
De igual manera, le extiendo mi felicitación al pleno, integrado
por los magistrados, doctores Julio César Castaños Guzmán, Presidente, Roberto
Saladín Selín, Carmen Imbert Brugal, Rosario Graciano De los Santos y Juan
Bautista Cuevas Medrano, Miembros Titulares, por la responsabilidad mostrada al
dictar esta correcta disposición. Estimo que esta es la manera natural de un
administrador electoral ganarse la confianza de la ciudadanía.
Confío que esta será la primera de muchas resoluciones justas
que tomará ese órgano para garantizar que las elecciones generales del 2020
sean íntegras.
En ese sentido, les exhorto a darle cumplimiento, de forma
estricta, al artículo 211 de la Constitución de República, que dispone que ese
órgano y las juntas electorales municipales, bajo su dependencia, tienen la
responsabilidad de garantizar la libertad, la transparencia, la equidad y la
objetividad de las elecciones.
La Junta Central Electoral es un verdadero Poder Electoral,
tomando en consideración la autonomía, independencia técnica, administrativa,
presupuestaria y financiera, así como el poder reglamentario, que le otorgó el
constituyente. Por lo tanto, cualquier debilidad en el cumplimiento de sus
funciones es responsabilidad de quienes la integran.
Desafortunadamente, hasta ahora la JCE no ha cumplido con el
mandato del artículo 211 de la Constitución Política, ni tampoco con el del
artículo 212, párrafo IV, que la hace responsable de garantizar que “los
procesos electorales se realicen con sujeción a los principios de libertad y
equidad en desarrollo de las campañas y transparencia en la utilización del
financiamiento”.
Cuando la JCE no cumple con su obligación de hacer uso de su
poder para garantizar la integridad de las elecciones, beneficia al partido
gobernante, permitiéndole la utilización ilegal de los recursos públicos en las
campañas, como ocurrió en las elecciones presidenciales del año 2012, que
provocó un profundo déficit cuasifiscal, en perjuicio de todo el pueblo
dominicano, pero principalmente de los más pobres.
Las elecciones del 2020 y todas las demás elecciones deben
ser ganadas por los candidatos y no por los recursos del Estado. Esta debe ser
la sagrada misión de del presidente y los demás integrantes del Pleno de la
JCE.
De nada valdría tener buenas normas políticas, como esperamos
sea la Ley de Partidos, si la Junta Central Electoral y el Tribunal Superior
Electoral, no la hacen cumplir con justicia, imparcialidad y profesionalidad.
Finalmente, exhorto a la comunidad política a que, en lugar
de dañar la credibilidad de la Junta Central Electoral, contribuyamos con su
fortalecimiento, realizando nuestras actividades en armonía con las
disposiciones dictadas por ella.
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