Por José
Francisco Peña Guaba.
ATMÓSFERA
DIGITAL, SANTO DOMINGO.- Se otea claro en el horizonte la crisis que viene, no
hay que ser pitonisa para descifrar el mal augurio que se cierne sobre los
resultados de las elecciones.
La
última crisis post electoral nacional ocurrió en el 1994 pero estuvimos cerca
de una guerra civil. De hecho, le debemos al Líder del PRD la paz de que hoy
disfrutamos, porque si su decisión hubiera sido otra, los muertos se contarían
por miles.
La
crisis a la que aludimos aquí parece no poder evitarla. Nadie porqué la misma
ya está inoculada en la sinrazón de la dirigencia del PLD y del PRM. Ninguna de
estas maquinarias está preparada, ni una ni otra, para la derrota electoral. Al
contrario, ambas se creen que están obligados a ganar y se juegan el destino de
sus instituciones. En el caso particular de los morados, se incluyen en la
ecuación sus intereses, patrimonio y libertad.
El
presente artículo no tiene interés de presagiar males ni anunciar nubarrones
que se ciernen prontamente sobre nuestros cielos, pero es una advertencia que
busca que quienes no somos parte de esa conflagración que se avecina,
comencemos a buscar salida a la crisis porque de que viene, viene.
El
PLD ha gobernado 20 años de los últimos 24. Ese récord de permanencia en el
poder en estos momentos en América Latina solo lo tiene Venezuela. La grave
crisis que acogota a ese pueblo la conocemos todos. Todos los gobiernos que
tienen un considerable tiempo de ejercicio están en crisis.
El
caso del FSLN en Nicaragua, ni hablar del caso del PRI de México –que era la
escuela por excelencia y que hoy, producto de la tecnología, de la
constitucionalización de los derechos, de las redes sociales, de lo súper
informado que están los ciudadanos– es imposible que nadie piense que gobernará
continuamente por tantos años.
El
PLD ha realizado buenas gestiones, en lo social y en cuanto a garantizar
estabilidad macroeconómica, pero su dirigencia se piensa que el poder es una
herencia, que vivimos en una monarquía y que ellos son la nobleza. En la mente
de los peledeístas “de arriba” no existe la posibilidad ni de perder ni de
entregar el gobierno, en parte por el miedo que tienen de salir de él: no
armaron una estrategia para reciclarse, cerraron su única posibilidad que era
Leonel Fernández y se preparan a una aventura.
Todas
las acciones que vienen realizando, así se deduce, cuando menos a mí me
convencen de que están dispuestos a todo, de que utilizarán todos los recursos
del poder para lograrlo. Danilo se sabe un general en lucha en medio de la
batalla y no está en sus planes perderla, aunque con ello se lleve la
democracia entera.
Esta
por su culpa acorralado, y así debe sentirse, entre Luis y el PRM y Leonel y la
Fuerza del Pueblo, este último al que tantas humillaciones hasta personales le
han hecho, de manera que no saben qué hacer para enmendar su error. Se les hizo
tarde, porque no lo duden, acorralaron a un buen hombre sobre quien ya las
ofensas recibidas pesarán más que el objetivo político. Creían conocer a
Leonel, pero se vendieron entre ellos que él no se iría del PLD… y se fue, que
no los enfrentaría… y lo hace a diario; que él no va a actuar contra sus
compañeros… eso no, Leonel ama sus bases y les agradece, pero está resuelto a
sacar la cúpula palaciega de ahí en favor de la democracia. Le queda mucha
dignidad para lograrlo.
Quien
creyó que Leonel se había acomodado al poder y a los beneficios de una vida
tranquila en su condición de expresidente están viendo a otro Leonel, a uno que
sin recursos económicos salió a las calles a buscar sus votos y ni el Covid lo
ha detenido.
Los palaciegos despertaron a un monstruo
Del
otro lado tienen al PRM y a Luis Abinader, que es el mismo PRD, solo con nuevas
siglas, pero son los mismos dirigentes y la misma base, resuelta a sacar del
poder a los morados o a morir en el intento. Están en la calle, su dirigencia y
su militancia, como si no existiese la pandemia. Se creen signados por el
destino a llegar al poder en agosto. Están resueltos a ello y nada se lo
impedirá, pues saben que esta es su oportunidad y no están dispuestos a
perderla.
Tienen
el favor del voto anti peledeista, sobre todo de una clase media hastiada de
los morados, de sus abusos. Es el caso de su consabida voracidad fiscal, que
tantas desafecciones provocan, al punto de que los” blanquitos” están
radicalizados, más decididos y aguerridos en el interés de echar al PLD,
incluso con más ahínco que los de los barrios populares: para los fines
electorales, los popis están dispuestos a actuar con las mismas armas que los
wawawa.
Los
peledeístas aunque se han fortalecido les faltan votos. Ya no encuentran
aliados porque en el camino pelearon con todo el mundo. Ahora se preparan para
la madre de las batallas y harán todo tipo de fraudes, pues si así lo hicieron
en las primarias contra Leonel, con más fe se lo harán al PRM bajo el criterio
de que la antorcha no se entrega, el que la quiere que se prepare para
arrebatársela. No duden que la línea del palacio está en dos direcciones: 1- En
ganar las elecciones aunque se gaste lo que sea, y 2- Si ven que no las pueden
ganar, tratarán de hacer abortar las elecciones para obligar un acuerdo de
gobierno provisional.
Cómo
lo he dicho mil veces, esta es una constante histórica: nadie con tanto tiempo
en el poder lo ha entregado mansamente. No será diferente en esta ocasión, solo
que el PLD debe saber que los del PRM y de la FP tomarán las calles. No se les
hará nada fácil. Entiéndalo Gonzalo, con un triunfo producto de un fraude solo
gobernará este país sobre las cenizas de su destrucción, porque esto se hará
ingobernable.
No es
difícil entenderlo, ojalá podamos lograr buscar fórmulas que garanticen que
sobreviva la democracia. Al final es cosa de entender que ¡ni los perremeístas
aguantan más oposición, ni los leonelistas más humillación!
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