ATMÓSFERA
DIGITAL, SANTO DOMINGO.- Las amenazas de colapso que se ciernen sobre la agenda
política, con elecciones municipales, congresuales y presidenciales, han
llevado a numerosos juristas y políticos a posicionarse a favor de una urgente
modificación constitucional que ponga orden al frenético calendario electoral
que aboca al país a un bloqueo institucional durante un periodo de entre diez y
doce meses.
Los elevados costos de todos los procesos, el más que previsible
escenario masivo de impugnaciones de resultados y los riesgos de violencia
callejera son las principales razones, no las únicas, que ameritan una revisión
de la agenda electoral.
El
abogado constitucionalista Cristóbal Rodríguez ha reclamado un Pacto Político
y Social por la Estabilidad de la Constitución, la Unificación de las
Elecciones de 2020 y el Fortalecimiento Institucional. Alerta que “el actual
escenario de saturación electoral absoluta, al más alto nivel de intensidad
durante prácticamente un año, tendrá implicaciones perjudiciales de todo tipo,
económicas y políticas, entre otras, que podría paliarse de manera considerable
con la reunificación de las elecciones”.

“El Tribunal Superior Electoral
sufrirá tres tsunamis de quejas entre octubre y junio: el primero, sobre los
resultados de las primarias; el segundo, por las elecciones de febrero y el
tercero sobre las elecciones nacionales de mayo. Siempre es posible que el
sistema supere esta prueba de resistencia, pero es una apuesta arriesgada. Lo
mejor sería unificar las elecciones y no comprometer el éxito del proceso
electoral”, asegura.
En la
misma línea se ha posicionado el abogado, José Martínez Hoepelman, que ha
llamado al liderazgo político nacional y a todos los sectores del país a
unificar las elecciones para evitar que, en menos de 90 días, se deban escoger
4,113 posiciones electivas, con el riesgo que entraña la aplicación de nuevas
modalidades tecnológicas.
A su entender, el elevado costo total de RD$ 10,000 millones
es un gasto innecesario, excesivo y riesgoso que “podría, como históricamente
ha ocurrido, sumir al país en la violencia política, la incertidumbre de las
campañas, la violencia física que ocurre históricamente, la impugnación masiva
de resultados, como fruto de la crisis de confianza institucional y lastimar de
nuevo la marca país y la moral y reputación internacional, con consecuencias
funestas para la economía”.
Eddy
Olivares, jurista constitucionalista y miembro titular de la JCE hasta 2016,
asegura que la concatenación de elecciones en pocos meses causa “una gran
distorsión que hay que resolver” y explica que, por ejemplo, en los lugares
donde las elecciones son separadas con menos espacio de tiempo es por un año,
por ejemplo en El Salvador.
Enfatiza que el costo económico tan elevado en
elecciones separadas por un período de tres meses es algo que no tiene sentido
“porque no aporta absolutamente nada ni a la democracia ni al proceso”.
El
presidente de la Fundación Justicia y Transparencia, Trajano Potentini, es
partidario de unificar los ciclos lectivos para dar un respiro a la JCE ante la
inminente implementación de las nuevas leyes electorales. Entiende que la
actual agenda evidenciaría la “falta de logística de la JCE, el eventual
transfuguismo de quienes resulten vencidos por el estado de vulnerabilidad y
desesperanza propio de los perdedores y la mercantilización de la política,
haciendo más cara la democracia, todo ello sin contar el descrédito y la
incertidumbre que traerían los consecuentes reclamos ante el Tribunal Superior
Electoral”.
Junto
a las demandas de unificación de elecciones, otros sectores urgen también a
introducir cambios constitucionales que favorezcan la independencia del sistema
judicial. Es el caso del precandidato presidencial del Partido Revolucionario
Moderno (PRM), Luis Abinader, que se ha sumado a las voces partidarias de
reformar la Constitución para impedir la reelección presidencial y mejorar el
sistema de justicia dominicana. Abinader quiere favorecer la despolitización
del Consejo Nacional de la Magistratura (CNM), haciéndola menos dependiente del
poder ejecutivo, para lo cual invita a todos los aspirantes a firmar un pacto
de despolitización de la Justicia.
En el
mismo sentido se ha posicionado también el presidente del Colegio de Abogados
de la República Dominicana (CARD), Miguel. Surun Hernández, que propone
aprovechar los cambios en la Carta Magna para modificar la actual composición
del CNM y dotar a la Procuraduría General de la República y a la Contraloría de
mayores niveles de independencia. Asegura que en el Ministerio Publico tanto el
Procurador General como el Contralor General no deben ser designados por el
Poder Ejecutivo.
El
presidente del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), Federico “Quique”
Antún, ha ido incluso más allá en los cálculos del costo electoral.
Afirma que
el ministro de Hacienda, Donald Guerrero, se equivocó al asegurar que el ahorro
que tendría el país con la unificación de las elecciones sería entre cuatro y
seis mil millones de pesos.
Asegura que el funcionario se “quedó muy corto” en
cuanto al gasto real que representaría la celebración de unas elecciones
municipales separadas de las congresuales y presidenciales, ya que a su
entender el ahorro debe andar por alrededor de los 15 mil millones de pesos.
En
este sentido, el ministro de Economía, Planificación y Desarrollo, Juan Ariel
Jiménez, asegura que celebrar las elecciones por separado supondría para el
país un costo extra de más de RD$5,000 millones.
Opina que República Dominicana
es un país con recursos limitados y con muchas necesidades de inversión
económica y social y cree que ese ahorro de dinero que representaría unificar
los comicios podría ser destinado a áreas sociales de prioridad, como
educación, salud y oportunidades de trabajo para los jóvenes y mujeres, entre
otros.
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