a lo que hoy se conoce como el estrés.

4- Entusiasmo: Cuando se habla de entusiasmo se refiere a las ganas por realizar las cosas. Bertrand Russell encuentra en el entusiasmo el más universal y característico signo de felicidad en el hombre, nuestro autor ejemplifica el sentido del entusiasmo en el siguiente párrafo:

"Erase una vez dos máquinas de hacer salchichas, exquisitamente construidas para la función de transformar un cerdo en las más deliciosas salchichas. Una de ellas conservó su entusiasmo por el cerdo y produjo innumerables salchichas; la otra dijo: ¿A mí qué me importa el cerdo? Mi propio mecanismo es mucho más interesante y maravilloso que cualquier cerdo». Rechazó el cerdo y se dedicó a estudiar su propio interior. Pero al quedar desprovisto de su alimento natural, su mecanismo dejó de funcionar, y cuanto más lo estudiaba, más vacío y estúpido le parecía. Toda la maquinaria de precisión que hasta entonces había llevado a cabo la deliciosa transformación quedó inmóvil, y la máquina era incapaz de adivinar para qué servía cada pieza. Esta segunda máquina de hacer salchichas es como el hombre que ha perdido el entusiasmo, mientras que la primera es como el hombre que lo conserva." (Russell, 2003, pag. 81)

Este es uno de los tantos ejemplos que usa Russell para darse a entender de una mejor manera ya que el autor en esta como en otras tantas ocasiones alrededor del libro ha expresado su idea de que mientras más cosas le interesen al hombre, más oportunidades de felicidad tendrá y menos expuesto estará a los caprichos del destino, si falla una de las cosas que son de su interés siempre es bueno tener opciones, para recurrir a otra y no perder el entusiasmo, ya que opina que tener un interés muy especializado es bueno en el sentido que nos hace unos expertos en el asunto  como por ejemplo: interesarse por el origen y formación de los huracanes, a la larga este pasatiempo no será suficiente para cubrir todos los ámbitos de nuestra vida, así que mientras más intereses se tengan en la vida más feliz puede llegar a ser una persona.

5- Cariño: El cariño es tratado en esta parte se refiere a dar y recibir afecto y según nuestro autor una de las principales causas de la perdida de entusiasmo es sentir que no nos quieren y que el que entrega cariño es probablemente la persona que muestra un verdadero entusiasmo por la vida, que muestra seguridad y vive sin la sensación de miedo a los peligros que le acechan.

También Russell destaca que aunque el otro tipo de cariño que es entregado con el sentido de la inseguridad, se valora a la persona amada por los servicios prestados y no por sus propias cualidades. Aunque este tipo de cariño es mucho más egocéntrico, nuestro autor no pretende decir que este tipo de afecto no desempeñe una función importante en la vida y de hecho destaca que todo afecto serio es una combinación de ambos tipos de cariños para deshacerse de la sensación de inseguridad. "El mejor tipo de afecto hace que el hombre espere una nueva felicidad y no escapar de una antigua infelicidad."  (Russell, 2003, pag.91).  

6- Familia: Para empezar, Russell aclara que de todas las instituciones la que más desorganizada y la que con el avance de los cambios sociales está peor encaminada es la familia, obvio que atento a la época Russell no se está refiriendo a familias monoparentales, homoparental o la familia ensamblada, sino que habla en el término tradicional de la familia tipo nuclear-tradicional.
Entre las razones que Russell considera han desquebrajado la familia están las siguientes:

·        Problemas de carácter económico, psicológicos, de educación y político.
·        Liberación femenina
·        Decadencia del servicio doméstico
·        La paternidad y sobre todo la maternidad es vista y considerada como un sacrificio no como un logro.
Entre las cosas interesantes que se destacan dentro de la primera parte de la conquista de la felicidad dedicada a las causas de la desgracia están:
·        Centrar la atención en asuntos internos, acarreando estos uno de los mayores dolores, el disgusto por uno mismo.
·        Hacerse un devoto del placer, sin importar las consecuencias utilizando drogas y alcohol buscando solo distracción y olvido.
·        No lograr el éxito o lograrlo sacrificando todos los demás condimentos de la vida.
·        Instinto atrofiado de engendrar o criar hijos.
·        No tener disciplina al momento de soportar el aburrimiento.
·        El estilo de vida que causan las preocupaciones y fatiga nerviosa (estrés).
·        La envidia utilizada como un medio para hacer justicia.
·   Los sentimientos de culpa causados por una ortodoxa y retorcida concepción del pecado.
·        El miedo al qué dirán los demás.
·        Ser inconstantes e influenciables
La segunda parte está dedicado a las causas de la felicidad como:
·        Ser apasionado con el trabajo o un pasatiempo.
·        Tener varios intereses que nos mantengan llenos de entusiasmo.
·        Poseer equilibrio o ser virtuosos en la utilización del término medio, con respecto a nuestros pasatiempos (hobbies) y en cuanto a la resignación y el esfuerzo, valorando el aporte de ambos como algo esencial para la conquista de la felicidad.
·        Ser constante con los propósitos.
·        Utilizar la energía de la tristeza, encaminada por vías de realización personal y no por las vías del escape y olvido como drogas. Russell habla de drogas como vía de distracción, no como un medio de autodestrucción.
·        No haber atrofiado el sentido de la paternidad, entendiéndose esta como una parte íntegra y esencial de la felicidad de una persona.
Ahora vamos a destacar ciertos puntos de la obra que no se ajustan a la realidad de los tiempos actuales o que pueden ser discutibles a la hora de considerarse pautas para la conquista de la felicidad, aunque dentro de mis consideraciones la felicidad no es algo que se busca o se conquista, sino que es una aptitud y una elección, así que desde el título parto con mi crítica, entre otras de ellas están:
a.     Las personas que hayan decidido por voluntad ser desgraciados y hacer de su vida una tragedia no son menos infelices que el resto, que los demás no hayan tomado el camino de la desdicha no quiere decir que haya personas que no se sientan felices y realizadas por llevar una vida triste y solitaria, cuando esta elección se hace a priori conduce a una felicidad muy particular, pero, cuando no es una elección a priori, sino, que es producto de un conjunto de sucesos a posteriori que han marcado la vida de las personas, entonces, sí puede considerarse una tragedia o desgracia como apunta el autor y aún así, hay casos excepcionales de personas que encuentran en este tipo de experiencias o sufrimientos una comprensión del mundo y un prototipo de felicidad muy por encima del común.
b.     Russell plantea reiteradamente que los científicos son mucho más felices porque su trabajo es respetado, valorado y va encaminado hacia los avances del mundo y el desarrollo de la humanidad, porque estos disfrutan de la tradicional vida familiar o ya sea porque la gente aprecia más el trabajo que estos realizan, las razones que nos da Russell son notablemente estampadas por su visión cientificista del mundo, además de que resulta holístico al envolver los científicos, como si todos los científicos llevaran una vida feliz por tales características y del mismo modo resulta globalizador al considerar que  los literatos lleven una vida por "rigueur" desgraciada o trágica para crear grandes obras de arte.
c.      Entre otras cosas que ya hoy en día suenan muy absurdas como por ejemplo:
 "A nadie le sorprende enterarse de que un ilustre general o almirante es pobre; de hecho, en tales circunstancias, la pobreza misma es un honor."(El merito al honor ha caído hoy en día) "La consecuencia de todo esto es que en Estados Unidos los profesionales imitan a los hombres de negocios, y no constituyen un tipo aparte como en Europa. 

Por consiguiente, en todo el sector de las clases acomodadas no hay nada que mitigue la lucha cruda y concentrada por el éxito financiero (ahora no solo los Estados Unidos ni Europa, digamos que todo el mundo). "Desde muy jóvenes, los chicos estadounidenses están convencidos de que esto es lo único que importa, y no quieren que se les moleste con formas de educación desprovistas de valor pecuniario…. (Hoy día solo una minoría de la población mundial se preocupa por una educación sin valor pecuniario). "El hombre rico de nuestros tiempos tiende a ser de un tipo muy diferente. Nunca lee…(ni el rico ni el pobre lee) "El resultado de todo esto es que no sabe qué hacer con su tiempo libre. 

El pobre hombre se queda sin nada que hacer como consecuencia de su éxito." (Con o sin éxito a la gente le encanta perder su tiempo haciendo nada)".

El que disfruta con la lectura es aún más superior que el que no, porque hay más oportunidades de leer que de ver fútbol", (en ese tiempo no todos tenían una televisión y cuando Russell dice esto no imaginó el internet)".

Casi todos los norteamericanos preferirían obtener un 8 por ciento con una inversión arriesgada que un 4 por ciento con una inversión segura."(¿Casi todos los norteamericanos o casi todo el mundo?) (Russell, 2003, pág. 28, 29, 81, 27,28)
Todas estas concepciones están desfasadas ya sea por que los valores morales se han trasnmutado y lo que antes era la regla hoy día es la excepción, por los avances tecnológicos y porque simplemente se enfoca en un solo grupo cuando en realidad estos juicios afectan a no solamente un grupo en particular, sino, a la población postmoderna en general.
Para finalizar el tipo de felicidad que Bertrand Russell expone se puede clasificar como un tipo de felicidad inagotable, púes, plantea que mientras más intereses se tengan, menos expuesto se estará a la infelicidad, ya que, cuando un proyecto no funcione fácilmente se debe optar por otro y luego otro y así sucesivamente.., esta felicidad con esmeros a no tener fin podría no ser propiamente la felicidad plena y acabada, ya que alguien que tenga tantos intereses nunca se sentirá satisfecho con la felicidad que de paso obtenga, sino, que va a seguir buscando más y más formas de felicidad de manera infinita, la felicidad debe ser fiel, en el mismo punto que se llegue a obtener lo que se desea, el asunto no radica solamente en obtenerlo, sino, en mantenerlo y perfeccionarlo, lo que se debería tener, en vez de un ideal de felicidad, es una mente abierta a infinitas posibilidades de ser feliz.

Extraído:
Cap. (III) tesis: Vigencia del concepto felicidad de Bertrand Russell en el análisis de la sociedad del siglo XXI. Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD). 12 de noviembre del 2013.

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