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Por Danilo Cruz Pichardo.
ATMÓSFERA DIGITAL, SANTO DOMINGO.- Un día del año 1982 el suscrito escucho expresar a un hombre maduro que a una mujer, al acudir a una cabaña, no se le da dinero, porque de esa manera no se enamoraría del hombre y llegaría el momento en que solo estaría pendiente al billete monetario, no al acto sexual.
“A las mujeres se ayudan de otra manera, como asumiendo algunos de sus problemas”, añadió el experimentado mujeriego.
Siempre concedí razón a ese caballero, porque los sentimientos y la lealtad amorosa no se compran. Con el paso de los años también se comprobó que la lealtad política tampoco se compra. Nadie puede decir que los seguidores que tenían Balaguer, Bosch y Peña Gómez fueron a base de dinero, que pagaban apoyo de personas. Eran tres líderes con carisma, discurso y persuasión. Naturalmente, los tres tenían concepto de la gratitud, diferente a alguien.
Este relato viene porque el presidente Luis
Abinader invierte miles de millones de pesos en publicidad gubernamental,
otorgando la mayor tajada a las tradicionales bocinas de la comunicación (los
mismos que les hicieron campaña sucia antes del 5 de julio de 2020), con el
supuesto propósito de comprarlas. Se trata de individuos prostituidos en el
ejercicio de la comunicación y solo hay que esperar la venidera campaña
electoral para comprobar una vez más que las lealtades políticas no se compran.
Todo el comunicador que habló o escribió mal de Abinader, en el pasado, al genio de presidente le surgió la idea de comprarlo. Comprarlo metiéndole en múltiples nóminas estatales o llenándole sus espacios de anuncios, al extremo que algunos facturan millones de pesos cada mes.
Adicionalmente, al presidente y “experto en estrategia política”, le surgió la idea de inscribir gente en el PRM. Y con esa gente nueva se elaboraría el padrón de votantes de las primarias de esa organización política, que escogería al candidato presidencial. Se supo, de una fuente cercana a palacio, que el presidente no acudiría a un proceso de elección con los actuales militantes del PRM (con los cuales tiene deuda), que en el menor de los casos habría una combinación de servidores públicos y nuevos dirigentes. Y a esos nuevos, muchos provenientes del PLD, se incluirían en planes de asistencia social y en nóminas públicas.
Por más que se pretenda ocultar la realidad
política nacional, publicando falsas encuestas en las redes, al día de hoy hay
escepticismo en el electorado nacional, a tal extremo que, conforme a
investigaciones de enero, el 66% de los dominicanos no sabe todavía por quién
votaría.
Esos porcentajes que atribuyen las falsas
encuestas al jefe de Estado son astronómicos, a pesar de que nunca más se ha
vuelto a juntar con la intención de votos favorables que registró al fracasar
los comicios municipales de febrero de 2020, donde el país fue estremecido por
cacerolazos espontáneos en sectores de clase alta, media y baja. Esos
cacerolazos se produjeron en todo el país y simultáneamente la juventud
dominicana se levantó y se apostó en la Plaza de la Bandera.
La población se volcó mayoritariamente a votar
para sacar al PLD del poder, después de 20 años de gobierno, 16 consecutivos,
que se caracterizaron por la hipercorrupción, centralización de los poderes
públicos, censura de prensa y excesos de todos los tamaños.
Otro hallazgo importante, en investigaciones
serias auspiciadas por grupos empresariales y la Embajada de Estados Unidos, es
que Guido Gómez Mazara cuenta con un 13% de intención de votos, lo que llena de
preocupación a Luis Abinader y lo motivó al mismo tiempo a decidir, como si el
PRM fuese una empresa de su propiedad, similar a las que tiene en Panamá, a hacer
una convención sin los militantes de esa entidad política.
Estamos hablando de que Guido tiene el mismo
porcentaje que obtuvo Bosch en 1994, lo que no sorprende a analistas
políticos que estiman que el abogado y aspirante presidencial es el mejor expositor
que tiene todo el espectro político dominicano, dato que se confirma en sus
frecuentes intervenciones televisivas, abordando con brillantez temas
económicos, políticos y social de la agenda nacional e internacional.
Se confirma que Gómez Mazara tiene una buena aprobación entre dirigentes y militantes del PRM en todo el país. Y Simultáneamente ofrece conferencias en centros académicos, clubes, entidades juveniles y femeninas, juntas de vecinos y gremios diversos.
Asimismo, viene
sosteniendo reuniones con múltiples dirigentes de organizaciones políticas,
pues tiene como finalidad encabezar un gran frente en caso de ser
candidato presidencial.
Una muestra de que todas las encuestas que el
Gobierno difunde en las redes son falsas está en que carecen de firmas. Muy
pocas tienen firmas, pero nadie las conoce, como es una supuestamente peruana,
que ni aquí ni en ningún país del continente nadie se percata de su
antecedente. Son inventos que saturan a una población que luce impotente
ante la pérdida del poder adquisitivo, por la espiral inflacionaria de los
productos de la canasta familiar.
