
El éxito de varios países en el mundo, en especial algunos de ellos ubicados en Sudeste Asiático, demuestra que a pesar de la carencia de recursos naturales y otros factores productivos han podido dar un salto extraordinario y convertirse de sociedades atrasadas y muy pobres a sociedades prósperas y ricas.
Al profundizar un poco sobre el éxito de estos países asiáticos, se puede notar que han sido varias las causas que han permitido que esos países hayan podido encontrar el camino del éxito y la prosperidad, sacando de la pobreza a millones de seres humanos.
De igual manera, muchos de estos países han podido pasar de sociedades basadas en la producción y exportación de bienes y servicios de “bajo contenido e intensidad tecnológica” a sociedades basadas en la “educación” y el “conocimiento”, siendo sus principales productos de exportación bienes y servicios con alto contenido tecnológico.
Un caso paradigmático de un país exitoso, vinculado al desarrollo económico reciente, es el caso de “Corea del Sur”. Esta nación, ubicada en una península al Sur de su Hermano-Gemelo Corea del Norte y que a partir de la finalización de la guerra de las Coreas entre 1950-1953 quedaron separadas en Corea del Norte y Corea del Sur, ha pasado de una renta per cápita de menos de 67 dólares en 1960 a 20,000 dólares per cápita en el 2010; de una nación receptora de Ayuda Oficial Para el Desarrollo (AOD) a un país donante.
Corea del Sur, que había sido unos de los países más pobres receptores de Ayuda Oficial para el Desarrollo (AOD), recibiendo 12.69 mil millones de dólares entre 1945-1995 mayormente de los Estados Unidos (EE.UU) y Japón, en la actualidad se ha convertido en el 24º miembro del Comité de Ayuda al Desarrollo (CAD) de la Organización Para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), destinando 1,020 millones de dólares para la Ayuda al Desarrollo.
Por otra parte, las normas sociales vinculadas al “Confucionismo” durante la “Dinastía de los Chosun” conformaron valores vinculado a la educación, que permitió a esa nación darle prioridad a la “educación como motor del desarrollo”.
No solo bastó la cantidad de recursos que recibió Corea del Sur por parte de los Estados Unidos de América y Japón, sino que hubo un esfuerzo endógeno que permitió que gran parte de esos recursos se destinaran a proyectos de largo plazo con una alta tasa de retorno económico y social.
Esa “cosmovisión” vinculada a la “educación” y el “conocimiento” como el eslabón común al desarrollo económico es lo que ha permitido que Corea del Sur se haya convertido en una nación próspera y rica, con alto estándares en su calidad de vida.
Sin grandes recursos naturales, un país relativamente pequeño; sin embargo ha sabido descubrir, que el verdadero tesoro, que la gran riqueza está en su población, en la formación permanente de su gente trabajadora, en la juventud, en sus mujeres, en fin en los seres humanos.
A esto hay que añadir que gran parte de este éxito del desarrollo económico de Corea Sur se ha llevado a cabo mediante el establecimiento de planes quinquenales de desarrollo, los cuales enfatizaron en principio, a partir de los años 60s, en políticas públicas que fortalecieron el aparato productivo interno y; luego a partir de los años 70s orientaron su aparato productivo a la producción exportable con gran contenido tecnológico.
Creo que la experiencia del desarrollo de Corea del Sur es un ejemplo a estudiar a profundidad, para ver los elementos comunes que nos permitan mejorar nuestras políticas públicas y por consecuencia mejorar las condiciones de vida de la población en la República Dominicana. Se hace necesario dar un salto definitivo que permita elevar de manera significativa las condiciones de vida de nuestros ciudadanos.
A pesar de la distancia geográfica que no separan y quizás culturas diferentes, tenemos que estudiar más de cerca las políticas públicas que los “Coreanos” han aplicado, porque tenemos muchísimo que aprender.
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