ATMÓSFERA
DIGITAL.- Los Mosuo han vivido de generación en generación en un pintoresco
lugar situado en la frontera de las provincias suroccidentales chinas de Yunnan
y Sichuan. Se trata de una de las pocas comunidades existentes en el mundo en
las que pervive el matriarcado.
Los Mosuo se organizan en familias, pero no se
casan. La organización social y familiar de esta comunidad es un caso legado
por la historia, muy raro y bastante valioso.
La convivencia de varias
generaciones es un hecho muy usual entre los Mosuo. Miembros de una generación
incluyen las madres y los tíos de los de la siguiente generación. Dada su
amplia conciencia de imparcialidad, las madres constituyen una poderosa fuerza
de cohesión.
Los miembros familiares trabajan según su capacidad y los bienes
se distribuyen de acuerdo con las necesidades de cada cual. En general, al
cumplir los 13 años los chicos, tras tomar parte en una ceremonia en la que se
visten de adultos, ya pueden participar en las actividades sociales y buscar
amigos del otro sexo.
Llaman "axia" a sus compañeros sexuales o
amantes y "azhu" a sus demás amigos, a veces también llaman en
público "azhu" a sus compañeros sexuales. La familia y la sociedad no
interfieren en la libertad que tienen los adultos al elegir su
"axia".
La madre debe dar a su
hija una habitación llamada cuarto de huéspedes. Los jóvenes tienen
plena libertad de buscar amigos y tener relaciones sexuales. Cuando un hombre y
una mujer se encuentran, si la conversación resulta satisfactoria, el hombre
puede alojarse en el cuarto de huéspedes de la mujer.
La madre puede aconsejar a
su hija, pero nunca le impone su voluntad. Gracias al ambiente tolerante,
pacífico y de respeto mutuo, cualquier problema puede resolverse mediante
conversaciones y consultas. Si los compañeros sexuales no se llevan bien o una
de las dos partes no quiere seguir sus relaciones amorosas, la pareja puede
separarse fácilmente sin causar molestias.
Los "axias" pasan la noche
juntos, mientras durante el día, los hombres trabajan en su propia casa. Si un
hombre no tiene "axia", no le queda más remedio que dormir en casa de
su tío, puesto que de acuerdo con las reglas del matriarcado carece de
habitación propia.
Si varios hombres se enamoran de la misma mujer, ésta puede
elegir libremente al que prefiera. Los celos son casi desconocidos, pues son
considerados como sentimientos negativos, producto de la noción de propiedad
privada.
El
matrimonio apareció entre los Mosuo hace mucho tiempo. No era infrecuente que
en las familias de los jefes de la liga de tribus los hombres se casaran, si
bien algunas mujeres se mostraban reacias a ello.
Aunque la milenaria sociedad
patriarcal china ha influido en la vida y las ideas de los Mosuo, la
continuidad de su organización matriarcal demuestra su gran vitalidad.
Los
Mosuo procuran mantener los rasgos peculiares y las tradiciones de su cultura.
TOMADO DE WWW.XINHUANET.COM
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