La verdad es que de los tres partidos
mayoritarios solo uno tiene candidato oficialmente, como es el caso del PLD, el
cual escogió a Abel Martínez, que es la persona que encabezaría la boleta
presidencial de esa organización. Aunque la Fuerza del Pueblo no tiene
candidato definido, se da como un hecho que el expresidente Leonel Fernández
sería escogido, pues nadie más en esa entidad aspira a ser presidente.
En el caso particular del PRM no se puede hacer
encuesta en base a un candidato, porque no lo tiene. Se escogería en sus
primarias del mes de octubre. Para hacer una encuesta científica en torno a ese
partido habría que incluir a todos los aspirantes, entiéndase Luis Abinader,
Guido Gómez Mazara y Ramón Alburquerque. Es posible que surja otro y se habla
de David Collado, un protegido del Grupo Vicini.
Siendo así, la investigación se hace
proyectando eventuales escenarios, los cuales son hipotéticos. Primero se mide
a cada uno internamente y después se confrontan con los aspirantes de los demás
partidos. Ejemplo: si los candidatos de mayo de 2024 son Abinader, Leonel y
Abel, ¿por quién usted votaría? Si los candidatos son Guido, Leonel y Abel,
¿por quién usted sufragaría? Y también se hace lo propio con Ramón
Alburquerque.
Por más que se pretenda manipular y engañar,
las encuestas que cumplen con los rigores científicos, que se hacen para
consumo interno de partidos y grupos empresariales, proyectan un escenario de
segunda vuelta, lo que podría mantenerse o cambiar dependiendo de un conjunto
de variables que no se pueden predecir.
En el marco de la estrategia palaciega está la
compra de lealtades, que involucra a comunicadores, personas de todas las
clases sociales para la elaboración de un nuevo padrón del PRM y el
sonsacamiento de alcaldes de otros partidos, pero ya el PLD y la Fuerza del Pueblo
respondieron con una alianza a nivel municipal. Es innegable que los resultados
del certamen municipal de febrero de 2024 impactarían fuertemente en el
electorado con miras al torneo presidencial y legislativo de mayo del mismo
año.
Desde que Luis Abinader llegó a la Presidencia
de la República de inmediato inició su campaña por la reelección, que se
expresa en el uso de miles de millones en publicidad gubernamental y los
recorridos por todo el país, aunque sea para dar un primer picazo. Eso lo han hecho
los anteriores gobernantes. El gran error político, sin embargo, es pensar que
con el uso del Presupuesto de la Nación todo se logra, inclusive golpear y
humillar a la propia gente que desde el PRM, en medio de una pandemia, lo llevó
al poder.
En política, desde que tengo uso de razón, es
válido sumar, pero en la medida en que no se resta simultáneamente. Es tapar el
sol con un dedo pretender ocultar una eventual división del PRM. A Luis
Abinader se le ha metido en la cabeza que no necesita a Guido ni a Ramón, pero
tanto Guido como Ramón sostienen que tampoco necesitan a Luis Abinader, por lo
que estamos en presencia de un divorcio definitivo.
Para el año 1993 las encuestas que hacía el PRD
decían que Peña Gómez no tenía los votos necesarios para ganarle a Balaguer,
pero dentro del Partido Reformista había un líder –y ese era Fernando Alvarez
Bogaert— que si Peña lo llevaba como compañero de boleta le sumaba cinco
puntos, pero esos cinco puntos valían por diez, porque también eran cinco puntos
menos para Balaguer. Y fue así como Peña Gómez ganó los comicios de 1994,
aunque está demás decir que no lo dejaron pasar, generando un escándalo
internacional que obligó al Pacto por la Democracia.
Es muy posible que, con el uso del Presupuesto
de la Nación, Luis Abinader se imponga en el PRM, pero es difícil valorar
anticipadamente el impacto que tendría en la población la reacción política de
Guido Gómez Mazara y de Ramón Alburquerque, a quienes se les viene violando su
derecho constitucional de aspirar en su propia organización política, al ni
siquiera consultarles en torno a las reglas de juego internas ni la propia
inscripción nuevos de militantes.
Hace apenas días, inclusive, que a la secretaria general del partido, Carolina Mejía, se le fue la boca en su apoyo público a la reelección, lo que en cualquier organización democrática, con institucionalidad, la expondría a un juicio político y a la separación del cargo. Lamentablemente en el PRM no hay democracia interna y se impone el culto a la personalidad y la reverencia hacia el hombre que maneja el Presupuesto de la Nación.
Sería poco serio no admitir que todavía Abinader encabeza las encuestas de opinión, pero con apenas un 30 y tanto y la Constitución establece un 50 más un voto. Todas esas encuestas que se publican en las redes son pura basura. El techo más alto que tuvo Luis fue el 52.52% de julio de 2020.
En este momento todo indica que habría segunda vuelta, al menos que haya una evolución significativa en el comportamiento electoral de la gente. Además, prevalece un gran escepticismo, la mayoría de la gente no está definida, dato que confirmó recientemente el intelectual Bernardo Vega, que dicho sea de paso también hace investigaciones de opinión.
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