ATMÓSFERA DIGITAL, SANTO DOMINGO.- Es preocupante el masivo desempleo que campea en el país.
Tiene que haber un trabajo conjunto del gobierno y el sector privado para
lanzar una política inmediata de pleno empleo. La juventud tiene los brazos
cruzados y los adultos-mayores son despedidos a granel.
La automatización y modernización de muchos servicios, lanza
también a decenas de personas a las calles. Hay que tomar medidas para que las
empresas sean rentables, aportando mayor cantidad de empleos. Hoy parece que la
principal tarea gerencial es reducir costos y lanzar empleados a las calles.
En la mayoría de los casos para conseguir un trabajo en el
gobierno, hay que ser un simpatizante político. En el sector privado, una
recomendación tiene más peso que el currículo.
Estamos matando la idea de superación de la juventud. Los estamos
cerrando en un círculo de mediocridades sin futuro.
La creación de nuevas
plazas en el sector educativo ha permitido a decenas de profesionales entrar a
dar docencia. Se abren puertas para bachilleres que deseen cursar la carrera de
pedagogía, pero da pena las malas notas que exhiben por lo que son reprobados.
La mayoría de las plazas comerciales están utilizando una
tecnología avanzada, por lo que cada día tienen menos personal. Los recién
graduados de universidades van cabizbajo porque no saben a dónde ofrecer sus
conocimientos.
Una política de pleno empleo aunque con salarios básicos
puede salvar esta situación. Los que están trabajando luchan por el salario
mínimo y dicen que ganan sueldos de hambre que no les da para resolver sus más
perentorias necesidades.
Estos se tienen que poner en los zapatos de los que no ganan
nada, y tampoco encuentran. El país puede ir camino de un desarrollo económico
y turístico, pero en las capas medias y bajas de la población no se siente esa
riqueza generada. Hay que dar un salto adelante para salvar esta triste
situación.
No es el paternalismo tradicional que permitirá hacer frente
a esta desgracia colectiva. Es hora de pensar con seriedad como crear una
política de desarrollo y diversificación, que permita la creación de fuentes de
empleos para miles de personas que ahora
mismo están jalando aire. ¡Ay!, se me acabó la tinta.
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